Hace unos meses volví a toparme en
las estanterías de mis libros con esta novela, “La casa de los amores
imposibles”, la leí en el año 2010 y tenía un buen recuerdo de ella, de
manera que sin pereza me reencontré con estas mujeres malditas fruto de la imaginación
de Cristina López Barrio, autora que recuerdo me gustó en esta y en otra de sus
novelas, “El cielo en un infierno cabe”. Reconozco que me gustan las
historias de familias, sus odios, amores, venganzas y maldiciones, y creo
recordar que lo tenía todo.
“Clara
Laguna es una hermosa adolescente de un pueblo castellano de principios del
siglo XX. Cuando se enamora perdidamente de un hacendado andaluz, su madre, una
hechicera tuerta, la previene de la maldición de las Laguna: están condenadas a
sufrir el desamor. Así, el hacendado la abandona tras quedarse embarazada y
Clara, ciega de rabia, abre un burdel en la casona roja, a las afueras del
pueblo. Allí, da a luz a Manuela, una niña fea y marchita”.
Con esta sinopsis queda aclarado que es la trayectoria de las
vidas de una saga familiar en las que las mujeres no son precisamente felices.
Al parecer todas están condenadas a la deshonra y al desamor, al sufrimiento de
“amores imposibles”, al abandono y a embarazos que las obligaran a parir en la
misma soledad que acompaña sus desgraciadas vidas. Resumiendo, historia de
mujeres infelices que se trasmite de generación en generación a toda la que es “Laguna”.
La escritora madrileña recuerda a las novelas de realismo mágico
de Isabel Allende y García Márquez, las dosis de imaginación no están
racaneadas, pero es lo que se llama un “realismo castellanizado”, un retrato
costumbrista que abarca desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del
siglo XX.
Trama bien escrita y estructurada, basada en un argumento que
atrapa desde el comienzo, que decae en ciertos pasajes y que afloja
irremediablemente al final del mismo. El eje de la historia gira alrededor de
Olvido la protagonista principal, pero en esta galería de actores se lleva la
palma la mujer de nombre Clara, consigue dejar huella y su historia es la más
conmovedora de todas. En general todos los personajes están bien perfilados,
van desfilando uno a uno a lo largo de las cuatrocientas páginas de este
relato, en el que cada mujer cuenta su particular historia de amor y su trágico
final.
Casi un siglo de vicisitudes arremeten sin piedad contra
estas mujeres, contada con un lenguaje sencillo y diálogos amenos, combina
momentos de crueldad con reflexiones íntimas y desgarradoras. A pesar de lo
previsible del final y lo mucho que nos puede sonar a otras novelas ya leídas,
la recomiendo porque es de las lecturas que agradan en cualquier momento y al margen
de los estados de ánimos; además las pasiones humanas siempre evidencian lo más
desconocido de nuestra condición.
“Cuando alguien no le corresponde tu amor lo mejor es dejarlo marchar, para que nuevas puertas se abran tienes que cerrar las viejas".
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