sábado, 27 de junio de 2020

La Maga del olvido, Mar Ledea

En ocasiones, acceder a otras páginas de lecturas, te proporciona la oportunidad de encontrar libros diferentes que a la vez te recuerdan a ese tipo de novelas que se disfrutan por la originalidad e imaginación que hay en sus páginas.

Tuve la ocasión de conocer “La Maga de olvido” siguiendo las recomendaciones de otros blogs y aunque intenté adquirirla en mi librería, al final la única vía fue la compra on line que tanto estamos manejando en estos últimos meses.


“Camila, es una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad mental. Dispuesta a recuperarlos, regresa a su pueblo natal, Cabo Azules, donde emprende un viaje a través del tiempo de la mano de unas viejas fotografías encontradas en una caja de sombreros”.

No puedo decir mucho más de la sinopsis, es la historia de una familia poco común, llena de enigmas, erotismo, sexo y violencia. Podía considerarse una novela de suspense donde suceden amores tempranos, obstinados y lujuriosos que rozan la locura, junto a asesinatos y crueles tratamientos médicos que espabilan la memoria de todos los miembros de tan singular familia.

Este lienzo de historias brilla a través de la victoria sobre el dolor, el odio y la intolerancia. Es sin duda una novela de relaciones humanas en la que la tristeza hace de motor, indagando en la condición de los seres que la protagonizan, con el apoyo estimable de las fotografías que aparecen a lo largo de sus páginas y que ayudan a desvelar todos y cada uno de sus secretos.

En cada una de las tres partes que estructuran esta novela, Camila va descubriendo, al tiempo que reinventa, a los más diversos personajes que poblaron su pasado. En la primera a la intrépida abuela negra, a un chulo acusado de asesinato, a un abuelo sinvergüenza e incluso a un doctor con mucho que ocultar. En la segunda a la tierna abuela blanca, a una loca querida, a una mujer de tres piernas, y a unas peculiares siamesas, para alcanzar el clímax en una tercera parte donde confluyen los personajes, momento en el que sus vidas se entrecruzan y por fin se devela el gran secreto de la familia.

Es sin duda una narración con tintes detectivesco, cargada de erotismo y elegancia, así como contradicciones y sobresaltos inesperados. Escrita con fluidez narrativa y buen ritmo que impide dejarla de lado.

Es la  primera novela de la autora, creada con un estilo muy personal, desde la concepción estructural de otorgar a los personajes una construcción impecable que los define a través de las pasiones que representan, muchas inconfesables pero con el propósito de superar sus propios límites.

A los diálogos no le falta ni le sobra nada, ayudan a seguir leyendo y contribuir al buen ritmo de la narración y a los conflictos que en ella se recrean. Recuerdan a las historias que contaban las abuelas en las que no se diferenciaba donde empezaba la realidad y donde terminaba la imaginación. Sin duda relatos que podían suceder en cualquier pueblo, de ahí la magia entre era realidad y ficción.

No es que sea la novela que otros valorarían atendiendo a otros criterios más pulcros, pero puedo contaros que me gustó, que la disfruté y que me sobran motivos para recomendarla. Que nadie olvide que lo mío es afición y que mis reseñas son desde la más humilde de las posturas, espero que os guste.

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.” “Y entre tanto que tengo, no encuentro razón suficiente para olvidarme de ti.” “No olvida quien finge olvido, sino quien puede olvidar.” “Uno puede hacerse extrañar, pero no sin el riesgo de hacerse olvidar.”

miércoles, 24 de junio de 2020

La bibliotecaria, Salley Vickers


Tras las lecturas potentes de “El enigma de la habitación 622”, “La Nena” y “La sexta trampa”, ha sido una necesidad innegociable cambiar de registro y otorgarme un respiro como lectora. Novelas como la “Bibliotecaria” son bálsamo para compensar la tensión vivida con los títulos anteriores. Una historia que me ha proporcionado un viaje a través de la literatura, un repaso de libros y autores con los que en algún momento de la mi vida disfruté y de muchos de los cuales ya casi no me acordaba. Un homenaje a las bibliotecas y a los bibliotecarios imprescindibles en cualquier sociedad y comunidad que valore el legado de una buena cultura y la influencia de un mismo libro a lo largo de diferentes generaciones. Tenemos el deber, el deber moral, de asegurarnos de que no alimentamos sólo el estómago sino también nuestra imaginación. El poder de los libros para formar como personajes y la influencia de estos en nuestras vidas, es un mensaje que se respira en todas la páginas de esta sencilla novela.

