Hablar de Elvira Lindo es hablar
de “Manolito Gafotas”, pero en realidad esta gaditana, guionista, locutora y
comentarista de radio, ha tenido la valentía de abordar otros géneros que la
han hecho merecedora de su fama de mujer que sabe contar historias con un arte
muy particular. En esta ocasión y con un cambio radical de registro tendente a
lo dramático con pequeños guiños de humor, Elvira, aborda la temática tan
controvertida de la búsqueda incansable del reconocimiento social, donde la
ambición femenina adquiere rango de protagonista estelar.
Eulalia tiene muy claro lo que quiere. Está casada con
un escritor consagrado que tiene treinta años más ella. A partir de una llamada
telefónica de consecuencias imprevisibles, conoceremos la galaxia, no siempre
nítida, que rodea a la gloria literaria: de las ambiciones y frustraciones de
quienes necesitan ser admirados a las peripecias de los que buscan compartir su
fama. Un mundo en el que, como en todos, lo más importante es sobrevivir. Y el
sexo no es la peor arma para conseguirlo.
Se nos presenta una trama familiar
y las relaciones que se tejen alrededor de los miembros de una familia, en la que todos los personajes
guardan sus secretos que aparecerán a lo largo del relato a modo de sorpresa.
Una malla muy bien tejida entre ellos y las dependencias que existen respecto a
los unos de los otros, asistiendo a la construcción y evolución de los mismos
de manera cuidada y admirable. Retrato de actitudes muy reconocible en las
sociedades de hoy en día y que ponen en evidencia la fuerte crisis de valores
que nadie cuestiona a estas alturas de siglo.
Elvira utiliza el binomio de
escritor de éxito y periodista joven con treinta años de diferencias, para
mostrar las vidas de seres tan extremos a los que poco les une más allá de sus
propios intereses. Las incursiones en la Historia de España las vamos
conociendo a través de saltos continuos en el tiempo, protagonizados por los
personajes, especialmente Gaspar, que representa la memoria histórica entre
vencedores y vencidos.
Narrada con mucha ironía, lectura
ágil y amena, muy al estilo de la madre de “Manolito”, cargada de diálogos de
corte teatral, marcando como eje de la historia la vida de Gaspar y su pasado,
alrededor del cual irán pivotando el resto de los “actores”, es por eso que es
un relato de vidas, de las de aquellos que pertenecen al entorno del escritor
de nuestra novela, son exposiciones de las intimidades de “lo mejor de cada casa”.
No es la “Historia inolvidable”, La
elegí para conocer este registro de la autora, no es para abandonarla, decae en
algunos pasajes y lo peor es el final, bastante predecible. Recomendada con
reticencias pero puede aportarnos un buen rato de lectura a la que no hay que
dejar de reconocer “tiene un poco de todo”.
“El éxito consiste en obtener lo que se desea.
La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”.
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