viernes, 28 de abril de 2017

El sistema Victoria, Éric Reinhardt

Esta novela difícil de clasificar en un género concreto, no ha sido la lectura que me esperaba, leída con cierto trabajo y poco entusiasmo, puedo decir que la he terminado, de manera que aunque breve haré una reseña por si os interesa y disfrutáis con ella lo que yo no he podido hacer.
David es un arquitecto casado y con dos hijas. Soñador e idealista, se siente un hombre frustrado. Encargado de la dirección de obra de la torre más alta de París, se verá además sometido a muchas presiones.
Victoria, la atractiva y poderosa directora de Recursos Humanos de una multinacional, es una mujer voraz e implacable en el sexo y en los negocios.  
Cuando se conocen de modo casual en un centro comercial, entre ellos se creará una peligrosa y destructiva relación abocada al fracaso irremediable.
Por ubicarla de alguna manera me ha parecido una mezcla de thriller de obsesión y suspense, con fuertes connotaciones políticas y dosis bien despachadas de sexo y poder. Es verdad que tiene momentos de romanticismo, pero para nada es romántica, más bien es la trágica historia de un adulterio con un final que se conoce desde los inicios de la novela.
Narrada en primera persona por David el “mujeriego” seguro de sus conquistas, padre de familia que combina su acomodada vida con los escarceos de noches y noches, hasta que una mujer, Victoria, altera su modus operandi y da un giro de 180º a su vida, comenzando así una relación con consecuencias devastadoras. Ambos protagonistas se presentan como seres antagónicos en sus ideales, acciones y propuestas de futuros; pero igualmente comparten un mundo de lujos y excesos que contribuirán a dar consistencia a este argumento mezcla de thriller y erotismo maquillado.
La lectura es poco emocionante y espesa en muchos tramos, hay excesos de grandes monólogos que acaban resultando tediosos y repetitivos en la temática: sociedad, política, economía, crisis de valores; en definitiva y mordaz y destructiva crítica al capitalismo y sus efectos colaterales. El final redondea este mal sabor de boca dejado por la primera novela de este autor francés, escasa credibilidad y precipitación, aunque en el fondo ya era predecible.
Poco o nada la recomiendo, el binomio de hombre golfo y mujer fatal que sabe donde se mete entusiasmada con el sueño de dejar de ser algún día “la otra”, no me ha hecho disfrutar lo esperado, pero nada es descartable cuando está “negro sobre blanco”, que escribir es una tarea muy honesta y difícil, de manera que elegid vosotros que puede que os llevéis una sorpresa.

“Solo los que confían pueden encontrar el amor y a la felicidad. Y aquellos que aman pueden ser traicionados”.

miércoles, 19 de abril de 2017

La casa de los amores imposibles, Cristina López Barrio


Hace unos meses volví a toparme en las estanterías de mis libros con esta novela, “La casa de los amores imposibles”, la leí en el año 2010 y tenía un buen recuerdo de ella, de manera que sin pereza me reencontré con estas mujeres malditas fruto de la imaginación de Cristina López Barrio, autora que recuerdo me gustó en esta y en otra de sus novelas, “El cielo en un infierno cabe”. Reconozco que me gustan las historias de familias, sus odios, amores, venganzas y maldiciones, y creo recordar que lo tenía todo.
“Clara Laguna es una hermosa adolescente de un pueblo castellano de principios del siglo XX. Cuando se enamora perdidamente de un hacendado andaluz, su madre, una hechicera tuerta, la previene de la maldición de las Laguna: están condenadas a sufrir el desamor. Así, el hacendado la abandona tras quedarse embarazada y Clara, ciega de rabia, abre un burdel en la casona roja, a las afueras del pueblo. Allí, da a luz a Manuela, una niña fea y marchita”.
Con esta sinopsis queda aclarado que es la trayectoria de las vidas de una saga familiar en las que las mujeres no son precisamente felices. Al parecer todas están condenadas a la deshonra y al desamor, al sufrimiento de “amores imposibles”, al abandono y a embarazos que las obligaran a parir en la misma soledad que acompaña sus desgraciadas vidas. Resumiendo, historia de mujeres infelices que se trasmite de generación en generación a toda la que es “Laguna”.
La escritora madrileña recuerda a las novelas de realismo mágico de Isabel Allende y García Márquez, las dosis de imaginación no están racaneadas, pero es lo que se llama un “realismo castellanizado”, un retrato costumbrista que abarca desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX.
Trama bien escrita y estructurada, basada en un argumento que atrapa desde el comienzo, que decae en ciertos pasajes y que afloja irremediablemente al final del mismo. El eje de la historia gira alrededor de Olvido la protagonista principal, pero en esta galería de actores se lleva la palma la mujer de nombre Clara, consigue dejar huella y su historia es la más conmovedora de todas. En general todos los personajes están bien perfilados, van desfilando uno a uno a lo largo de las cuatrocientas páginas de este relato, en el que cada mujer cuenta su particular historia de amor y su trágico final.
Casi un siglo de vicisitudes arremeten sin piedad contra estas mujeres, contada con un lenguaje sencillo y diálogos amenos, combina momentos de crueldad con reflexiones íntimas y desgarradoras. A pesar de lo previsible del final y lo mucho que nos puede sonar a otras novelas ya leídas, la recomiendo porque es de las lecturas que agradan en cualquier momento y al margen de los estados de ánimos; además las pasiones humanas siempre evidencian lo más desconocido de nuestra condición.