“En 1958, la joven Sylvia Blackwell se muda a un pequeño pueblo del centro de Inglaterra para empezar su nuevo trabajo como bibliotecaria. Pero en este pueblo aparentemente acogedor, las apariencias engañan. Sylvia se enamora del médico del lugar, pero es su conexión con su precoz hija y con el hijo de sus vecinos lo que cambiará su vida y pondrá en peligro a la biblioteca y a su trabajo.
¿Cómo altera la biblioteca la vida de los niños y qué consecuencias tendrán en sus vidas los libros que Sylvia escoge para ellos”?.

Está estructurada en dos partes, la primera es la más extensa, con su inicio, nudo y desenlace. Y podría haber terminado ahí. Pero no, luego hay una segunda parte, muy corta, que da un salto en el tiempo, y que es un viaje interior al pasado, a los recuerdos de alguno de los personajes, al poso que les dejó una bibliotecaria y su amor por los libros, durante su infancia. Convirtiéndose este segundo final en la esencia de la novela.
Pero el relato no solo trata de libros, bibliotecas, lectura y bibliotecarios, sino también de la vida, sobre todo, del día a día de una joven de 24 años, Sylvia, que llega a una pequeña población inglesa en 1958, y tiene que adaptarse al nuevo pueblo, a sus gentes, a la relación con sus vecinos, con los que se lleva mejor o peor. Y ella que desde pequeña había encontrado refugio en los libros debido a la poca relación que tenía con sus padres, y a la buena influencia de su bibliotecaria, quiso transmitir a los niños del lugar esa pasión. Pero se encontró con una sociedad tradicional, algo cerrada, que no estaba abierta a cambios y novedades. Lo que le supuso no menos que algunas dificultades y algunas decisiones que le cambiarían el rumbo de su vida.
El resto de personajes representan bastante bien la variada sociedad de la época. Y cada uno tiene su pequeño o gran papel dentro del relato. Con el protagonismo especial de los niños y su natural curiosidad, acompañada de su inocencia y su paso hacia la adolescencia.
El tono bucólico y casi costumbrista muy propio de las novelas inglesas está en cada página. La trama es muy fácil de seguir, de ahí la sencillez de su lectura.
Escrita con ritmo pausado, recreándose en el ambiente, con descripciones que resaltan su prosa sencilla y que ayudan a poder hacernos una idea de la composición a modo de lienzo de las intrigas, falsedades, chismes y situaciones que se viven en la mayor parte de localidades de reducidas dimensiones.
La narración es amable y cercana. No es una historia que tenga mucha complejidad argumental ni tensión. De hecho tarda bastante en presentarse el nudo de la historia mientras que hasta entonces la autora se centra en cómo se relacionan los personajes entre sí y en que vayamos conociendo sus vidas. Cada uno tendrá su carácter propio.
La bibliotecaria es una novela de personajes en la que sus pequeñas historias son la verdadera alma de la novela. Historias corrientes y mundanas que nos hablan de la forma de ser y de pensar de un lugar, de un pequeño pueblo rural donde todo el mundo se conoce y donde las noticias y rumores corren como la pólvora.
Lo que está claro es que a lo largo de todas y cada una de las páginas del libro se respira el amor por las historias inolvidables, que marcan, y el afán de Sylvia por dar a todos los jóvenes que accedan a la biblioteca como una oportunidad para cambiar sus vidas. Me parece un golpe de efecto precioso las ultimas cien páginas, en las que la autora se ratifica en el mensaje de que los libros ayudan a avanzar, suponen un refugio y sobre todo, las personas que están a tu lado en todo ese crecimiento son las que permiten que salgas adelante.
En definitiva, La bibliotecaria es una historia de lectura tranquila y sosegada que se disfruta y responde a la elección de libros que nos aporten descanso en las tórridas tardes de verano; no está exenta de mensaje,  al final de la misma, comprendes muchas más cosas que atañen al ser humano y la forma en que se relaciona con los demás.

