Primera novela
que leo del escritor irlandés John Bauville: es uno de estos libros
algo raros y de gran profundidad psicológica que acabas descubriendo
por azar o por recomendaciones de amigos. Especialmente no ha
resultado inolvidable, pero dentro de lo diferente, está bien.
Creo
que es acertado que os ponga la sinopsis para convenceros de que la
leáis.”Frederick
Montgomery tiene treinta y ocho años, y está en la cárcel a la
espera de que le juzguen por robo y asesinato. Pero este libro de
pruebas que no prueba nada, esta confesión dirigida al juez, no
pretende conseguir una sentencia más leve, sino indagar en las
causas del crimen, desvelar el opaco enigma que Freddie es incluso
para sí mismo. Hijo de buena familia, científico brillante durante
un breve período de su juventud, se ha pasado los últimos años a
la deriva, errando por islas del Mediterráneo nada paradisíacas,
entre bares de mala muerte y una bohemia mucho más cerca de la
degradación que del arte. Hasta que de regreso a Irlanda a buscar
fondos, y en el curso de un robo absurdo, arrastrado más por una
oscura fascinación que por la necesidad, secuestra y mata a una
joven criada”.
Claro,
cuando me decido a leer este tipo de novelas tan especiales, me
pregunto, ¿qué se le pasa por la cabeza a un hijo “de
buena familia” para
hacer esta barbaridad? ¿estamos a salvo de no ser nosotros los que
acabemos protagonizando un hecho tan deleznable como este? … Ya se
ha reducido mucho nuestra capacidad de sorprendernos, cuando leemos
sucesos de esta índole en los periódicos o los escuchamos en los
noticiarios, la violencia a todos los niveles se ha normalizado hasta
hacerla cotidiana; por eso me ha gustado leer este relato bastante
breve que yo diría es una reflexión de los secretos del corazón de
Frederick, en cuya confesión deja al descubierto un auténtico
estallido como ser humano, de lo que ha sido para él la experiencia
de una muerte, de un asesinato, del que se siente único autor.
De
esta manera, se convierte en el narrador de los hechos, en una trama
de estilo elegante y conciso que “prueba”
la calidad literaria de este original autor. Puede resultar algo
compleja por la carga psicológica que tiene la narración, por lo
mucho que se recrea en el escrutinio mental de individuos capaces de
estas atrocidades y porque en el fondo nos lleva a preguntarnos por
nuestro yo más profundo.
Son
escasamente doscientas cuarenta páginas de gran profundidad moral,
escritas como mucho detallismo y a mi gusto le falta ritmo, en
bastantes tramos resulta lenta; incluso me he perdido en algunos
pasajes porque carecen de credibilidad, especialmente en el origen de
los hechos que podría estar mejor explicado. Todo el peso de la
novela recae en el único personaje y en su relato confesional.
Poco
más puedo deciros, no es una novela al uso, pero es original y se
sale de los argumentos simplistas. Algo que me ha gustado son las
frases en cursivas que te hacen pensar y reflexionar sobre
situaciones que pasan de puntillas por la vida y de las que podemos
tomar buena nota para que estas no caigan en el olvido.
Recomendable
por si queréis algo diferente.
“Es
imposible adivinar el final de una historia mientras se está
viviendo, carece de contornos y se constituye como una serie de
palabras, y datos incipientes y, para ser sinceros, nunca recuperamos
toda la información de aquello que fue”.
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