“Cuando alguien no le corresponde tu amor lo mejor es dejarlo marchar, para que nuevas puertas se abran tienes que cerrar las viejas".

viernes, 14 de abril de 2017

Nunca falta nadie, Catherine Lacey

Primera novela de la escritora norteamericana, Catherine Lacey, elegida como el mejor libro 2014, llegando a nosotros en el 2016. Reconozco que es un tipo de narrativa muy alejada de mis preferencias pero la sinopsis me pareció curiosa y le otorgué un voto de confianza que ha servido para un aprobado justito.
Sin decir nada a su familia, Elyria toma un vuelo de ida a Nueva Zelanda, abandonando su estable pero insatisfactoria vida en Nueva York. Mientras su marido intenta desesperadamente comprender qué ha sucedido, Elyria pone a prueba el destino viajando en coches de desconocidos, durmiendo en campos, bosques y parques, y teniendo encuentros arriesgados, a menudo surrealistas.
A medida que se adentra en la vida salvaje de Nueva Zelanda, el recuerdo de la muerte de su hermana la atormenta y una violencia soterrada crece en su interior, aunque quienes la conocen no perciban nada raro. Esta paradoja la conduce a otra obsesión: si su verdadero yo es invisible y desconocido para el resto del mundo, ¿puede decir que está realmente viva?.
Visto la complejidad del argumento, voy a resumir un poco y mostraros la esencia de la trama. Elyria sufre la muerte de su hermana, un suceso impactante en su vida, para remediar tanto dolor se casa con el que había sido novio de ella, así ambos, pretenden hacer un duelo conjunto y rendir un “homenaje” a la fallecida. Por supuesto los resultados no son los esperados y el caos emocional está servido en bandeja. Elyria es escritora de guiones de telenovelas y su esposo profesor universitario, ambos viven en Nueva York dentro de una espiral de hastío y aburrimiento que sirve de detonante para la decisión de marcharse y encontrarse a sí misma.
Narrada en primera persona por la casi única protagonista del relato, esto se convierte en una historia de reflexiones y pensamientos densos y pesados que ralentiza la lectura llegando a ser insufrible. Un viaje que supone kilómetros y kilómetros de monólogos de idas y venidas del presente al pasado, haciendo de estos flashback una lectura desesperante, repetitiva y casi deprimente.
No es una historia bien contada, le falta coherencia narrativa, los personajes están poco definidos y la ambientación poco explotada. La vida y aquello que debería haber ido sabiendo de Elyra no he llegado a descubrirlo porque la historia se atasca continuamente. Aunque son algo más de doscientas cincuenta páginas, para mí bastante desaprovechadas, esperaba un viaje físico y emocional y un relato lleno de descripciones de Nueva Zelanda y del alma de esta mujer confundida en busca de su identidad.
No recuerdo porque la elegí, tal vez su portada me llamó la atención, no lo sé…, pero no es recomendable siguiendo mis preferencias, aunque escribir para los demás es un acto generoso que bien vale nuestra atención y gratitud, leedla y quién sabe?.

