miércoles, 30 de marzo de 2016

Nunca volverás, Hans Koppel

Hans Koppel, es uno de los nombres que más suenan en la literatura sueca en el género de novela negra. En esta ocasión se trata del primer título de la trilogía y como todo lo escrito hasta ahora, destaca por su ágil lectura y la capacidad para enganchar en una trama que conduce hacia un acelerado e inesperado final.
Mike Zetterberg, su esposa Ylva y su hija Sanna viven en Helsingborg, en el sur de Suecia. Cuando una tarde, tras el trabajo, Ylva no regresa a casa, su marido deduce que está con sus compañeros tomando una copa. Pero a medida que pasan las horas su preocupación va en aumento. Ylva se ha esfumado sin dejar rastro. Pasados unos días, la policía investiga el entorno de la desaparecida y sigue de cerca los movimientos de Mike, que pasa a ser el principal sospechoso. Para él, la vida se convierte en un infierno: no sólo tiene que demostrar su inocencia, sino también coger fuerzas para sacar adelante a su hija a pesar de su desasosiego y su desconcierto. Lo paradójico es que Ylva está secuestrada a pocos metros de allí, en la casa de sus vecinos; esa pareja mayor que se mudó hace unos meses al barrio y que parece tan normal...
Aunque nos encontramos ante una historia algo cruda y retorcida, la forma de narrarla le aporta cierto carácter que la hace parecer menos morbosa de lo que la percibimos. Sin duda, es agradecido la división en capítulos de extensión moderada, que acaba atrapándote en una inquietud contagiosa, convirtiéndola en la novela “pegamento”, de la que no te despegas hasta que no acaba y eso que el final es bastante cerrado y con pocas alternativas para el lector.
Los suecos suelen elegir sus país como ambientaciones para sus relatos y en este caso, Hans ha sido fiel a esa premisa; con un despegue bastante interesante no deja de tener sus rasgos confusos; no quiero que os entusiasméis porque de misterio anda muy justita, ayuda la sencillez narrativa y el perfil de trhiller con personaje sádico que para colmo es tu vecino más próximo y preocupado.
No es una obra de arte, muy bien promocionado, con diálogos sencillos y directos que salvan los defectos de unos personajes flojos y sin garra. Para mi es el guión perfecto de la película de sábado por la tarde, lo que me lleva a confesar que el argumento es superficial y trillado.
Con esta reseña, nos podríamos preguntar por el éxito de las dos que completan la trilogía, y francamente no aseguro que me las lea. Es de agradecer que existan tramas paralelas, pero muy criticable la abundancia de datos iniciales que mutilan toda posibilidad de suspense y misterio y que anulan toda investigación policial con la emoción que se espera de un argumento como este.
Pero como en tantas ocasiones, os recomiendo y os pido su oportunidad, que para gusto los colores, y puede que os encante.
No es el más fuerte ni el más inteligente, el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”.

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