El hecho de leer tanto y contar con
poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que
comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar
sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que
consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Manuel acuchilla a un policía
antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada.
Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra
en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos
necesita.”
Primer contacto con este autor,
libro que me llegó como un regalo y siguiendo las recomendaciones literarias de
un programa de radio. Confieso que el título me desagradó en exceso, el
calificativo de “asqueroso” goza de mi total rechazo, pasadas las primeras
malas impresiones, reconozco que su breve sinopsis me animó a lo que ha
resultado ser una lectura fácil y original.
La acción en este libro que
escasamente da para un relato, empieza en las primeras páginas, un encontronazo
fortuito entre nuestro protagonista y un antidisturbio, desencadena el resto de
la trama que se convierte en un thriller estático a lo Robinson Crusoe moderno.
Una historia que nos enfrenta con las heridas de una sociedad insana a la que
pertenecemos y cuyas heridas más profundas nos cuesta reconocer.
Es la cuarta novela de Santiago
Lorenzo, de estructura sencilla que aborda cuestiones concretas que se
convierten en temas de este argumento; el despoblamiento de los núcleos rurales
españoles, la soledad, la desconfianza hacia el progreso, la colonización de
los urbanitas, los excesos y el postureo, los beneficios de alejarse de las
ciudades y estas cuestiones se convierten en la escritura de Lorenzo en un
intento de crítica social de ataque a la clase media, donde tener de todo lo
material resulta innecesario y cuestionable.
Historia narrada a lo largo de
doscientas páginas por el tío del protagonista, lo hace con prosa original y
sencilla y con un lenguaje que oscila entre lo barroco y lo más “cani”,
resultando en ocasiones bastante vulgar y desagradable. Lo peor de la novela es
lo previsible de la misma, pasas hoja tras hoja y no ocurre nada, se tiene la
sensación de estar estirando un momento puntual de gran tirón pero nada más.
A pesar de resultar repetitivo y
lo flojo de los personajes, está contado con ironía y dosis de humor
aceptables, no del gusto de todos pero bien colocada, no llegas a partirte de
risa pero consigue hacer del libro una lectura entretenida y curiosa.
He tenido mis contradicciones a la
hora de valorar “los asquerosos”, Manuel me resulta una víctima de las
circunstancias más fortuitas que nos pueden pasar a cualquiera, de manera que
desde el principio empaticé con él, más tarde su decisión de aislarse me
pareció hasta valiente, la aparición de la colección Austral de novelas fue un
guiño al pasado muy agradable y original y la renuncia a todo lo material que
tiene este personaje por imposición de su destino me ha gustado hasta llevarme
a la reflexión más inmediata; por lo tanto os recomiendo que lo leáis por su
sencillez y porque aunque algo insulsa al principio resulta más profunda de lo
que podamos imaginar. Os gustará.
“El problema es que hay más gente
interesada que gente interesante”.
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