“Soy de esa gente que nunca es capaz de olvidar del todo a quienes han perdido, que no conocen ese truco mágico que parece estar al alcance de otros”.

domingo, 9 de abril de 2017

Todo lo que cabe en los bolsillos, Eva Weaver

Imposible no detenerse en esta portada y en este título. Solo con observar la foto los símbolos nos atrapan y a modo de descarga eléctrica nos avisa de la posible temática del libro. Las probabilidades de rechazarlo son muy altas, antisemitismo y Segunda Guerra Mundial se anuncian a gritos y no por sus letras en rojo; estamos muy saturados de las visiones catastrofistas y dramáticas de uno de los acontecimientos más vergonzosos de nuestra humanidad; pero la curiosidad de todo lector es ir más allá de lo evidente y correr riesgos que puedan llevarte a la sorpresa que uno nunca espera.
“Mika hereda de su abuelo sus marionetas y un gran abrigo lleno de bolsillos. Actúa ante otros niños, haciéndoles olvidar por un momento la miseria del gueto. Pronto se ve obligado también a actuar para los soldados, lo que le permite salir de allí. Tras la liberación, las marionetas quedan en poder un soldado nazi confinado en Siberia. Los soldados alemanes no llegaron a descubrir jamás el mundo secreto que Mika, el titiritero judío, escondía en el interior de ese abrigo demasiado grande. Reclutado a la fuerza para alegrar el tedio de los soldados alemanes, su abrigo se convertirá en salvoconducto clandestino y aun, muchos años después, en insospechado instrumento de reconciliación. Años después, y tras pasar por varias manos, las marionetas volverán a Mika en su lecho de muerte”.
Con esta sinopsis Eva Weaner nos regala una aventura a través del tiempo con una conducción impecable. Situada en el año 2009, momento en el que Mika siendo ya anciano cuenta a su nieto una historia, la suya, y lo hace de manera retrospectiva; así aparecemos de la mano de esta escritora inglesa en la Varsovia de la ocupación nazi. Pensamos sin remedio en un relato de supervivencia y superación, de lucha por la vida, los guetos polacos, el poder, la miseria, los campos de concentración…, todo presente que nadie piense que faltan estos elementos que definen un momento histórico como el que ya conocemos, pero el libro siendo triste cuenta con dosis de lágrimas y risas, momentos crueles y amenos, descripciones bonitas y otras impactantes pero exquisitamente tratadas hasta hacer posible dulcificar una historia como la de Mika y Max.
Aunque más de trescientas páginas pueden resultar excesivas, la estructura de la novela las distribuye en tres partes; la primera es la más larga, prácticamente nuestro titiritero absorbe el protagonismo casi por completo, la segunda cede el lugar a Max, el soldado nazi capturado en Siberia portador de las queridas marionetas y sus vivencias en los duros gulags rusos, y la tercera y última es la parte más breve que ayuda a cerrar una obra perfecta sin fisuras ni grietas.
Dividida en treinta y dos capítulos escritos con un estilo directo y prosa perfecta a la que ayuda un lenguaje cuidado y elegante. Narrado en primera persona con un equilibrio entre diálogos y reflexiones por parte de los personajes muy acertados.
El inicio del libro te atrapa gracias a un bellísimo y curioso prólogo acerca del abrigo, tanto que le otorga vida propia a esta prenda, la dota de sentimientos y nos trasmite los cambios que vivirá a lo largo de su vida. El abrigo aparece como la tabla de salvación, el mecanismo de defensa que Mika recibe en herencia para superar esa carrera contra la adversidad a la que ha quedado condenado.
No se puede objetar nada malo de los personajes, una labor arquitectónica de emociones y vivencias paralelas en un escenario común pero en extremos opuestos, gracias a ellos conocemos un mismo acontecimiento desde perspectivas bien distintas. Pero lo que más me ha maravillado es el protagonismo de las marionetas, como Eva Weaver las ha dotado de identidad propia y el valor histórico como legado mudo de aquella vida de Mika y Max.
Con “Todo lo que cabe en los bolsillos” he disfrutado por el enfoque acertado y original que se sale de lo habitual, un planteamiento sencillo con dos hilos narrativos en dos épocas diferentes, de fácil lectura, con descripciones realistas y grandes reflexiones acerca de la vida.
Podía terminar con datos y estadísticas de la barbarie nazi a los judíos, o diciendo a qué otras obras me recuerdan este precioso libro, pero prefiero compartir con vosotros que de manera accidental lo leí poco antes de viajar a Polonia y es difícil describiros lo que sentí cuando visité el gueto de Varsovia e identifiqué lugares que la autora recrea en la novela, tal vez mi experiencia unida a su lectura es lo que me lleva a recomendarla y por su puesto también un viaje a uno de los países más bonitos de Europa.

