En
las habituales incursiones a la biblioteca y rebuscando algo
diferente, choqué con este título y este autor desconocido para mi.
La belleza de la portada me atrapó y aunque la sinopsis me dejó
ciertas dudas, al final decidí darle una oportunidad, y tras leerla
paso a contaros mis impresiones sobre la misma.
En
realidad David Grossman nos narra dos historias diferentes, la
primera, llamada “Delirio”, es el viaje que
emprende Saul en busca de su esposa convencido de una infidelidad de
años, en ese periplo peligroso y descabellado, arrastra a su cuñada,
quien contempla impotente la obsesión que padece este marido
desconfiado.
La
segunda, es la que da nombre al libro ”La memoria de la
piel”, una escritora de éxito pero de conductas
reprochables y amargada, relata de forma despiadada la aventura entre
su moribunda madre y un adolescente.
Con
semejante argumento y sin saber nada de este israelí representante
de la narrativa contemporánea, me lancé de cabeza a una lectura que
sabía que aprovecharía los temas del deseo, la pasión y la
infidelidad, como eje principal sobre el que pivotaran los personajes
de ambos relatos. Muy psicológica para mi gusto, con una profundidad
de vértigo y creando un ambiente en ciertos momentos irrespirables;
especialmente en la primera y algo más suave en la segunda.
Son
historias fuertes y originales, de niveles literarios muy altos; no
es una novela a lo tradicional por eso me gustó hasta el punto de
terminarla, pero reconozco que pueda no ser del agrado de la mayoría
de los lectores. Lo cierto es que está permanentemente desafiando al
lector a parar en reflexiones profundas, para que nada pase de largo.
Muy adecuado el cambio de ritmo drásticos en la narración que varia
desde momentos de laxitud extrema a exaltados y emocionantes.
Narrada
en tercera persona, el autor concede a los celos tal importancia que
alcanza rango de personaje y en ocasiones no sabia si estaba
contando una experiencia real o era ficción; desconozco si hay algo
de autobiográfico en el relato, lo que si es cierto es que junto a
los celos, la imaginación es la otra gran protagonista de esta
memoria y del efecto en su piel.
Planteada
con gran sensualidad y erotismo, utiliza un lenguaje rico y elegante
huyendo intencionadamente de cualquier vulgaridad. Hay algo bueno y
es que ambos relatos son independientes uno del otro, de manera que
pueden ser leídos por separado.
Aviso
de la existencia de monólogos intensos en un viaje tanto físico
como mental para lo que necesité estar muy predispuesta, de lo
contrario tal vez no la hubiera acabado.
No
la recomiendo como preferencia, pero tampoco la descarto; los
lectores tenemos momentos y gustos tan variados que nunca sabemos con
que historia podremos disfrutar o descubrir talentos desconocidos y
todos los que dedican su esfuerzo a la dura tarea de escribir,
merecen su oportunidad, yo se la he dado a David, ahora decidid
vosotros si se la dais también.
“Correr
hacia el futuro no resulta demasiado grave si solo se intenta
aprovechar un poco más el presente”.
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