Buscando
una novela de esas que yo llamo de “descanso” entre lecturas potentes y otras
que te aporten respiro, encontré “La
isla”… y vaya si estuvo acertada la elección. Dentro de la narrativa romántica
y en unas cuatrocientas páginas, Victoria Hislop, despliega una historia
familiar a modo de recorrido de árbol genealógico con grandes dosis de
misterio, secretos del pasado, dramas y cantos de esperanzas, amor y
superación.
lAlexis, joven arqueóloga británica
de origen griego, decide viajar a Grecia para desentrañar la misteriosa
historia de su familia que jamás se han atrevido a contarle. Antes de partir,
su madre le da una carta para que la lleve a una vieja amiga, prometiéndole que
le ayudará a desvelar los acontecimientos que marcaron a la familia, empezando
por el horrible destino de su bisabuela Eleni, condenada al exilio en la Isla
de Spinalonga tras haber contraído la lepra en 1939. Sus dos hijas Anna y
María, protagonizaron una trama de fascinantes amores e infidelidades que,
junto a las intrigas familiares y los sentimientos de repulsa que provoca la
lepra permitirán a Alexis descubrir los terribles secretos que su madre, Sofía,
le ha ocultado durante tantos años. Una familia, en fin, destrozada por la
tragedia, los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y las pasiones
amorosas.
Desde el principio quiero dejar
claro que no es mala, es lo siguiente…, pero que debido al momento concreto
piscinero en el que la leí, no tuve ningún problema en acabarla y pensando que
hay gustos para todo, lo suyo es comentarla y hacer justicia al par de tarde
que me proporcionó de placer en aquello que más me hace disfrutar, leer.
Escrita en dos tiempos, con un
marco geográfico incomparable, Grecia y más concretamente un islote frente a
Creta que durante décadas fue utilizado como leprosería, y sobra decir que está
basada en un hecho real, hasta 1957 fue la última colonia griega de leprosos en
el Mediterráneo. La vida de María y de Ana son el centro de un argumento
mediocre y flojo, tanto como sus personajes, cuyas acciones son predecibles
desde el principio al fin. La clave está en el viaje físico y emocional de una
arqueóloga deseosa de desvelar secretos familiares de los que sus antepasados
se avergonzaban.
Prosa y lenguaje casi infantil que
curiosamente enganchan, escenarios bien descritos, exceso de sentimentalismos,
situaciones muy repetitivas, explicaciones largas e innecesarias , todo medido sin dejar
nada al azar, me dejó las manos atadas y la imaginación bajo llave…, todo eso
hizo inviable el poder empatizar con fríos personajes a los que olvidé en
cuanto cerré el libro, emociones nulas para ser un tema tan cruel que dejaron
el argumento vacío de contenido.
Posteriormente he sabido que hay
una adaptación televisiva de esta novela y tal vez en pantalla sea más
llevadera, pero como novela es mediocre y floja y eso que misteriosamente te
atrapa. El secreto estuvo al menos para mí en el escaso esfuerzo que requería y
como se suele decir “se leía sola”. Estoy segura que le puede gustar a alguien,
no en vano esta autora la elegí en otra ocasión porque de entre tantas
británicas que he leído…, “las hay peores”.
“En el corazón de todos los inviernos vive una
primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”.
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