En
ocasiones me dedico a “bucear” en la biblioteca y
repasar los libros que tengo para leer; cuando pasan a formar parte
de las lecturas pendientes se van quedando atrás y luego no me
acuerdo de su argumento ni cuando decidí ponerlos en espera para ser
leídos, es el caso de “El arquitecto de sueños”,
ahora que lo he terminado se que la razón de su elección fue uno de
sus protagonista, Antonio Gaudí y como no, el extraordinario
edificio civil conocido por “La Pedrera”.
Teresa
Roig es la autora de esta novela que narra la historia de la
construcción y todo lo que aconteció a la puesta en práctica del
proyecto de la Casa Milá conocida popularmente como La Pedrera.
Ambientada en Barcelona durante el final del siglo XIX y principios
del siglo XX, cuenta la vida de una serie de personajes que en sus
inicios nada tienen que ver entre sí pero que a medida que avanza el
relato sus historias convergen así como la transcendencia de este
hecho de una manera inevitable.
Por
supuesto podemos decir que es una novela coral en la que se van
contando las vidas de varios personajes a la vez. El matrimonio
formado por José Guardiola y Rosario Segimon inauguran la galería
de actores que bajo un amor verdadero desafían los inconvenientes de
la edad y los prejuicios sociales. Tras enviudar, Rosario contrae
nuevas nupcias con el ambicioso burgués Pere Milá, quien encargará
al más cotizado arquitecto del momento la casa que lleva su nombre.
Antonio Gaudí y su esposa Pepeta Moreu, completan el repertorio de
personajes principales alrededor de la auténtica estrella de la
narración que es La Pedrera.
Mítico
edificio que contó con admiradores y detractores por el impacto
ambiental que produjo en la encorsetada y a la vez modernista
Barcelona. Reflejo extraordinario de la desproporcionada imaginación
de Antonio Gaudí que supo ir más allá de los modelos artísticos
de la época. Perfectamente documentada, es la muestra de una parte
de la historia de la capital condal, ahora bien toda la realidad que
cuenta su autora es producto de su fantasía o lo que es igual es una
realidad novelada.
No
es una novela que deja huella pero la figura de este arquitecto es
apasionante y guarda una veracidad absoluta por parte de Teresa a la
que hay que reconocer un fiel trabajo de documentación.
Bien
contada, de ritmo adecuado con los ingredientes justos para
entretener, vocabulario sencillo y de fácil lectura. Cuando la acabé
conocí mucho más de ese emblemático edificio y de la figura de uno
de los grandes de la historia de la arquitectura a nivel mundial. El
ideal para sumergirse en uno de esos que yo llamo “novelones”.
“El
sentimiento no se equivoca nunca, porque es la vida; lo que se
equivoca es la cabeza, que no es más que el instrumento de control”.
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