domingo, 21 de junio de 2015

Aguas Heladas, Gisa Klonne



Hoy toca una novela de la alemana Gisa Klonne, trescientas cincuenta páginas de intriga y suspense, de esas donde no falta una inspectora que busca a la amiga desaparecida y que podemos encuadrarla en el género de novela negra.
Mejor y para animaros a su lectura os dejo la sinopsis:
La inspectora Judith Krieger no pasa por su mejor momento. Muy afectada por la muerte de su compañero, sufre pesadillas y comete repetidos errores en su trabajo. Se toma unas vacaciones, pero antes de reincorporarse al trabajo, decide investigar la desaparición de Charlotte, una amiga ornitóloga que había viajado a Canadá. Al mismo tiempo, en Colonia, Manfred Korzilius, amigo y compañero de trabajo de Judith, investiga la desaparición de un niño mientras se paseaba con su perro. Las sospechas recaen inmediatamente sobre su padre adoptivo, con el que no mantenía buenas relaciones. Incluso su propia esposa sospecha de él, ya que acaba de retirar una gran cantidad de dinero de su cuenta común y su comportamiento es de lo más extraño.
lAl leerla me recordó a otras tantas de este tipo que nos atraen por las portadas o por lo refrescante del título, aunque en honor a la verdad, no hay ninguna referencia que justifique el mismo.
Dos tramas paralelas se desarrollan de la mano de dos policías degradados por motivos laborales, ambos responsables de errores de consecuencias irreparables. Capítulos cortos y de lectura fácil que hacen posible terminarla y no sucumbir a su abandono. Entretenida y sin grandes pretensiones, es una más de las que invaden el mercado editorial actual; imagino que fruto de la demanda de los lectores y los intereses comerciales, vamos un poco de todo.
El suspense del argumento se acompaña del psicológico, la vida de los protagonistas se desvela a medida que avanza la narración, y todo de forma alternativa, sin ser una mejor ni más excitante que la otra.
Aunque es la cuarta novela de la alemana Gisa, no llega al nivel de los grandes del género, pero está bien escrita y se ha sabido abrir camino y mantenerse en la brecha de los que acceden al difícil mundo de la escritura.
Ambas historias nunca se cruzan, que nadie espere que se unen en un momento inesperado, nada más lejos de la realidad; aunque el final es excesivamente novelesco y poco creíble, os animo a darle una oportunidad o al menos la pongáis en vuestra lista de lectura para el verano que se aproxima.
Hace casi un año que la leí y tengo buen recuerdo de ella, porque estas son las elecciones que te ayudan a pasar tardes de relax en esa maravillosa época de descanso y playa.

Los colimbos son las aves que viven entre el mundo de los vivos y los muertos, curiosas criaturas que abarcan todo el saber de ambos mundos”.




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