jueves, 4 de marzo de 2021

LLévame a casa, Jesús Carrasco


Jesús Carrasco llegó a mis manos con la novela “Intemperie”, el impacto que a día de hoy me dejó esa lectura, lo recuerdo como imborrable; más tarde leí “La tierra que pisamos”, y reconozco que no llegó a la grandeza de la primera, sin duda con “Llévame a casa”, este escritor oliventino ha vuelto a arrebatarme el corazón, algo que me lleva a reconocer que su manera de escribir es única e intensa y por supuesto toca hasta la última fibra de nuestro ser. Abordar los temas de familia, los lazos que unen a sus miembros y las heridas que nos distancian, no es tarea fácil, algo que Jesús acaba convirtiendo en un relato inolvidable.

 “Juan ha conseguido independizarse lejos de su país cuando se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal debido a la muerte de su padre. Su intención, tras el entierro, es retomar su vida en Edimburgo cuanto antes, pero su hermana le da una noticia que cambia sus planes para siempre. Así, sin proponérselo, se verá en el mismo lugar del que decidió escapar, al cuidado de una madre a la que apenas conoce y con la que siente que solo tiene una cosa en común: el viejo Renault 4 de la familia”.

Es una novela familiar que refleja un tema de aplastante actualidad, los conflictos generacionales y las responsabilidades entre los miembros de cualquier familiar; las dos direcciones de esas obligaciones que van de padres a hijos y viceversa y la forma en la que cada uno las ejerce en los días que nos han tocado vivir. En esta emotiva historia de aprendizaje, Jesús Carrasco traza una vez más personajes formidables sometidos a decisiones fundamentales cuando la vida los pone contra las cuerdas.
Con los personajes justos, Carrasco configura una trama sólida entorno a lo cotidiano de cualquier familia, la enfermedad, la muerte de los padres, las vidas lejos de las raíces y del hogar familiar, de la patria o del lugar que nos vio nacer. Esa es la historia de Juan que regresa a un pueblo cualquiera de Toledo, que bien podría ser el del escritor en Extremadura, donde encuentra aquello que le hizo huir y los reproches de una hermana que le enfrentan a su actitud de abandono e indiferencia hacia quienes le dieron la vida.
Sin elección, los acontecimientos se desencadenan ante los ojos de nuestro protagonista, algo que le obliga a asimilar un presente que le conduje a un cambio radical de vida y un reencuentro con el pasado más remoto.
Novela narrada en tercera persona, sencilla, emotiva, creíble que nos otorga la posibilidad de vernos reflejados en muchos de los momentos y acciones que describe gracias a los detalles del día a día de la vida de Juan, los cambios, la tristeza, la resignación a regañadientes de aceptar lo sobrevenido y todo para concluir en una catarsis de la que ninguno estamos libres en nuestra existencia. No siempre estamos preparados ni hemos sido educados para actuar correctamente, pero eso no nos exime de hacer frente a nuestras responsabilidades y las consecuencias que de ello se derive.
Cabe destacar la descripción psicológica y sutil de los personajes que constituyen el centro de la narración y que constituyen, a su vez, el núcleo familiar. El estilo limpio de Jesús  es fluido, descriptivo, usando un léxico rico en matices. La habilidad en la forma de expresarse es tal que, lo mismo podemos sentir los olores que desprende la comida que ha preparado la madre, que la intensidad con que se describen las plantas del paisaje, algo que no deja exento de complejidad a esta emocionante historia.
No quiero seguir contando más de esta pequeña obra de arte, de esta historia de sentimientos pero no sensiblona ni dramática en la que al menos yo me he visto reflejada por lo mucho que me ha hecho pensar ante el dilema que se reconoce en todas sus páginas. Sin duda un homenaje a la generación de la posguerra que tan duro lo tuvieron y un mensaje para las generaciones posteriores acerca del deber de responsabilidad que tenemos por ser nietos e hijos de aquellos “valientes”.
No me cabe duda que os gustará.

       “El hombre feliz es aquel que siempre encuentra la paz en su hogar”.

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