“Los bibliotecarios no son los únicos que tienen favoritos entre su clientela, pero el amor compartido por la lectura constituye un vínculo especialmente poderoso”.

sábado, 20 de junio de 2020

La sexta trampa, J. D. Barker


Cuando te enganchas a lo que denominamos una “Trilogía” y la primera entrega te gusta, las ganas de llegar a la última se mantienen vivas, siempre que desde el principio la historia te haya atrapado. No estoy muy segura de que estemos ante el final de  las andanzas e investigaciones de Sam Porter, Anson Bishop y compañía, el tiempo lo dirá. El primero fue bestial. El segundo no estuvo a la altura de mis expectativas y éste me ha gustado tanto o más que el “Cuarto Mono”. Al igual que los anteriores y siempre pensando en los amantes del género, lo recomiendo y espero que lo disfrutéis.
                                                                   
“Sam Porter, hasta ahora el detective al cargo del caso, ha sido apartado de él y es cada vez más sospechoso. Con el mayor hospital cerrado por cuarentena para impedir que el virus SARS se propague por la ciudad, comienzan a aparecer cadáveres por toda la geografía. Todos con un mismo patrón que hace pensar a la policía que el Cuarto mono, el peligroso asesino en serie que les tiene en jaque, ha vuelto a actuar y esta vez no lo está haciendo solo. Es el punto de partida de una carrera frenética por detener a uno de los criminales más astutos a los que se han enfrentado jamás”.
Aunque son 600 páginas no son un impedimento a la hora de leerlo y acaba leyéndose solo. Desde el primer momento te adentra en la acción y no nos da respiro. Empieza en un punto álgido tras los acontecimientos de”La quinta víctima” y  sigue sin concedernos descanso a la hora de seguir las acciones de un asesino en serie despiadado y muy inteligente, un policía obcecado con dar con él y una trama cargada de acción y de urgencia, en la que el terror de encontrarse con la próxima víctima está siempre a la vuelta de la página
He de reconocer que el principio de esta novela me costó un tanto, porque a pesar de haber leído la anterior hace un año, se me hacía dificultoso seguir una trama que era continuación directa de la anterior. Muchos personajes y muy poco recordaba de ellos, salvo de los principales, de ahí, que el avance en los inicios se haga muy lento.
Comienza exactamente en el punto donde se interrumpe la novela anterior. Con Sam Porter apartado del caso del Cuarto Mono y convertido en sospechoso. Anson Bishop desaparecido, y su madre también. A su vez, el mayor hospital de Chicago está cerrado por riesgo de contagio de un virus SARS. La trama se completa con la aparición de varios cuerpos en distintos puntos de la geografía, pero todos ellos siguiendo el mismo patrón. La policía no duda, el Cuarto Mono sigue actuando y sospechan que no puede hacerlo solo.
La historia en La Sexta Trampa se enreda y se resuelve al mismo tiempo. El autor se mantiene fiel a muchos de los elementos que se han convertido en su firma en esta trilogía. Una acción trepidante que te hace sentir que realmente estás inmerso en una carrera a contrarreloj. Giros inesperados que siembran la duda tanto en los personajes como en el propio lector. Te despista, pero te engancha. Y secretos desvelados y narrados en dos planos temporales diferentes: el presente, a través de la investigación; y el pasado, desde los cuadernos/diarios de Bishop.
El recurso de los diarios, ausentes en la segunda entrega vuelven aquí con gran protagonismo, es un acierto por parte del autor porque hace que, no solo por estar narrado en primera persona, sino por lo que cuenta, empaticemos con este personaje, el principal sospechoso de ser el Cuarto Mono.
Los diarios irán alternándose con capítulos en diferentes escenarios:
-El hospital, donde algunos policías han quedado aislados en cuarentena junto a parte del personal del hospital y todos aquellos susceptibles de ser atacados por el Cuarto Mono, algo que ya sabíamos en la entrega anterior.
-La acción protagonizada por el detective Sam Porter, un detective superado por los acontecimientos.
-La acción desde el punto de vista de Poole, el agente del FBI.
Sumadle los diarios y veréis que hay cuatro acciones que van transcurriendo de un modo más o menos paralelo en capítulos muy cortos.
He reconocido acciones diferentes que avanzan de forma paralela, junto a dos elementos que consiguen que este libro, y la saga entera, sean tan interesantes. Uno, la extensión de los capítulos. Barker distribuye La sexta trampa en 135 capítulos de corta duración que te permiten no perderte nunca en la argumentación. Y dos, cada uno de ellos está narrado siendo uno de los personajes el protagonistaPoole, Nash, Clair, Anson o Porter introducen la acción y la convierten en una novela coral. Por supuesto, con participación estelar de Bishop y Porter, sobre todo. Hay pues tantos puntos de vista como personajes.
Lo mejor de esta entrega es que consigue que todo cobre sentido. Incluso, tiene el poder de hacerte cambiar de opinión sobre los personajes decenas de veces. No sé si a vosotros también os pasa, pero a mí me sucede que cuando he leído más de una novela de un autor de misterio, veo venir al culpable. De pronto entre las líneas soy capaz de ver detalles que son invisibles cuando te adentras por primera vez en su escritura. Sin embargo, con La sexta trampa, eso no me ha pasado. Me ha confundido muchas veces antes del descubrimiento. He dudado de todos. He sospechado de todos. He creído inocentes a los más culpables.
La narración gusta porque a diferencia de otras novelas criminales que hemos leído últimamente, no necesita de una extrema violencia para engancharnos. El autor es capaz de ejecutar una trama intrincada y con situaciones inesperadas sin recurrir a descripciones excesivamente sanguinolentas. Nos hace partícipes de la investigación, del pasado a través del diario del asesino, y poco a poco nos va desvelando la solución.
A la propia narración de los hechos le une descripciones muy visuales, en la medida justa y necesaria, sin olvidarse de los diálogos. En ellos, tenemos tanto jerga más policial, como momentos coloquiales. Una lectura muy amena, que se disfruta y en la que no chirría la forma de contarlo.
Respecto al final, es más redondo que en la segunda entrega. El desenlace sorprende, haciendo alarde J.D. Barker, una vez más, de su capacidad de introducir giros dramáticos interesantes. Alrededor de la página 50 pensé que había llegado al final y una vez más nada es lo que parece, hay que esperar a la página 608 para cerrar definitivamente el misterio.
Si te gustaron las anteriores a pesar de la pequeña decepción de la segunda entrega, no dudes en darle una oportunidad a la última; a cambio el autor te regala horas de entretenimiento y lo más importante, nunca hay que olvidar lo difícil que es el oficio de “escritor” gracias al cual personajes y tramas nos permiten seguir viviendo historias ajenas que nunca viviríamos como propias, al menos no de este género. Espero que te guste.
“No puedes jugar a ser Dios, sin conocer bien al diablo”.

