El hecho de leer tanto y contar con
poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que
comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar
sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que
consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Arnaud
pierde a su madre en su nacimiento y su padre se lo lleva a vivir con él y con
su esposa, si, Arnaud es un bastardo. Su infancia discurrirá entre la presencia
de un hermano mayor, Gabriel, este si, fruto del matrimonio y heredero, una
madrastra que en realidad es una arpía y un padre que le adora igual que adoró
a su madre. Cuando el padre no está ausente pasa su tiempo con su hijo y le
enseña a querer saber, como le prometió a la difunta madre del muchacho. Los
chantajes económicos que la arpía hace al aita de Arnaud sirven para que su
hermano estudie en Inglaterra mientras él aprende un oficio en España que le
sea útil al negocio de la familia. Una España esta revuelta y que, sin embargo,
quiere salir adelante sin poder. En este marco histórico, el muchacho se verá
luchando en la segunda guerra Carlista mientras el hermano está en Cuba con su
tío, aprendiendo a llevar una empresa. Arnaud es la víctima del pecado del
padre y su madrastra se lo hace saber continuamente con sus actos y chantajes
al progenitor, quien no tiene otra salida que ceder a todo lo que su esposa
ordena o sugiere. Mientras tanto, Arnaud intenta vivir, se enamora y hace lo
que cualquier persona, siempre que le dejan.
Año 1914, Londres, allí Elsa Craig espera el
regreso de su marido que, supuestamente, marchó a Paris a vender sus cuadros
pero del que nadie sabe nada. Elsa está embarazada y todo indica un abandono.
Deja su trabajo como escritora en un periódico londinense y comienza a seguir
unas pistas que van apareciendo en su camino. Estas conducen a la costa
Cantábrica, hasta Villa Zulueta, su residencia de soltera cuando vivía con sus
padres, Gabriel y Amelia. Allí buscará a su marido y a su pasado, porque este
no es el que parece.
Las dos historias se unen de una forma mágica, tan
misteriosa como el armario del tiempo que está en la casa vieja y donde Elsa
recibe misivas y fotos del pasado y que dará forma a toda esta trama.”
Con
esta sinopsis casi que no tendría que decir mucho más puesto que está todo
contado. Novelón de ciento y ciento de páginas, éxito de escaparate de
librerías y ventas de regalo de Reyes Magos, libro que lees su resumen una y
otra vez y no acaba de convencerte y que por otra parte te inquieta el hecho de
que todo el mundo lo compré.
En
esta tesitura acabé sucumbiendo a la lectura de “La Sinfonía del Tiempo” y
confieso que me fue imposible terminarla, es por ello que copiaré una segunda
parte de la sinopsis con la intención de provocar ánimo y curiosidad suficiente
para que la acaben leyendo.
“Una
joven escritora que trata de desentrañar la misteriosa desaparición de su
marido. Una poderosa familia de la industria vasca que vive entre fantasmas y
leyendas. Un científico
dispuesto a descifrar la sinfonía oculta tras el curso de la Historia.
La sinfonía del tiempo es el relato de todas las vidas que se cruzan
con ellos, en un entramado de secretos que se extiende por Europa y cuyas
raíces se hunden en las costas del Cantábrico, en sus ensenadas y caseríos
ancestrales, en las minas y fundiciones que arden junto a las rías.
Una emocionante historia de amor, una gran saga
familiar y una poderosa intriga histórica. Un fascinante viaje a los tiempos
del acero y el carbón, de los edificios de hierro y cristal, de los avances
industriales y científicos, de la desigualdad social y el refinamiento burgués.”
Desde hace ya muchos meses huyo de estos libros tan
largos, tengo la sensación de fracaso al elegirlos, lo que no quiere decir que
sean malos aunque en esta ocasión llegar al mitad resultó un desafío agotador.
Lo calificaría de novelas de aventura, bet-seller
histórico e incluso thriller cercano a un relato a lo Julio Vernes.
Contextualizada la historia en una buena ambientación, el exceso de metáforas,
descripciones interminables, adjetivos sin pereza, lenguaje florido y ritmo que
roza el aburrimiento hacen de esta “Sinfonía” una historia “Interminable”,
justo lo que ha pasado con ella.
Me ha resultado liosa y hasta pedante, de manera
que con mi humilde aunque dura reseña no la recomendaría, pero eso no quiere
decir que no sea del gusto de muchos lectores entre los que por desgracia no me
encuentro.
Espero que os guste y de ser así la disfrutéis, lo
merece por el esfuerzo y la dedicación de su autor.
“Le expliqué que el mundo es una sinfonía, pero que dios toca
de oído”.