domingo, 2 de diciembre de 2018

Una novela criminal, Jorge Volpi


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“Todo lo que se narra en esta novela ocurrió así, todos sus personajes son personas de carne y hueso, y la historia, desentrañada con maestría e iluminada hasta sus últimos recovecos por una ingente tarea de documentación, es real. El 8 de diciembre de 2005, al sur de Ciudad de México, la policía federal detiene a Israel Vallarta y a Florence Cassez y los acusa de secuestro e integración en banda criminal. Al día siguiente, a las 06:47 de la mañana, los canales de televisión Televisa y TV Azteca emiten en directo la entrada de los agentes federales en el rancho Las Chinitas, la liberación de tres rehenes y la detención de Israel y Florence. En los días siguientes, los detenidos sufrirán torturas, se les negarán sus derechos y la lista de acusaciones irá en aumento. Pero cuando los abogados defensores captan la inconsistencia entre los partes de detención, los vídeos de la emisión televisiva y la versión de sus defendidos, comienza una carrera contra el tiempo para sacar a la luz uno de los mayores montajes policiales de la historia de México, cuyo desarrollo hizo que se tambalearan los cimientos del gobierno de Felipe Calderón y culminó con un incidente diplomático entre México y Francia”.

Novela negra, testimonial e histórica, Premio Alfaguara de novela 2018. Supe de ella a través de un programa de radio y me interesé por el tema y los personajes de los que hablaba, personajes de carne y hueso protagonistas de hechos reales brutalmente relatados por Jorge Volpi desde la perspectiva periodística en una mezcla de narración, crónica y trama novelada.
Cuenta la acusación y detención de Israel Vallarta y Florence Cassez de liderar un grupo delictivo dedicado a los secuestros en México, “Los Zodiacos”, sobre este hecho pivota la casi totalidad de la novela, incidiendo en las irregulares cometidas el día de autos. Es el punto de partida para presentar la mayor de las certezas en torno a la injusticia institucionalizada y demostrar los entresijos del poder, de la corrupción política y policial, de su alcance, así como los embotados mecanismos de la justicia del país azteca.
Jorge es muy dado a escribir sobre este tema y sobre la problemática social y humana, junto a las relaciones y vínculos de los poderes nacionales con el narcotráfico.
La novela es también una valiente denuncia al coste social de las políticas que declaran la guerra al crimen en el país. Recrea el escritor con todo lujo de detalle no solo escenas violentas y de brutalidad policial, también se detiene en el momento en el que se vieron comprometidas las relaciones diplomáticas entre Francia y México a raíz de las irregularidades cometidas en el caso Vallarta. Estos acontecimientos estuvieron bajo la observación atenta de la comunidad internacional y fueron objeto de un delirio mediático que reflejó la conmoción de la sociedad mexicana a la espera de subsanar las injusticias cometidas.
Se respira en toda la lectura una mezcla de verdad, imaginación, suposiciones y realidades con múltiples caras que invitan a numerosas reflexiones y que cuestionan la confianza en la justicia como institución.
Sin quererlo y gracias a su ritmo se tiene la sensación de estar ante un thriller escrito con fluidez, bastantes tecnicismos, rasgos de brutalidad y violencia y una evidencia poco cuestionada, estos hechos pueden estar siendo vividos de forma habitual por miles de mexicanos y la sociedad asiste atónita a semejante despropósito.
Me ha gustado a pesar de su crueldad y quiero cerrar la reseña diciendo que lo más atractivo de la novela es la duda que siembra el escritor, un mérito ante el que no quedamos indiferentes puesto que ya no sabemos dónde acaba y empieza esta realidad novelada. Os gustará.

“Los estados poderosos sólo pueden sostenerse por el crimen. Los estados pequeños sólo son virtuosos porque son débiles.”

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