Existe momentos
en los que la búsqueda de novelas cortas sin grandes pretensiones, te llevan a
obras como “Tres” que cuenta con una buena sinopsis y que al final responden a las expectativas de lo que te
cuenta el reverso del libro. El autor, Dror Mishani, me sonaba de otra novela
que leí hace tiempo, “Expediente desaparición”, la primera de una serie de
novelas protagonizadas por un inspector hecho a conciencia con nombre repetido,
Abraham Abraham y que aprovecho para recomendar. En esta ocasión no ha contado
con este personaje para dar vida a un argumento en el que tres mujeres
entrecruzan sus vidas aparentemente normales creando un thriller al más puro
estilo Alfred Hitchcock y Patricia Highsmith, eso sí, salvando
diferencias.
“Orna, maestra en Tel Aviv y madre
divorciada, se ha decidido a olvidar su fracasado matrimonio y empezar una vida
nueva; Emilia, una cuidadora recién llegada a Israel desde Letonia, necesita a
partes iguales un trabajo y un amparo espiritual que la mantengan a flote;
Ella, por su parte, acude cada mañana a un café para terminar su tesis
doctoral, pero, sobre todo, para huir de su monótona vida familiar. El destino
de estas tres mujeres dará un giro trágico el día que aparezca en sus vidas
Guil, un hombre que pronto dejará claro que no es quien dice ser. Aunque quizá
ellas tampoco...”
Me costó mucho adentrarme en esta trama de
intriga psicológica que nos lleva a un rompecabezas emocional protagonizada por
mujeres que pocas veces tienen la oportunidad de hacerse oír. Mishani nos
conduce hasta los márgenes olvidados de Tel Aviv, ausente de connotaciones
religiosas, para hablarnos de la responsabilidad de observar la vida de
aquellos que nos rodean y de nuestro posicionamiento ante los vivos y ante los
muertos, que de un modo u otro, permanecen siempre entre nosotros. Una novela que mejora con el paso de sus
páginas, que poco a poco se va transformando en algo inquietante y oscuro, una
novela negra de corte mucho más sofisticado a lo que estamos acostumbrados y
que sin llegar a entusiasmarme, creo que más por culpa de esperar algo que en
realidad no era, sí me ha gustado.
El
libro está dividido en tres partes y
tres serán las historias donde en cada una de ellas una mujer diferente será la
protagonista. Conoceremos a cada una de esas tres mujeres en profundidad, sus
formas de vida, su día a día, sus preocupaciones y problemas personales. Estos
datos van dando forma a una atmósfera de misterio conforme va avanzando la
novela y suceden situaciones cada vez más oscuras, momento en el que ya podemos
hablar de intriga psicológica.
Ambientada
mayoritariamente en el Tel Aviv actual. En primer lugar conoceremos a Orna, una
madre recién divorciada que se registrará en una web de citas. En la segunda
parte sabremos de Emilia, una trabajadora del hogar con problemas económicos
que procede de Letonia. Por último conoceremos a Ella, mujer casada y con tres
hijos pequeños que necesita un respiro en su ajetreada vida familiar. Todas de
mediana edad, se entrecruzarán en especie de ratonera cruel y oscura.
Esta es una novela de ritmo
pausado donde la incertidumbre psicológica será determinante. Escrita en
tercera persona su prosa es sencilla y clara, algo muy útil para la forma sutil
de narrar de este escritor israelí. Sin apremio, la primera parte será la más
extensa del resto ya que conoceremos además de a Orna a otros personajes
vitales para la trama.
No
hay que dejar pasar detalles en su lectura si se quiere entender la trama y
especialmente el final que resulta más retorcido de lo esperado. Los crímenes y
misterios quedan cerrados a la perfección.
Tres mantiene en las 272 páginas la idea de una
historia de mujeres que en apariencia nunca se cruzarían en sus particulares
vidas y que sin embargo acabarán teniendo un nexo común. Dror
Mishani va desarrollando una trama que va de menos a más, y que
gracias a eso pude terminarla, porque he de confesar que el inicio me resultó
lento y tedioso, dudando de si realmente acabaría pasando algo de interés. Os
gustará.
“Es difícil vivir con la verdad en un mundo
lleno de mentiras”.
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