lunes, 15 de junio de 2020

La Nena, Carmen Mola


Esperando desde hace meses la última entrega de esta trilogía que ha merecido la pena leer. Sin duda las tres me han gustado como para recomendarlas, pero he de reconocer que la primera y la tercera superan con creces a la segunda.
La Nena”, tercera novela de Carmen Mola con su carismático personaje Elena Blanco al frente, sigue en la misma línea que sus dos antecesoras. Dura y brutal en ocasionesno deja indiferente a nadie.

“Es la noche del fin de año chino, empieza el año del cerdo. Chesca, al mando de la Brigada de Análisis de Casos desde hace un año, ha quedado con Ángel Zárate, pero en el último momento este le da plantón. Aun así, ella sale a divertirse, conoce a un hombre y pasa la noche con él. A la mañana siguiente, tres hombres rodean su cama, a la espera de unirse al festín. Y un repulsivo olor a cerdo impregna la estancia.
Después de un día entero sin dar señales, los compañeros de la BAC empiezan a buscar a su compañera. Cuentan con una ayuda inestimable: Elena Blanco, que aunque dejó la policía tras la debacle que supuso el caso de la Red Púrpura, no puede dar la espalda a una amiga. Pronto se darán cuenta de que tras la desaparición de Chesca se esconden secretos inconfesables”.

