No
siempre resulta sencillo comentar todo lo que leo, puede que esta sea una de
esas ocasiones. “La ciudad de los libros prohibidos” llegó a mí por la vía más
cercana que podamos imaginar, la autora directamente me hizo participe de la
publicación de su novela, Maribel Carvajal, es lo que llamamos una “paisana”
que conozco desde hace mucho tiempo y sabedora de mi afición por la lectura,
compartió los frutos de un proyecto que le ha ocupado la nada despreciable
cifra de diez años, motivo suficiente para ser generosa con ella y comprar su
libro, aportar un granito de arena y contribuir en el debut literario de esta
joven y valiente escritora extremeña.
Para
hacer una sinopsis breve de estas mil páginas os cuento, que avanzado el siglo
I de nuestra era en la colonia de Augusta Emérita tienen lugar una serie de
misteriosos asesinatos que alteran la vida de este enclave de la Lusitania. La
búsqueda de unos manuscritos conocidos como los “Los Libros Sibilinos”
desencadenan acontecimientos que destapan una red de corrupción, codicia, crímenes
e intrigas que pretenderán justificar las formas de vida y las soluciones
propias de una sociedad que es el fiel reflejo de su Imperio”.
Prefiero
no entrar en detalles y en el caso de animaros, que cada uno complete el
argumento del úelato. Sinceramente si muchos encontraran diez líneas en el
reverso del libro tal vez se hubiera multiplicado el número de lectores.
Mientras lo leía intentaba encontrar a compañeros que estuvieran inmersos en
esta novela, muchos quedaban asustados por el volumen de páginas y otros se
perdían en el repertorio de personajes que dan vida a la trama; de manera que
en solitario he leído este novelón que ya al comprarlo me recordó a las novelas
de Ken Follet, que no decepcionan pero a las que hay que dedicar horas, tiempo
y atención.
Al
decidir leerlo busqué estrategias para no abandonarlo y recurrí a otros
recursos utilizados en autores muy queridos por mí; para no perderme en la galería
de personajes establecí una lista con alguna característica propia de cada uno
de ellos, así acabé familiarizándome con Sexto Furnio Juliano y Cornelio
Severo, además de otros muchos que completan el repertorio de actores y
protagonistas secundarios; aún así Maribel presenta una relación detallada de
cada uno de ellos, pero acostumbrada a Almudena Grande, opté por esta solución
que siempre me da resultado. Aprovecho para decir que alrededor de Sexto y
Cornelio pivota la trama principal de esta historia, y para ser justos un
abanico de personajes femeninos que retratan al detalle la vida de las mujeres
de esta época, sus aficiones, costumbres, el papel cerca y detrás de estos
hombres y la capacidad de influir en decisiones atribuidas a una sociedad
militarizada y castrense.
No
hay nada que criticar acerca de la ambientación elegida por la autora,
detallista hasta el exceso, consigue un retrato social de la colonia emeritense
bajo el mandato de Nerón que nada tiene que envidiar a la capital del Imperio.
Aborda todos los temas de la época, cultos, leyes, dioses, el papel del
ejército, las campañas, las fiestas, los excesos, las ansías de poder, la
corrupción, las injusticias sociales…, y a medida que presenta un tema
confecciona una trama que supone un despliegue de documentación tan exhaustiva,
que acaba siendo un desafío terminar párrafos que a mi parecer se han alejado
del argumento inicial. En estas secuencias que son muy frecuentes me he
acordado de Arturo Pérez Reverte que para describir el uniforme de un militar
necesita veinte páginas y eso a los
lectores acaba echándonos para atrás. Creo que le sobran cientos de páginas a
la novela, a los que nos gusta la Historia leer documentación a estos niveles
no nos importa, pero quienes eligen una novela llevados por un misterio desean
leerla para resolverlo y de paso aprender sobre otras culturas y
civilizaciones.
Sin
duda la recomiendo, tiene todos los ingredientes de un relato de intriga,
misterio, hay muertos, hombres malos, mujeres perversas, amor, libros perdidos…,
todo lo que encontramos en otros géneros pero dentro de la novela histórica. Me
hubiera gustado menos explicaciones de cada acontecimiento narrado, suprimir
algunas tramas que me han resultado innecesarias, pero también quiero decir que
el lenguaje es ágil, sencillo y asequible, que aunque largo el libro se
disfruta, que está escrito para todos los públicos, con escenas elegantemente
tratadas, como mucho rigor histórico y que sin duda entre cada línea he sabido
reconocer los valores con los que se construye una sociedad, amistad, lealtad,
honestidad, valentía y honradez…, valores que cuesta trabajo reconocer en las sociedades
actuales y cuya ausencia las condenas irremediablemente a su desaparición.
Me
gustaría animaros a su lectura especialmente por corresponder al trabajo de
Maribel Carvajal y porque siempre digo que escribir es una tarea muy difícil,
que guste lo que escribes un desafío y que se reconozca tu esfuerzo un sueño; hagamos
que todo esto y más haya valido la pena para esta joven y audaz escritora.
“En cuanto a la adversidad, difícilmente la
soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo”.
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