Es la primera vez
que leo algo de esta escritora nacida en Nicaragua. Me llegó por casualidad y me
atrajo su portada que me hizo pensar en una historia cargada de leyendas y viajes
exóticos que hacía tiempo que no leía.
Al parecer la
autora tenía grandes deseos de explorar lo concerniente a la vida de su abuela
Graciela Zapata, en un intento por conectar esta figura con los escándalos de
la corte francesa del siglo XIX y los orígenes de su propia familia.
Puede sonar a
biografía pero no lo es. En el prólogo de la novela nos describe la fuerte y
entrañable personalidad de su abuela, así como los misterios que rodearon su
apasionante vida.
“Corre el año 1847. Charles Choiseul de Praslin, un noble de
la corte de Luis Felipe I de Orleans, rey de Francia, se ve acusado de un
crimen pasional. A instancias del propio rey, gran amigo suyo, De Praslin finge
su suicidio y, en su huida, embarca con destino a Nueva York. Conoce allí al
poderoso magnate Cornelius Vanderbilt quien lo invita a acompañarlo en la
Ruta del Tránsito, a través del río San Juan y el lago de Nicaragua. Seducido
por la vegetación tropical y la exótica belleza de ese país, decide quedarse,
atraído por la idea de ese lugar remoto donde nadie podrá reconocerlo. En
Matagalpa, ciudad de las brumas, su destino se cruza con el de una mujer
cautivadora, la joven viuda Margarita Arauz, a quien llaman la Rosa Blanca”.
En la novela se
cuenta el periplo de un noble de la corte de Luis Felipe I de Orleans, que
ayudará a nuestro personaje a desaparecer fingiendo un suicidio, es en este desafío
donde reside la trama de la historia. Su capacidad y afán de superación en
mundos y ambientes diferentes serán su salvación por muy tortuosa que esta
resulte.
Es
una novela histórica fácil, ágil y con la que se puede disfrutar un par de
tardes. Me gustó la psicología del protagonista, por momentos lo comprendía. Me
hizo reflexionar mucho sobre el deber y el deseo. Y el final me dio una gran
sorpresa Gioconda mezcla en este libro la investigación y la
imaginación, haciéndolos indistinguibles, en su intento por reconstruir la
historia de su lejano familiar. Crea una historia entretenida, que atrapa
(aunque los primeros capítulos son tediosos y algo difíciles de seguir), y muy
consistente en la que presenta todo un universo y deja ver el drama y el dilema
eterno de la construcción y el cuestionamiento de la propia identidad.
Escrita en primera
persona, bajo la óptica del duque, no es una novela romántica, a pesar
que la historia no está exenta de pasión y narra los avatares de un romance.
Aborda las segundas oportunidades que tienen los seres humanos al verse
forzados a migrar, como fue el caso de nuestro duque que reconstruye su vida en
Matagalpa, hace cosas buenas, trabaja de médico. Fue un hombre muy dedicado a
la población, a su familia, pero también misterioso.
Os la
recomiendo por las descripciones de los viajes y la aventura en sí, no dudo del
trabajo de documentación que hay detrás, pero el misterio y el romance no me
parecieron tan bien trabajados. La etiquetaría entre novela histórica y
biográfica con una narrativa de lujo y belleza, aunque para animaros os diré
que no le falta amor y misterio. Os gustará.
“Cuando recordar no pueda, ¿dónde mi recuerdo
irá? Una cosa es el recuerdo y otra cosa es recordar”.
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