Con los mismos protagonistas y por tanto el mismo equipo policial, al que se suma una nueva incorporación y la ausencia, en un principio, de la inspectora Elena Blanco, que dejó la Brigada tras el desmantelamiento de la Red Púrpura, la autora inicia la obra de una manera tan atípica como las anteriores, solo que en esta ocasión te sobrecoge.
La historia de “La Nena” nos sitúa en Madrid. Allí la inspectora de policía Francisca Olmo ha desaparecido sin dejar rastro, justo la víspera de una vista en los juzgados, en la que era testigo principal. Nadie sabe nada de ella y, lo que es peor, con las primeras investigaciones, comienzan a aparecer relaciones y datos inquietantes, completamente desconocidos por sus compañeros. Es entonces cuando Elena blanco se suma a la búsqueda. Pronto, la trama se va acelerando, ganando más y más interés, hasta llegar a un final perfectamente elaborado.
La autora tiene facilidad para desarrollar una buena idea con un buen guión, pero si a una novela la hace buena éste último, quien realmente la sostiene son sus personajes, y Mola consigue que esos dos soportes, personajes y guión sean remarcables.
El relato es original y absorbente y no es nada fácil porque parece sacado de un surrealismo profundo. Narración fluida de una investigación muy bien llevada que se abre a un gran espectro de posibilidades, sin fisuras. A pesar de la crudeza de algunas secuencias, no se recrea en ellas, además éstas son cortas y rápidas, lo que da agilidad a la historia y lo caracteriza como suyo propio.
A mi este es el que más me ha gustado de los tres, me ha gustado el seguimiento del trabajo policial, con las pistas, deducciones, creíble. Me encantan, no se si es la palabra, los crímenes atroces, esas barbaridades, crudas que te ponen los pelos de punta que te sumerge en una espiral que gira continuamente y de la que no puedes salir.
Quizás cruda en algunas descripciones pero por lo demás me ha parecido buena y entretenida
Con una trama intrigante de, una familia de caníbales, inmersos en, su restricto mundo, con sus principios y reglas qué, lograrán mantenernos en vilo, hasta el desenlace de la trama,
Desde la primera página te engulle la historia con una trama ágil, rápida y acelerada que hace que no lo puedas soltar.
La autora sigue el mismo esquema que en las anteriores: alternar puntos de vista, en tercera persona y presente, bastantes pasajes truculentos en los que se muestra la situación de la persona que buscan, y otros, situados en el pasado, en cursiva, utilizados para explicar cómo y por qué llegaron a ser así los criminales.
Ahora bien, en cuanto a la historia en sí, no es original, sigue un esquema clásico en el que los protagonistas avanzan mediante interrogatorios a distintos personajes. Además, la mayoría de lo que pasa resulta demasiado previsible, incluyendo los ya habituales pasajes, tan desagradables como innecesarios, en los que la autora describe violaciones y torturas de forma tan repetitiva como falta de emoción, sin quedar claro lo que pretende al ser tan explícita:
Los personajes habituales, desde Elena Blanco al resto de la BAC, siguen funcionando con características básicas. La nueva, Reyes Rentero, intenta destacar por detalles tan poco habituales como irrelevantes.
En la última parte de la novela, que hasta entonces había avanzado con cierto ritmo, se produce una suerte de atasco cuando la autora relata prolijamente las reacciones de varios personajes a lo sucedido en una serie de capítulos que alargan la historia sin un aporte reseñable.
En resumen, La Nena es una novela muy similar a las anteriores obras de la autora, y a tantas otras del género, al punto de seguir un esquema tan convencional y limitado de recursos como, a ratos, eficaz, al menos lo suficiente para mantener el interés durante casi toda la narración, y hasta entretener sin muchas pretensiones.
Esta tercera entrega llega sin conocerse aún la verdadera identidad de su autora, Carmen Mola. Aunque sí hay algunas pistas en las que coinciden casi todo el mundo: se trata de un hombre, madrileño, entre los cuarenta y cincuenta años y que ya ha publicado antes de hacerlo como Carmen Mola.
“Cada uno alcanza la verdad que es capaz de soportar”.

viernes, 12 de junio de 2020

El refugio de los invisibles, Alberto Cerezuela


Gracias a los blogs de lecturas y a las recomendaciones de páginas que fomenta este hábito tan imprescindible en mi vida, tengo la oportunidad de conocer novelas de escritores jóvenes que sin estar dentro del circuito de autores reconocidos, son una auténtica sorpresa. “El refugio de los invisibles” de Alberto Cerezuela es el ejemplo de ello. Lo más curioso es la dificultad para adquirir un ejemplar de la novela y eso que hay que atribuirle la grandeza de haber sido fundador de una editorial, “Círculo Rojo” que edita a escritores como él, que un día tuvieron trabas para publicar sus relatos y que hoy abre esa posibilidad a miles de escritores noveles.

“El cadáver de una joven con un extraño tatuaje aparece en la antigua fortaleza árabe de Almería, la Alcazaba. A su lado, una pistola de otra época y un libro con una sugerente dedicatoria. Todas las miradas apuntan a su autor, el exitoso escritor Héctor Coronado, cuya vida está repleta de sospechas, críticas y enemigos. Pero no será el único crimen que azote la ciudad. Por eso, la inspectora Reyes Martínez, del Grupo de Homicidios de la Policía, se enfrentará al caso más difícil de su carrera: una intrincada malla de sobresaltos, pistas falsas, puertas que no terminan de abrirse y fantasmas del pasado que pueden regresar en cualquier momento. Y los que hablan sobre amores prohibidos son los que más daño hacen. Ella no dudará en saltarse las reglas para encontrar al asesino porque, de lo contrario, sus propios miedos acabarán por destrozarla”.

