Elegir a Susana Tamaro, es saber
que voy a disfrutar de sus letras, de su candidez a la hora de escribir, de sus
historias bien contadas, de todo aquello que salga de su pluma y de su “corazón”.
No voy a decir que lo he leído todo, pero sí bastante de esta escritora
italiana apasionada por la naturaleza y que lleva más de treinta años viviendo
en el campo alejada del mundanal ruido.
“Narra la vida de una tigresa siberiana desde su nacimiento, pasando por
la temprana pérdida de su madre en la taiga hasta una amistad fortuita con un
chamán que la enseña a regirse por la sabiduría del corazón”.
En esta ocasión y al igual que en su breve obra “Luisito”,
Susana nos presenta una fábula para adultos, una alegoría sobre un alma libre y
el viaje que a veces tenemos que emprender para encontrar el camino de regreso
a casa. Esta alegoría moral se ha comparado con la extraordinaria obra del “Principito”
debido a las similitudes existentes en la filosofía de fondo sobre la condición
humana.
La autora de “Donde el corazón te lleve” y “Escucha
mi voz”, no abandona su prosa elegante y clara para exponer mensajes de doble
interpretación a través de un viaje introspectivo vivido por los personajes; el
uso de metáforas e historias de estos curiosos actores se convierten en
lecciones que avalan la importancia de valores como la libertad y la esperanza.
Todo ello esconde una dura critica al ser humano, el único animal de la
naturaleza capaz de matar sin necesidad alguna, y solo por el poder y el placer
de hacerlo.
Considerada una obra contemporánea se inscribe en
el género de ficción literaria, escrita a primeros de octubre de este año ya
cuenta con el aplauso de su público incondicional, quien tras años de retiro
acoge con inquietud la fábula en la que hay mucho de la personalidad de Susana.
Lectura tierna y dramática, para niños y para adulos, con ilustraciones y
frases que invitan a la reflexión, con una propuesta sincera por parte de la
autora hacia la necesidad de conocer el sentido de nuestros actos, utilizando
la “Naturaleza” como medio imprescindible y otorgándole el papel de
protagonista estelar de esta fábula.
Aunque la mente se quiera imponer, la autora a
través de esta tigresa nos muestra como la lucha con el corazón acaba dándole
la razón a éste, porque en él están las respuestas que buscamos.
Muy recomendable y aviso que el final es esperado
pero triste. Vale la pena sostener entre las manos un par de tarde a la
inestimable Susana Tamaro.
“Hay
paredes que se escalan con las manos y paredes que se escalan con el corazón.
Igual que hay vidas que sólo conocen la monotonía de la llanura, y otras a las
que continuamente se les exige subir.
Tristes las vidas que nunca se topan con una pared”.
Tristes las vidas que nunca se topan con una pared”.
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