martes, 20 de noviembre de 2018

La Trenza, Laetitia Colombani


Un día vas a la biblioteca y una amiga te dice; ¿no has leído este libro?, es el libro que mimarás toda tu vida, es una historia tan sencilla y sensible que te provoca mimarlo antes y después de leerlo. Aquellas palabras me llegaron muy hondo y sin pensarlo se vino a casa conmigo. Con posterioridad lo he recomendado y por supuesto comprado, imposible no tenerlo cerca para cualquier oportunidad de volver a leerlo.
No voy a poner la sinopsis, voy a contar que es la historia de tres mujeres corrientes, anónimas de culturas muy distintas y vidas en las antípodas que acabaran entrelazándose gracias a una “Trenza”.
Laetitia Colombani es una escritora francesa que ha inaugurado su vida literaria con esta preciosidad de relato de escasas doscientas páginas; esa es una de las razones por las que no quiero hacer extensa la reseña, si fuera contando los detalles que la hacen tan maravillosa prácticamente la contaría y eso sería como reventar la novela.
El destino juega un papel principal, ninguno somos dueños ni siquiera del nuestro. La India, Italia y Canadá sirven de escenarios a cada una de estas tres historias cuyas protagonistas exclusivas son mujeres de vidas muy diferentes.
Narrada en tercera persona, con una agilidad extraordinaria, lenguaje sencillo, diálogos ligeros, trama simple, asequible y envolvente, sin dramatismos pero con altas dosis de emociones y sentimientos. Se nos presenta dividida en capítulos alternativos que lleva las tres historias de manera casi paralelas, cada una de esas vidas podrían dar para una novela individual, he tenido la sensación de que se me ha hecho corta, tanto que el final ha parecido demasiado precipitado.
Asombrosa la manera de hilvanar la trama y sorprender con giros argumentales inesperados y suaves. Cada relato es un reflejo de la lucha por cambiar y superar el conformismo que condena a los seres poco agraciados por la diosa fortuna. Todos aportan datos culturales, etnográficos, sociales de sus respectivas culturas y a cual más interesante.
Me ha recordado a la película de Babel y podría ser un buen guion de cine, nunca se sabe.
Hace unos meses una amiga me llamó para pedirme consejo a la hora de elegir un libro para alguien especial, mujer, apasionada de la lectura y con una situación muy peculiar; no lo pensé dos veces, semanas después me dijo que le había gustado tanto que ella misma lo había comprado, y así sin pensarlo hemos hecho entre las tres nuestra particular “Trenza”. Solo una tarde y me daréis la razón.
“Me gustan esas horas solitarias en que mis diez dedos danzan. Qué extraño ballet el de mis manos mientras escriben la historia de una trenza y sus lazos”.

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