Novela
escrita en el 2014 por el escritor francés Pierre Lemaitre, autor de
“Alex”, “Iréne”, y
“Nos
vemos allá arriba”.
He
tenido ocasión de comentar las tres y todas a excepción de la
última, pertenecen al género de novela negra, siguiendo el tipo de
thriller psicológico cargado de intriga y suspense, muy del estilo
al que ya nos tiene acostumbrado este genio de la literatura
contemporánea.
Curiosamente
todas estas novelas tienen en común la presencia de mujeres con
nombres propios; aunque en esta ocasión no da título a la obra, sí
que acapara el protagonismo, convirtiéndose en el centro de la
misma. Sophie, es el nombre elegido y para entrar en situación
contaré ligeramente la sinopsis de la misma. Sophie Duguet sufre una
serie de avatares en su vida que no recuerda haber vivido, para
desgracia suya, algunos son tan extremos que advierte sorprendida
como una cantidad incomprensible de cadáveres se agolpan a su
alrededor, sobra decir que algo raro está ocurriendo. Partiendo de
ese inicio y con ritmo trepidante, se confecciona la trama de esta
novela ambientada en una atmósfera cargada de ansiedad y de
acontecimientos aparentemente inexplicables, que irán desvelándose
en el transcurrir de la misma.
La
leí antes que “Iréne”
y
“Alex”
y tras “Nos
vemos allá arriba”,
esto lo cuento porque me pareció muy buena en sus inicios, pero tras
las lecturas de las dos primeras reconozco que es bastante más
floja. La calidad narrativa de Pierre está presente, su inigualable
estilo lo avala en la original forma de presentar el argumento;
dividido en cuatro partes y subdivididos a su vez en capítulos, con
un hilo conductor que va desde la sencillez de los inicios, hasta la
famosa trama en “tela
de araña”
frecuente en sus novelas de suspense. Escalofriante, bien construida,
con lenguaje sencillo y asequible, con todos los ingredientes para
satisfacer a los amantes del género.
Es
imposible no caer en las comparaciones pero tiene ciertas diferencias
con las novelas de Camille Verthoeven; la intensidad no se mantiene
por igual en el transcurrir de la narración, afloja en la segunda
mitad, extensión menor, casi trescientas páginas que en ocasiones
tienes la sensación de que algunas están de más, con capítulos
repletos de frases cortas, con una mezcla sorprendente entre lo
descabellado y lo difícilmente posible, con giros inesperados y
violentos que aumentan la tensión y el suspense y con un claro telón
de fondo que se identifica con la venganza y la locura y no
precisamente de Sophie.
Sin
abandonar su dedicación a los personajes a los que trata con mimo y
construye a la perfección, en esta ocasión se permite la licencia
de deleitarnos con recursos habituales en este tipo de historias;
disfraces, madres desequilibradas, psiquiátricos, policías poco
habilidosos, sillas de ruedas, almacenes de historiales que contienen
misterios del pasado... hasta unos abuelos de Dachau aparecen en esta
trama redonda, llena de agobio y desasosiego que sin quererlo nos
lleva a pensar que lo que nos cuenta Pierre podría ser una
pesadilla, que prescindiendo de todo lo anterior, podría pasarnos a
cualquiera.
Al
igual que en otras ocasiones he sufrido el efecto “pegamento”,
me atrapó y hasta que no la terminé no quedé satisfecha; ahora
bien, su final es muy previsible en el momento en el que Lamaitre da una explicación a los hechos vividos por Sophie, especialmente a
través de unas pistas que el escritor presenta para guiarnos en un
afán de no quedar cabos sueltos.
En
el fondo es normal intuir el desenlace, lo agradecido es disfrutar de
la lectura cuando sabes que la narración es de calidad, la historia
está bien contada y las pretensiones del autor son sinceras; no creo
que por ello pueda hablarse de decepción, son muchos los valores a
tener en cuenta y como las anteriores, os animo a leerla... vale la
emoción invertida y el tiempo dedicado. Os gustará.
“El
conocimiento de las emociones es un arma de callado poder. Nos acerca
más a las personas para entenderlas, pero a su vez, también nos
hace más vulnerable al dolor”.