“Los recuerdos viven en lo más profundo de nosotros, los llevamos grabados como jeroglíficos en el alma permaneciendo eternamente con nosotros”.

sábado, 1 de abril de 2017

Nadie quiere saber, Alicia Giménez Bartlett

Junto con otros escritores de este género, Alicia Giménez Bartlett, es seguramente una de mis preferidas. “Nadie quiere saber”, es la novena entrega de un total de diez protagonizadas por la pareja de investigadores, Petra Delicado y Fermín Garzón; por supuesto no las he leído todas, aunque bastante de ellas y otras que se salen de este repertorio. Confieso que estaba en espera de abrir e libro y que una vez empezado no me ha costado terminarlo, pero siendo sincera, la escritora albaceteña los tiene mejores.
La inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón han heredado un muerto que había permanecido cinco años mudos: Alfonso Siguán, un empresario textil barcelonés de 70 años, liquidado en circunstancias sexuales escabrosas. Su cadáver se halló en su apartamento, adonde había acudido en compañía de una joven prostituta. Las culpas recayeron sobre el chulo de ésta; pero fue encontrado muerto a su vez en Marbella, tres días después. Las pesquisas se cerraron en falso. 
Ahora Petra y Fermín se enfrentan al silencio temeroso de la única testigo, la prostituta, y al rompecabezas de la vida profesional y familiar del empresario. La investigación se traslada a Roma, donde Petra vive situaciones de riesgo y desafío que son nuevas para ella.
Dentro de las novelas que llevan de todo un poco, Alicia inspirada en un caso real acerca de la desaparición y asesinato de un empresario catalán, confecciona una trama que da pie a una investigación concienzudamente protagonizada por esta pareja de policías, en un marco de intriga y terror que no decae a lo largo de la novela. Aunque la carga de realidad es un hecho, el argumento es poco original, bastante previsible, repetitivo y conocido en otros escritores; aún así no hay nada que criticar en lo referente a la estructura narrativa, engancha, es entretenida, de ritmo bueno porque siempre están pasando hechos que acaban llevándote a ese final predecible que no empaña la credibilidad del relato.
Alicia, traslada su escenario a Roma, y mientras la investigación avanza, la escritora hace lo que mejor sabe hacer, profundizar en la psicología de sus personajes, especialmente en Petra, narradora de todas las pesquisas y a la que presenta con sus defectos y virtudes y como no, se recrea en la relación existente con su inseparable compañero. A nivel de personajes el trabajo es impecable, es una tarea minuciosa de vidas profesionales y personales; incluso tal y como es costumbre en sus novelas, invita a la reflexión obligada alrededor de las relaciones familiares entre modelos de padres, hijos, novias, hijastros, y otras variantes de la sociedad actual que tanto condicionan los comportamientos de los que somos responsables.
Recomendada sin duda porque Alicia le da duro al cinismo social, porque además confecciona un retrato de los males que padecemos entorno a las mafias, corrupciones, blanqueo de dinero y temas de actualidad y porque con ello no solo nos cuenta una historia de intriga sino que aprovecha para mostrarnos un análisis psicológico de las sociedades de hoy en día. No os aburrirá, ella no lo permite en ninguna de sus novelas, quizás las tiene mejores, pero vale la pena leerla.

“Tanto usted como yo vivimos una especie de doble vida. Trabajamos cerca de la gente más desfavorecida y marginal para luego volver a nuestro estatus privilegiado”.