La sinopsis me atrapó sin pega alguna, se ajustaba al estilo de novela negra que profundiza en la mente humana con toques de leyenda y mezcla de mitología. Una trama en la que todos pueden ser culpables, todos mientes, a todos les sobran motivos y por supuesto no falta una inspectora y su unidad de policías entrenados para hacer frente a cualquier homicidio.
Novela coral que alimenta un relato de intriga con múltiples  capas, bien estructurado, con personajes trabajados al detalle, cuya evolución es de lo mejor de la historia; aunque si hay un gran protagonista es la ciudad de Almería que cobra vida hasta asumir un papel relevante e imprescindible.
La novela se inicia en el Alcazaba, desde ese enclave histórico el autor arranca con suavidad un relato de prosa fácil sin adorno ni artificio y nos lleva de la mano en un paseo turístico por cada rincón de la capital andaluza como si de una ruta camuflada se tratara, sin olvidar el paraje bucólico y potente del Cabo de Gata, al que se le une el aroma de sus calles, bares, restaurantes y rincones de Historia.
Trama policial con un cadáver como pistoletazo de salida, este hecho convierte la lectura en adictiva, lo que se dice familiarmente “lectura pegamento”. Un espacio cargado de simbolismo para más de un protagonista. Una de ellas es Reyes, la policía correcta, profesional, hermética y sin fisuras pero rodeada de intrigas y situaciones que le hacen dudar de sí misma.
Existe un despliegue paralelo de relaciones personales con fuerte carga pasional, obsesiones, deseos y traiciones que tienen como telón de fondo leyendas y anécdotas reales, sin faltar el simbolismo religioso, los sucesos insólitos y el recuerdo a otras novelas de la literatura universal.
Todo lo que puedo contaros de la novela de Alberto y su novela es bueno, me parece redonda, bien escrita con la presencia de un escritor de vida difícil que vive cambios en su interior hasta nacer algo oscuro dentro de él.
Desde el punto de vista de la estructura, contar que consta de once partes divididas en capítulos cortos que facilitan la lectura. El ritmo sin ser frenético ha sido constante hasta el punto de haber mantenido inteligentemente mi atención sin perder detalle alguno. Y en general todo lo que me ha ofrecido esta novela de más de quinientas páginas que lejos de hacerse larga, me ha dejado con ganas de más especialmente por la cantidad de giros argumentales que han provocado una confusión constante, que te obliga a llegar a un final digno de aplauso.
No quiero olvidar lo mucho que me han gustado las citas literarias, musicales, arquitectónicas e históricas que lo han hecho mucho más interesante de lo que ya era en sí.
Os gustará el crimen sórdido y bien planeado, pero más os va a gustar la psicología con la que trata a sus personajes, sus sufrimientos, miedos y la carga humana que preside todo el relato. Muy recomendable.

"Ama a la gente que te ve, cuando para el resto del mundo eres invisible".

viernes, 5 de junio de 2020

El enigma de la habitación 622, Joel Dicker


Última novela del escritor suizo, autor de historias que curiosamente pueden llegar a gustar a unos y decepcionar repetidamente a otros. En esta ocasión, aunque se deja leer, no acaba de convencerme el planteamiento de este joven autor que promete una obra inolvidable y que termina siendo un relato estirado al que le sobran demasiadas páginas.

“Una noche de diciembre, un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido. Años más tarde, el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo: Scarlett, la bella huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.
¿Qué sucedió aquella noche en el Palace de Verbier? Es la gran pregunta de este thriller diabólico, construido con la precisión de un reloj suizo”.

