jueves, 10 de enero de 2019

A merced de un Dios salvaje, Andrés Pascual


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“Hugo Betancor, un fotógrafo de prensa viudo y en horas bajas, llega al pueblo vitivinícola de San Vicente de la Sonsierra para reclamar la herencia de Raúl, su hijo de once años aquejado por una enfermedad rara. Desde que ambos ponen un pie en Finca Las Brumas, la bodega de los abuelos del niño, todo empieza a torcerse de forma descontrolada.Veinte años atrás, un hermano pequeño de la madre de Raúl, estremecedoramente idéntico a él, desapareció sin dejar rastro durante una tormenta. Un suceso que marcó la vida de todo el pueblo, cuyos habitantes no han sido capaces de liberarse del peso de la culpa, del ahogo de la sospecha? y del temor a que aquella desgracia vuelva a repetirse.
No siempre se acierta con las elecciones literarias; en ocasiones una portada ocurrente o un título que te atrapa es suficiente para crear la ilusión mínima ante un libro. De antemano y con esta palabras ya os aviso que no me ha dejado un recuerdo imborrable, que me costó terminarlo y que me ha resultado “películero” e “insulso”, eso sí lo he terminado.
Thriller psicológico desarrollado en el corazón de la Rioja, villas espectaculares y tradiciones milenarias sirven de escenario a un repertorio de acontecimientos poco creíbles y absurdos. Drama de familia con un misterio por resolver cargado de rasgos costumbristas desarrollado en dos tiempos, con un espacio de veinte años que intentan unir el pasado con el presente en la urgente necesidad de poner todo en orden.
Me dejé llevar por una sinopsis que atrapa con tal intensidad que solo es comparable el nivel de decepción del relato. En su favor decir que su estructura en capítulos cortos en los que siempre ocurre algo, la salvan de catalogarla como una guía breve de la Rioja vitivinícola.
Como siempre la última palabra es de cada lector, yo hago lo que siempre vengo haciendo, os cuento mi impresión y la termino, que escribir es algo muy difícil como para despreciarlo.

“Todos estamos a merced de nuestro propio destino”.

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