Hoy
toca una novela de la alemana Gisa Klonne, trescientas cincuenta
páginas de intriga y suspense, de esas donde no falta una inspectora
que busca a la amiga desaparecida y que podemos encuadrarla en el
género de novela negra.
Mejor
y para animaros a su lectura os dejo la sinopsis:
La
inspectora Judith Krieger no pasa por su mejor momento. Muy
afectada por la muerte de su compañero, sufre pesadillas y comete
repetidos errores en su trabajo. Se toma unas vacaciones, pero
antes de reincorporarse al trabajo, decide investigar la
desaparición de Charlotte, una amiga ornitóloga que había
viajado a Canadá. Al mismo tiempo, en Colonia, Manfred Korzilius,
amigo y compañero de trabajo de Judith, investiga la desaparición
de un niño mientras se paseaba con su perro. Las sospechas recaen
inmediatamente sobre su padre adoptivo, con el que no mantenía
buenas relaciones. Incluso su propia esposa sospecha de él, ya
que acaba de retirar una gran cantidad de dinero de su cuenta
común y su comportamiento es de lo más extraño.
lAl
leerla me recordó a otras tantas de este tipo que nos atraen por
las portadas o por lo refrescante del título, aunque en honor a
la verdad, no hay ninguna referencia que justifique el mismo.
Dos
tramas paralelas se desarrollan de la mano de dos policías
degradados por motivos laborales, ambos responsables de errores de
consecuencias irreparables. Capítulos cortos y de lectura fácil
que hacen posible terminarla y no sucumbir a su abandono.
Entretenida y sin grandes pretensiones, es una más de las que
invaden el mercado editorial actual; imagino que fruto de la
demanda de los lectores y los intereses comerciales, vamos un poco
de todo.
El
suspense del argumento se acompaña del psicológico, la vida de
los protagonistas se desvela a medida que avanza la narración, y
todo de forma alternativa, sin ser una mejor ni más excitante que
la otra.
Aunque
es la cuarta novela de la alemana Gisa, no llega al nivel de los
grandes del género, pero está bien escrita y se ha sabido abrir
camino y mantenerse en la brecha de los que acceden al difícil
mundo de la escritura.
Ambas
historias nunca se cruzan, que nadie espere que se unen en un
momento inesperado, nada más lejos de la realidad; aunque el
final es excesivamente novelesco y poco creíble, os animo a darle
una oportunidad o al menos la pongáis en vuestra lista de lectura
para el verano que se aproxima.
Hace
casi un año que la leí y tengo buen recuerdo de ella, porque
estas son las elecciones que te ayudan a pasar tardes de relax en
esa maravillosa época de descanso y playa.
“Los
colimbos son las aves que viven entre el mundo de los vivos y los
muertos, curiosas criaturas que abarcan todo el saber de ambos
mundos”.
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