Lo novedoso es que nos vamos a encontrar una novela dentro de otra. Y una de ellas es protagonizada por el propio Dicker. Cuando hace un par de años se encontraba realizando un descanso y una cura espiritual en un lujoso hotel de los Alpes suizos, el Palace de Verbier se convierte en el escenario de los acontecimientos que dan vida a este relato. Allí conocerá a la joven que ocupa la habitación contigua, la 621 bis, y juntos intentarán averiguar porque no hay una 622 en él.
Es una comedia de enredo con máscara de thriller, modelo de literatura muy atrayente por unir dos géneros, ambos por sí solos, ya muy leídos. De todas las novelas del suizo es la que más me ha costado leer, ya que requiere de gran concentración por sus continuas situaciones y personas que no son lo que parecen, saltos en el tiempo y en el espacio, traiciones cruzadas, etc..
El autor recurre a demasiadas idas y venidas en el tiempo para ir contándonos los pormenores de la vida de los protagonistas y los hechos que con posterioridad dieron lugar a los hechos sucedidos esa noche.
El relato se va desarrollando entre estos saltos temporales que hacen que la narración sea de vez en cuando un tanto liosa.
El enigma de la habitación 622 a pesar de que pueda parecer critica mi reseña, es una novela bien escrita, con una prosa sencilla en tono más distendido y desenfadado que las anteriores. Entretenida, para pasar un buen rato y, de seguro, muy disfrutable por los amantes de este joven escritor.
La fórmula es la de siempre. Una trama con intriga, un argumento que gira, gira y gira y una gran facilidad para conectar a nivel narrativo en el lector. 
Esta parte de la novela para mí ha sido un poco como una especie de aderezo. El autor nos muestra un poco su lado más humano a la vez que le hace un homenaje a su editor que falleció en 2008 y al que le dedica la novela. Nos contará sus primeros pasos en el mundo de la literatura y como Bernard de Fallois impulsó su carrera con una fe ciega en él. Aunque me ha gustado conocer esa parte más personal del autor en realidad para mí esta trama argumental que tiene una pizca de romance entre otras cosas, me ha resultado más anecdótica de lo que esperaba. 
La segunda parate del argumento nos traslada unos años atrás en el tiempo. Y más concretamente una semana antes de que se encontrará un cadáver en la habitación 622 del Palace de Verbier. Aquí hacen acto de presencia unos personajes completamente diferentes y funciona por sí misma mientras que la otra se subyace a esta. 
Partimos de una muerte misteriosa que en su momento la policía no llegó a resolver y cuya intriga nos ocupará toda la novela. Sin querer desvelar mucho os contaré que Dicker nos introduce en el ámbito de un gran hotel en el que encontraremos un cóctel que tiene un poco de todo. Ambición, luchas de poder, amor y desamor, envidia, venganza, etc... 
Todos sus personajes están envueltos en una red de secretos. ¿Víctimas o verdugos? ¿Culpables o inocentes? Solo el tiempo pondrá a cada cual en su sitio. 
Requiere de paciencia para rebasar una primera parte,  que abarca más de un tercio del libro, que se podría calificar de perezosa. Es una pena porque eso puede hacer que algunos abandonen la lectura y no lleguen a ese otro momento donde vuelve a aparecer el Dicker al que estamos acostumbrados. Ese que te envuelve, te lleva y ya no te sueltaYa no vas a dejar de leer hasta dar con la solución de todos los enigmas, no solo el de la habitación 622; sino de todos lo que a lo largo del libro se van creando, que no son pocos, os lo aseguro.
Hay mucha gente que disfruta muchísimo con este tipo de novelas pero os confieso que a mi me ha dejado con una sensación parecida a su primera novela -La verdad sobre el caso Harry Queber- que repite demasiadas veces lo mismo, que al final da tantas vueltas que de alguna manera dejé de disfrutar el desenlace porque me cansaron tantos giros y vueltas. Desandar el camino hecho para reexplicar todo de nuevo no me ha parecido que esté justificado. Innegablemente la novela es compleja pero también una locura. 
En definitiva, creo que Joël Dicker tiene una gran capacidad de conectar con el lector y crear tramas que son como una montaña rusa pero también a costa de alargar innecesariamente un argumento que no necesita tanto rizo. ¿La he disfrutato? Si pero llegó un punto en que estaba deseando que acabara 
El enigma de la habitación 622 es una novela entretenida, aunque menos original de lo que pretende. A partir de ahí cada valoración es subjetiva y la mía es bastante positiva comparada con otras reseñas que he leído, para qué decir lo contrario. Y eso que en este caso el enigma no es solo el asesino, también lo es la identidad del cadáver.
Está estupendamente ambientada, esta vez en Suiza y, concretamente, en Ginebra, lugar de nacimiento de Dicker y Verbier, donde se desarrolla gran parte de la acción.
El final es original y no consiste, precisamente, en averiguar quién es el asesino. 
Para animaros a leerla os diré que es una novela de intriga con toques de humor, donde deja el desenlace para las últimas páginas. El ritmo de la novela es bueno, atrapándote en la trama para descubrir el desenlace. En definitiva lectura amena que a pesar de todo merece la pena leer. Un éxito editorial de superventas.
“La gran tragedia de la vida es la muerte”.

lunes, 1 de junio de 2020

La casa holandesa, Ann Patchett

Confieso que en más de una ocasión, una portada lo es todo a la hora de fijarte en un libro. “La casa holandesa” es el ejemplo de que una estampa atractiva te obliga a buscar la sinopsis para ver si el reverso se corresponde con la belleza del anverso. Atractivo argumento que en el fondo parecía más de lo que ha sido, aunque no me ha decepcionado, es un relato familiar para leer con tranquilidad y sin grandes pretensiones.

