sábado, 1 de mayo de 2021

Independencia, Javier Cercas.

 

¿Cómo enfrentarse a quienes manejan el poder en las sombras? ¿Cómo vengarse de quienes más daño te han hecho? Vuelve Melchor Marín. Y vuelve a Barcelona, donde es reclamado para investigar un caso vidrioso: están chantajeando con un vídeo sexual a la alcaldesa de la ciudad. Cargado con su pesar por no haber encontrado a los asesinos de su madre, pero también con su inflexible sentido de la justicia y su rocosa integridad moral, Melchor debe desmontar una extorsión que no se sabe si persigue el simple beneficio económico o la desestabilización política, y, para hacerlo, se adentra en los círculos del poder, un lugar donde reinan el cinismo, la ambición sin escrúpulos y la brutalidad corrupta. Por ahí, esta novela absorbente y salvaje, poblada de una pleyade de personajes memorables, se convierte en un retrato demoledor de la élite político-económica barcelonesa, pero sobre todo en un furioso alegato contra la tiranía de los dueños del dinero y los amos del mundo.

No puedo decir que es el primer libro que leo de este escritor, de la misma manera que no puedo decir que es el que más me ha gustado; de todas manera voy a contar de la manera más breve posible mis impresiones.

Segunda parte de la serie dedicada al "mosso d'esquadra", Melchor Marín, cuyo primera entrega ganó el Premio Planeta 2019. Si ya la primera no me gustó casi nada, esta, estando en la misma línea, me ha resultado bastante parecida. Confieso que primero la leí y después la escuché en audio libro y tal vez la impresión positiva venga de la segunda más que de la primera.

La historia arranca unos años después de la muerte de Olga, la mujer de nuestro protagonista Melchor Marín, es el año 2025. Al inspector vuelve a Barcelona, lo reclama el inspector Blai, íntimo amigo suyo, para que ayude a investigar un caso delicado: alguien está chantajeando con un vídeo sexual a la alcaldesa de la ciudad.

Esa investigación le sumerge en un mundo de personajes que se creen con derecho a todo e impunes por su estatus social. Los sospechosos son tres hombres estrechamente relacionados con la víctima, todos provenientes de un estatus social alto, que los dota de un cierto aire de superioridad que les impide valorar el alcance de sus actos.

Pero nada es tan sencillo, hay algo más, o mejor dicho alguien más, quien grabó el video, aparentemente sin relación con a los sospechosos. Pero según se van sabiendo más datos de la vida, de la chantajeada y de los posibles criminales, resulta que tienen muchas cosas en común. Un pasado turbio, con muchos cadáveres en el armario, con un nexo de unión a nuestro protagonista, el inspector Marín, que le hará tomar drásticas decisiones.

En lo que al argumento se refiere iremos avanzando en una doble vía. Por un lado tenemos la historia propia de esta novela de la extorsión a la Alcaldesa. Es la parte donde más se aborda el tema político, la corrupción del Gobierno, de la Alcaldía, de las Instituciones. 
Y por otro lado tenemos la historia de Melchor Marín, cómo ha evolucionado su vida con respecto a su trabajo, a su familia, a sus amigos.
 

La prosa es más bien tirando a normalita, sin adornos ni uso de recursos estilísticos. Pero eso a mí no me importa si la estructura y el desarrollo son buenos o llevaderos, y no es el caso. Narrada en presente, la obra se pierde en larguísimas descripciones y escenas, innecesarias la mayor parte de las veces, llenas de detalles que luego no sirven para la trama o no se retoman, como, por ejemplo, el episodio de bipolaridad de uno de los personajes, por no olvidar los parlamentos eternos a modo de discurso o sermón.

Respecto a los personajes, sólo hay un personaje en la novela, en el resto no se detiene o solo están retratados mediante rasgos muy escuetos. Lo normal es que cada personaje tenga su papel bien definido, su función en el relato, aquí esta regla no existe. Hay personajes que no hacen nada o cuya aparición es anecdótica y se limitan a pasar por ahí.

La novela carece de fluidez, se llega hacer pesada por la extensión de los bloques, convirtiéndola en aburrida.

Pero con diferencia lo que más ha llamado mi atención es que el autor aproveche cualquier ocasión para introducir, en boca de personajes, sus ideas u opiniones, u opiniones en general, como por ejemplo referencias al "procés" (proceso de independencia catalana), la política y su corrupción.

Aprovecho para señalar que el tema principal de la trama es la política local, sus conductas mafiosas, el poder, el dinero, el papel de un grupo de familias catalanas y sus abusos tras dichos apellidos de renombre, aunque en el fondo lo esencial gira alrededor de la injusticia, al igual que en la primera entrega.

Por último, al igual que en “Terra Alta”, aparecen innumerables alusiones a los libros,  aunque en esta ocasión, casi más que Los Miserables, se alude a Miguel Strogoff de Julio Verne. Todas las noches el protagonista se lo lee a su hija que identifica al protagonista con su padre. Pero también hay otras alusiones como a Lampedusa, a Eça de Queiroz, está leyendo “La ilustre casa” de Ramires; a John Ford, “El hombre que mató a Liberty Balance”, y John Wayne.

En resumen, esta novela es un ejemplo del dicho de que "segundas partes nunca fueron buenas. No me ha gustado el excesivo discurso político que no aporta gran cosa a la trama narrativa. No me han gustado los nuevos personajes. No me han gustado las menciones que se hacen en el relato al libro anterior, que me han parecido cansinas. Sí me han gustado los personajes que vienen heredados de la primera parte, y por tanto sin ningún mérito en esta segunda novela. Por último me ha gustado el final que cierra algunos flecos que quedaron sueltos de la entrega anterior, muy de agradecer ya que atas cabos y no ha dejado de sorprenderme.

Vamos que en el fondo os la recomiendo ya que la reseña es una humilde opinión y nada más.

“La libertad te permite dejar el miedo atrás y enfrentar tu destino”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario