Dos hombres, uno en la ficción y otro en la realidad, tuvieron la oportunidad de matar a Hitler antes de que éste desencadenara la Segunda Guerra Mundial. A partir de este hecho, Javier Marías explora el envés del «No matarás». Si esos hombres quizá debieron disparar contra el Führer, ¿cabe la posibilidad de hacerlo contra alguien más? Como dice el narrador de Tomás Nevinson, «ya se ve que matar no es tan extremo ni tan difícil e injusto si se sabe a quién».Tomás Nevinson, marido de Berta Isla, cae en la tentación de volver a los Servicios Secretos tras haber estado fuera, y sele propone ir a una ciudad del noroeste para identificar a una persona, medioespañola y medio norirlandesa, que participó en atentados del IRA y de ETA diez años atrás. Estamos en 1997. El encargo lleva el sello de su ambiguo ex-jefe Bertram Tupra, que ya, mediante un engaño, había condicionado su vida anterior.
Lo
primero aclarar tal y como lo hace el autor en el apartado de reconocimientos y
agradecimientos, Tomás Nevison no es la segunda parte de “Berta Isla”, escrita
en el año 2017, aunque sí forman pareja no es ni mucho menos una continuación.
La
novela, más allá de su trama, es una profunda reflexión sobre los límites de lo
que se puede hacer, sobre la mancha que casi siempre trae la evitación del mal
mayor y sobre la dificultad de determinar cuál es ese mal. Con el trasfondo de
episodios históricos de terrorismo, Tomás Nevinson es también la historia de
qué le sucede a quien ya le había sucedido todo y a quien, aparentemente, nada
más podía ocurrir. Pero, mientras no terminan, todos los días llegan...
La novela está ambientada en España
en los llamados años de plomo, 1997 y 1998, en un mundo amenazado por el
terrorismo de ETA y el IRA, con atentados tan perversos como el de Omagh en
Irlanda o el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco en España. En este
contexto, el agente secreto Tomás Nevinson, casado con Berta Isla, es llamado a
la acción tras su retiro prematuro: debe instalarse en una ciudad de provincias
para desenmascarar la identidad falsa de una terrorista. Marías
utiliza la ambientación únicamente para situar a sus personajes, pero no le da
importancia, es un medio para reflexionar sobre la violencia que ejercemos,
sobre la justicia, la venganza o el castigo.
El protagonista se presenta con
rasgos de humor y calculada frivolidad y con estos detalles el autor va
destripando la esencia de este y el resto de los personajes en un intento de
darnos a conocer lo que piensan y cómo actúan.
A pesar de no ser una segunda parte,
“Berta Isla” me pareció mejor, casi setecientas páginas que bien podría ser
algunas menos por mucho que se recurra a episodios reales, algunos de los
cuales no vienen a cuento.
No quiero extenderme en el
comentario, mi reseña se puede completar con datos acerca de la novela que
están en Internet; lo que sí quiero es expresar mi humilde opinión y decir que
sin duda la historia es buena, pero a mí personalmente se me ha hecho larga y
si me apuras pesada. Me quedo con “Berta Isla”.
“El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males”.
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