“A finales de la Segunda Guerra Mundial, a Cyril Conroy lo visita la suerte: hace una única pero muy inteligente inversión que le permite poner en marcha lo que se convertirá en un gigantesco imperio inmobiliario. El negocio catapulta a su familia desde la pobreza a una ingente riqueza, y su primera decisión es comprar la Casa Holandesa, una rica mansión a las afueras de Filadelfia. La casa, que pretende ser un regalo para su esposa Elna, terminará marcando los designios de toda la familia. Elna, incapaz de soportar la vida en una mansión como aquella, abandona a su familia para entregarse a los más necesitados. Maeve, la hermana mayor, se verá obligada a ejercer de madre para Danny, el pequeño. Circunstancias imprevisibles golpean a los hermanos, que se ven obligados a abandonar su casa de ensueño y rayan de nuevo la pobreza de la que habían escapado sus padres. La adversidad y una profunda nostalgia hacia el hogar que les ha sido arrebatado forjarán un vínculo indestructible entre ellos." La Casa Holandesa " es un cuento de hadas sembrado de claroscuros, un relato sobre un paraíso perdido que ahonda en cuestiones como la memoria, el amor y el perdón”.

Desde las primeras páginas y por los personajes y la línea argumental, se me vino a la cabeza un libro que leí hace muchos años, “Flores en el ático”; hermanos que se quedan sin su madre, un padre poco entregado, una madrasta mala malísima y muchos dramas. En esta ocasión también hay una mala de campeonato que pasa a un segundo plano y al primero salta la historia de los Conroy, Danny y Maeve, víctimas de un expolio que va a marcarlos de por vida. Y ahí empieza en verdad 'La casa holandesa', cuando los dos hermanos son arrojados a un vacío sin red y privados de una parte sustancial de su identidad.
Parece al principio un cuento de hadas, demasiado sensiblón y  debo decir que estaba disfrutando mucho de este libro, pero llegado un punto dejó de resultarme interesante y se transformó, para mí, en otra historia más.
Pero esto no fue suficiente para dejar el libro a medias ni abandonar su lectura; cuenta con  interesantes descripciones que hacen muy seguir lo que está sucediendo, y te permite adentrarte en la historia y sentirla plenamente, como si fueras uno más de la familia.
La novela se estructura en tres grandes partes, dividida cada una de ellas en capítulos. La primera parte consta de siete capítulos y ocupa ciento cincuenta páginas y a mí es, desde luego, la parte que más me ha gustado. Esta primera parte me ha parecido preciosa, sin embargo, tengo que decir que a partir de la segunda parte mi interés fue decayendo, ya que sentía que la trama estaba perdiendo vida y ese toque que la hacía especial.
Reconozco que me ha resultado bastante difícil avanzar con la lectura llegado este punto, porque la historia estaba adquiriendo una cierta lentitud. Sí que me gustaría destacar el maravilloso estilo narrativo, me ha parecido que el libro está escrito con mucha elegancia y delicadeza, y ha sido esto lo que ha conseguido que continuara leyendo hasta el final.
La segunda parte ocupa los años de juventud de Danny y en la tercera nos encontramos con dos protagonistas ya adultos. Esta parte es la que menos me ha gustado de las tres. No me ha disgustado pero me ha parecido un tanto más lenta que la primera y, desde luego, que la tercera en la que todo se acelera. En estas partes veremos evolucionar a los personajes y construir su propia vida
Los personajes son lo mejor de todo este libro, pues son fantásticos y tienen un desarrollo impresionante. Los acompañamos a lo largo de toda su vida, desde su infancia hasta la vejez, y los vemos transformarse en unos adultos que no son capaces de superar el pasado, marcado por la ausencia de su madre y otras muchas dificultades por las que tuvieron que pasar.
En favor de la novela decir que es muy agradable su lectura, la prosa es elegante y delicada, lenguaje asequible y salvo ese cambio de ritmo que perjudica la tensión narrativa, por lo demás no deja de ser un drama familiar que ocupa décadas de la historia de una saga norteamericana. Una historia con mucho amor pero también con dolor y traiciones.
Recomendada para la época estival, aunque pueda parecer una reseña poco animosa, no me cabe duda de que os gustará.

“Nada es eterno ni el dolor ni el gozo, ni la felicidad ni la tristeza; lo pasajero acaba por imponerse al mayor de los designios”.