El
hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de
llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a
mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas
al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Una helada mañana de enero de 2006, un
fotógrafo hace un descubrimiento aterrador: en el pequeño pueblo de Hesjovallen
aparecen brutalmente asesinadas diecinueve personas. Ante semejante atrocidad,
la policía sospecha que puede tratarse de la obra de un perturbado. Sin
embargo, la jueza Birgitta Roslin, en Helsingborg, al leer el suceso se entera
de que entre las víctimas se encontraban los padres adoptivos de su madre,
August y Britta Andrén; cuando busca más información, descubre que también en
Nevada, Estados Unidos, ha muerto asesinada una familia apellidada Andrén. Una
sospecha comienza abrirse paso en su mente. En el lugar del crimen se ha
encontrado una cinta de seda roja, y Birgitta cae en la cuenta, fortuitamente,
de que es una de las cintas que cuelgan de los farolillos de un restaurante
chino de Hudiksvall. En sus investigaciones, Birgitta viaja hasta Pekín, donde
se verá involucrada de pronto en la cruenta lucha de poderes dentro del Partido
Comunista Chino. Como potencia mundial en pleno desarrollo, China se enfrenta
al grave problema de la falta de materia prima y al de millones de campesinos
pobres sin acceso al creciente bienestar; en tal encrucijada, una posible solución
consiste en enviar fuera del país a esos campesinos para que colonicen grandes
zonas de África... Entretanto, Birgitta es sometida a una implacable
persecución que la pone en grave peligro”.
Lo primero es advertir que
no es la típica novela del inspector Wallander, de las llamadas negras, tras un
comienzo fulgurante con un caso por resolver en la más pura tradición del
género de intriga, como son 19 muertos pertenecientes a tres familias en un
remoto pueblo del norte de Suecia, toma un giro radical que lo aleja
completamente de este género de novela para entrar en otro que no sabría cómo
definir. Tiene un inicio realmente genial. Un crimen masivo, en el
norte de Suecia, a menos de 6 grados bajo cero. Un pueblecito aislado
totalmente masacrado y ninguna pista. El final es también bueno pero en
distinto grado; es previsible pero correcto. En él, se recupera la acción y el
suspense del principio dejando cierto regusto de satisfacción.
Una novela en la que Henning Mankell nos sitúa no sólo en la
Suecia y la China actuales, sino también en escenarios que, en el siglo XIX,
fueron testigos de grandes dramas. El despegue presenta ese crimen
horrible y a la vez genera la intriga suficiente para que la atención no
decaiga, no obstante parece la excusa para llevar la trama a otros menesteres
mucho menos interesantes y que no están del todo bien conectados con dicha
masacre. La segunda parte del libro, cuyo peso recae casi exclusivamente en la
jueza sueca, apenas se sostiene. La trama se vuelve lenta, se desvía del eje
principal y las soluciones se hacen poco creíbles.
Mankell aprovecha para
contarnos una parte de la historia americana
que tienen muy silenciada, como fue la explotación de los chinos como mano de obra prácticamente
esclava y utilizada para la construcción de las líneas de ferrocarril que
atravesaron el país de costa a costa. Racismo, menosprecio
a unos seres a los que se considera muy buenos currantes, pero en absoluto
personas. Como decía una parte oculta de la historia de Estados Unidos.
Esta historia ocurrida en 1860 es la que
desencadenará la cruel venganza ocurrida 140 años después. Y es una parte
interesantísima del libro, aunque sea como una historia dentro de otra
historia.
Respecto al ritmo de la narración aviso que es muy
irregular, pues en el fondo es como empezar tres novelas, de ahí que los
cambios sean diferentes, con la necesidad de volver a centrarse en cada
historia y terminar hilvanándolas todas.
Historias distanciadas mucho en el tiempo y en la
geografía, muy instructiva, llenas de suspense y cargada de crueldad en los
momentos en los que se relata el sufrimiento del pueblo chino a lo largo de su
Historia.
Aunque haya asesinatos
y un poco de misterio al principio, considero que el tema principal del libro
es mostrarnos un retrato y una comparación entre la sociedad sueca (occidental
en general) y la china (Oriente por extensión). Igualmente me he encontrado con
un análisis de la situación de la China actual, que es la tercera parte del
libro.
Los personajes cuentan
con la particularidad de ser adultos que han superado los 50 años de edad, de
ahí que la visión de lo vivido se aleje de la perspectiva de los jóvenes.
Cualquiera de ellos está extraordinariamente bien construido y asistimos a una
evolución de los mismos acorde con sus experiencias.
Un libro interesante
por las dosis de Historia que contiene, algo más que una novela de misterio,
que ha profundizado en los conflictos de las luchas de clases, la búsqueda de
la igualdad, la venganza, los derechos humanos y las problemáticas culturales entre
distintos continentes.
Creo que la trama
inicial es un mero hilo conductor, de ahí que aunque la lectura sea fácil en
ocasiones resulta densa por los detalles y las descripciones históricas,
haciendo el relato enrevesado y complejo.
Personalmente el tema
policíaco me ha gustado, pero igualmente he disfrutado de la historia de la
China en tiempos de Mao y en la actualidad. Entretenida, bien documentada y
original a pesar de los numerosos temas que aborda, mezcla de política,
historia, reivindicaciones y sangre.
Os pido una
oportunidad. Os gustará.
“Las batallas de la
vida son continuas y no las gana el más fuerte”.
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