miércoles, 24 de octubre de 2018

La última mentira, Kimberly Belle


El hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.

“La vida de Will e Iris es perfecta: tienen una casa preciosa en un buen barrio de Atlanta, brillantes trayectorias profesionales y disfrutan de la emoción de estar intentando tener su primer hijo. Pero una mañana, su idílica existencia se viene abajo. Alguien de Liberty Airlines comunica a Iris que su marido era uno de los pasajeros del vuelo 23 con rumbo a Seattle, que acaba de estrellarse en un accidente aéreo sin supervivientes. Sin embargo, Will le había dicho que tenía que volar a Orlando en viaje de negocios… A pesar de su confusión y desconsuelo, Iris está convencida de que todo es un enorme malentendido. Pero las horas pasan y sigue sin recibir ninguna señal de Will, así que tiene que acabar aceptando, con el corazón destrozado, que su marido ha muerto. Aun así, necesita respuesta”.

Novela que se elige una tarde de flojera seguida por unas expectativas justitas a las que vas a dar respuestas. Termina el mes de octubre y brujuleando topo con esta “Última mentira” que me suena de un guion de película americana de sábado por la tarde; sabiendo que no voy muy descaminada sigo con la idea de pasar un rato entretenida y dejarme llevar por un thriller psicológico donde los personajes normales y corrientes deciden averiguar una verdad impuesta que te enfrenta al dilema de, “nada es lo que parece” y “no lo sabemos todo de los demás”.
Un argumento sencillo fácil de seguir, con toques de narrativa sentimental femenina, ajustado al esquema de” domestic noir”, un subgénero donde la trama se centra en el ámbito familiar y desde la perspectiva de ese personaje femenino que asume el protagonismo absoluto.
El tema puede parecer explotado aunque el tratamiento tiene sus toques de originalidad, no es una investigación encabezada por un equipo de la policía, es una labor llevada a cabo por una mujer incapaz de asumir la realidad y decidida a saber lo que la verdad esconde acerca del pasado de su esposo.
Novela de secretos familiares y misterio, ágil, dinámica de lectura fácil, con dosis de intriga bien administradas, descubrimientos a cuenta gota que van cuadrando el hilo de la historia, giros argumentales que oscilan entre lo previsible y la sorpresa bien recibida, tensión justa y un final aceptable.
Trama narrada en primera persona por Iris, transmitiendo al lector esas ganas de descubrir la verdad, de destapar todas las mentiras que su marido le ha ido contando a lo largo de los siete años de casados, y llegar a entender los motivos que le llevaron a actuar así y tomar esas decisiones. Las piezas se van montando de forma muy inteligente y me ha gustado mucho cómo fluye todo, así como la actitud de la protagonista ante todo lo que se le viene encima de la noche a la mañana. 
La escritora nos va dando una de cal y otra de arena y secuestra nuestra atención gracias al toque justo de misterio, disfrutando de la marcha de la historia y evitando caer en el aburrimiento. La clave del relato se encuentra en los personajes, un protagonista absoluto, Iris, un protagonista en la sombra, Will y unos secundarios imprescindibles; la empatía que se genera hacia ella es incuestionable.
Sin duda esta sencilla novela se vuelve interesante a medida que avanza, una historia en la que los escenarios son irrelevantes pero las incógnitas ganan fuerza hasta un desenlace en el que el refrán de “la venganza es un plato que se sirve frío” es de aplauso. Os gustará.

“Mi venganza acaba de empezar, la esparciré a través de los siglos y el tiempo está de mi lado”.

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