Al
final he acabado llamando “la analfabeta”
cuando realmente el gran mérito de la protagonista es el de saber
leer en una parte del planeta donde se tiene como dogma la ecuación
de “Negro=analfabeto”. Segunda novela del autor
Jonas Jonasson que cae en mis manos; al igual que en “el
abuelo que saltó por la ventana y se escapó” la elegí
por lo disparatado del título y a diferencia de esta, no me ha
resultado tan especial como la primera.
Brevemente
su argumento se resume en una
historia se inicia en los años setenta en Soweto, el famoso gueto de
Johannesburgo, con el apartheid en todo su apogeo. La protagonista se
llama Nombeko, una niña que trabaja en las letrinas y a la que su
afán de conocimiento la lleva a aprender a leer
Comienza
así una vida repleta de increíbles aventuras que la llevarán muy
lejos del lugar que nació.
Lo
que parece ser una trama sencilla se convierte en una novela curiosa
que sigue el esquema literario de este autor, con muchos puntos en
común con “el abuelo” pero sin duda no tan
impactante. Con solo doce años, el infortunio y la calamidad forma
parte de la vida de esta niña prodigio de los números, tocada por
el ansia de superación de un destino con el que no se conforma y al
que no se resigna. El autor con un derroche de imaginación y bajo
los recursos del humor y la ironía, construye una narración
surrealista, original, trepidante y plagada de critica.
Podría
considerarse novela histórica por el marco elegido por Jonas para
contar las vivencias de Nobemko; los años setenta absorbieron
acontecimientos de gran calado humano entre los que destaca el
movimiento de “Apartheid”, en lo que yo siempre
suelo llamar, “los espacios del planeta olvidados de Dios”.
Sudáfrica no es el mejor lugar para nacer, el hecho del color de la
piel sólo puedo empeorarse con el de ser mujer y si para colmo estás
huérfana, poco más te puede pasar para sentenciar tu destino. A
todo esto se enfrenta nuestra protagonista, a esto y al devenir de su
vida a través de una autopista repleta de situaciones disparatadas
junto a personajes que van desde el impostor físico, los gemelos que
se suplantan, la activista histérica, un trío de china o los
agentes del Mossad, sin olvidar al obsesionado que pretende acabar
con la vida de un rey.
Dos
escenarios en extremos geográficos y emocionales dan vida al viaje
de nuestra heroína; de “Sudáfrica a Suecia”, con
un origen y un destino, los recorre nuestra lista, independiente y
autodidacta mujer; siempre con la compañía de personajes que entran
y salen a lo largo de décadas y de los que aprende hasta formar el
carácter que la lleva de aquellas letrinas de su niñez al codeo con
la realeza sueca.
Veo
una intencionalidad del autor para que reflexionemos en cuestiones
políticas, sociales y medioambientales; nos invita a que no nos
mostremos indiferentes ante las cuestiones raciales o la polémica
carrera nuclear y que tengamos una opinión de las ambiciones
políticas que mueven el mundo en una sociedad de altos niveles de
hipocresía y maldad. En esta ocasión la novela sin apartarse del
estilo de Jonasson es más mordaz en las cuestiones de las relaciones
internacionales.
Me
gusta más la primera parte y he de confesar que al final me ha
costado terminarla por el exceso de situaciones ridículas y
caricaturesca que ya no me sorprendían. Es cierto que los personajes
están bien conseguido, que cada uno de ellos es a cual más
original, que la actualidad recae sobre “el cruzado”
que pretende acabar con la monarquía en Suecia en favor de una
república y que nadie cuestiona el trasfondo de superación que
adorna toda la novela; pero se alarga innecesariamente y al final se
disfruta y poco más. Sin duda estoy bajo el efecto de la comparación
con “el abuelo” y tal vez me falte objetividad.
Aún
así vale la pena leerla y dedicar unas tardes a un estilo de
narración que sólo un sueco con la mente helada puede llegar a
imaginar.
“La
diferencia entre la estupidez y la genialidad es que la segunda tiene
los límites muy bien marcados y la primera es tan infinita como la
ignorancia y el atrevimiento juntos”.