miércoles, 19 de abril de 2017

La casa de los amores imposibles, Cristina López Barrio


Hace unos meses volví a toparme en las estanterías de mis libros con esta novela, “La casa de los amores imposibles”, la leí en el año 2010 y tenía un buen recuerdo de ella, de manera que sin pereza me reencontré con estas mujeres malditas fruto de la imaginación de Cristina López Barrio, autora que recuerdo me gustó en esta y en otra de sus novelas, “El cielo en un infierno cabe”. Reconozco que me gustan las historias de familias, sus odios, amores, venganzas y maldiciones, y creo recordar que lo tenía todo.
“Clara Laguna es una hermosa adolescente de un pueblo castellano de principios del siglo XX. Cuando se enamora perdidamente de un hacendado andaluz, su madre, una hechicera tuerta, la previene de la maldición de las Laguna: están condenadas a sufrir el desamor. Así, el hacendado la abandona tras quedarse embarazada y Clara, ciega de rabia, abre un burdel en la casona roja, a las afueras del pueblo. Allí, da a luz a Manuela, una niña fea y marchita”.
Con esta sinopsis queda aclarado que es la trayectoria de las vidas de una saga familiar en las que las mujeres no son precisamente felices. Al parecer todas están condenadas a la deshonra y al desamor, al sufrimiento de “amores imposibles”, al abandono y a embarazos que las obligaran a parir en la misma soledad que acompaña sus desgraciadas vidas. Resumiendo, historia de mujeres infelices que se trasmite de generación en generación a toda la que es “Laguna”.
La escritora madrileña recuerda a las novelas de realismo mágico de Isabel Allende y García Márquez, las dosis de imaginación no están racaneadas, pero es lo que se llama un “realismo castellanizado”, un retrato costumbrista que abarca desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX.
Trama bien escrita y estructurada, basada en un argumento que atrapa desde el comienzo, que decae en ciertos pasajes y que afloja irremediablemente al final del mismo. El eje de la historia gira alrededor de Olvido la protagonista principal, pero en esta galería de actores se lleva la palma la mujer de nombre Clara, consigue dejar huella y su historia es la más conmovedora de todas. En general todos los personajes están bien perfilados, van desfilando uno a uno a lo largo de las cuatrocientas páginas de este relato, en el que cada mujer cuenta su particular historia de amor y su trágico final.
Casi un siglo de vicisitudes arremeten sin piedad contra estas mujeres, contada con un lenguaje sencillo y diálogos amenos, combina momentos de crueldad con reflexiones íntimas y desgarradoras. A pesar de lo previsible del final y lo mucho que nos puede sonar a otras novelas ya leídas, la recomiendo porque es de las lecturas que agradan en cualquier momento y al margen de los estados de ánimos; además las pasiones humanas siempre evidencian lo más desconocido de nuestra condición.

“Cuando alguien no le corresponde tu amor lo mejor es dejarlo marchar, para que nuevas puertas se abran tienes que cerrar las viejas".

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