lunes, 20 de marzo de 2017

Donde nadie te encuentre, Alicia Giménez Bartlett

        Alicia Giménez Bartlett nos presenta un relato de un personaje mitad leyenda y mitad realidad, que nos hace volver nuestra mirada al pasado más inmediato y más doloroso de nuestra Historia. La autora aborda la personalidad de Teresa, más conocida como “La Pastora” para deleitarnos con su saber escribir en un intento de hacernos llegar el misterio que rodeo a este ser “hermafrodita” de infancia cruel y vida solitaria en la España de los años 40 y 50 donde la tristeza y la miseria era el pan de muchos españoles de la época.
“Un psiquiatra de La Sorbona especializado en mentes criminales viaja a la Barcelona de 1956. Quiere realizar un estudio sobre el caso de Teresa Pla Meseguer, llamada La Pastora, una mujer acusada de veintinueve muertes. Se trata del maquis más buscado por la Guardia Civil, y se ha convertido en una leyenda popular porque sigue libre. Sólo un periodista barcelonés parece tener claves importantes en torno al personaje, pero lo que el viajero francés le propone es algo fuera de lo normal: no desea datos sobre Teresa, sino un encuentro cara a cara.
El idealista Lucien Nourissier y el cínico Carlos Infante emprenderán ese viaje a las tierras del Maestrazgo, donde se esconde su casi imposible objetivo. A lo largo de su investigación deberán sortear la vigilancia de los guardias, distinguir las pistas verdaderas de las falsas y esquivar los mil obstáculos que les salen al paso. La novela se convierte entonces en una búsqueda, en una huida, en una aventura que nos descubre las miserias y la humanidad de una España terrible”.
“Donde nadie te encuentre” fue galardonada con el Premio Nadal 2011, dentro del género de ficción y misterio, supone un trabajo de documentación extraordinario llevado a cabo por la autora, quien ha conseguido bajo un estilo sencillo y directo un relato de la vida de este personaje histórico, víctima de las circunstancias y de la existencia que le tocó vivir.
La narración tiene un doble hilo argumental; el primero va contando el viaje y encuentro de los dos personajes que comparten el objetivo de encontrar a la Pastora, el psiquiatra francés y el periodista catalán, iniciando ambos un periplo cargado de aventuras y desventuras narrados en tercera persona y centrado más en el aspecto de la figura del “maquis” a nivel social y político que no emocional. La segunda línea del argumento contada en primera persona se centra exclusivamente en Teresa Pla Meseguer, lejos de los datos meramente biográficos, Alicia se adentra en las emociones y sentimientos de este personaje y el relato se hace conmovedor al convertirlo en una odisea de soledad, huida, desarraigo y silencio que se concentran en esta personalidad tan controvertida y maltratada por la Historia.
Dividida en capítulos y escrita con una grafía diferente para facilitarnos los momentos dedicados a la Pastora, su ritmo es ameno, fluido y entretenida. Los protagonistas están perfilados con el sello de la ganadora del Planeta, incluso aquellos que son personajes secundarios los ha configurado con esmero y cuidado, sin dejar detalle al azar. Me admira la forma de presentarnos el contexto histórico de postguerra, la miseria, la represión, el miedo y el ambiente rural al que perteneció esta criatura, perseguida y acusada de muchos asesinatos cuya autoría están aún por probar.
Es una historia diferente, fluida, bien contada, con la tensión narrativa ajustada al relato. Falleció en el 2004, tras casi veinte años de prisión, durante su estancia mantuvo una relación cercana con un funcionario de prisiones, quien al ser excarcelado le ofreció un pequeño espacio en su casa para que tuviera donde pasar sus últimos días. El destino caprichoso puso fin a su vida una plácida tarde cuando disfrutaba de una pera que se estaba comiendo, otra jugarreta más de su original y trágica existencia.  Al principio se creyó que los restos de La Pastora reposaban en la Pirámide del Jardín del Recuerdo en el cementerio municipal de Almería; pero hoy se tiene constancia de que sus cenizas se hallan allí “Dónde nadie te encuentre”, por expreso deseo de este controvertido personaje y de quienes tuvieron a bien cumplir con su voluntad.

Recomiendo su lectura porque es algo más que las andanzas y crímenes de un maquis al que se le conoció como “La Durruti” y otros apodos de la época, por su calidad literaria y por la gran valor de documentalista realizada por Alicia Giménez. Me gustan sus novelas y además es de los pocos Premios Planeta que coincido con el galardón y esa maravillosa obra de “Hombres desnudos”
 "Pero la vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra".

sábado, 11 de marzo de 2017

Algo más inesperado que la muerte, Elvira Lindo

Hablar de Elvira Lindo es hablar de “Manolito Gafotas”, pero en realidad esta gaditana, guionista, locutora y comentarista de radio, ha tenido la valentía de abordar otros géneros que la han hecho merecedora de su fama de mujer que sabe contar historias con un arte muy particular. En esta ocasión y con un cambio radical de registro tendente a lo dramático con pequeños guiños de humor, Elvira, aborda la temática tan controvertida de la búsqueda incansable del reconocimiento social, donde la ambición femenina adquiere rango de protagonista estelar.
Eulalia tiene muy claro lo que quiere. Está casada con un escritor consagrado que tiene treinta años más ella. A partir de una llamada telefónica de consecuencias imprevisibles, conoceremos la galaxia, no siempre nítida, que rodea a la gloria literaria: de las ambiciones y frustraciones de quienes necesitan ser admirados a las peripecias de los que buscan compartir su fama. Un mundo en el que, como en todos, lo más importante es sobrevivir. Y el sexo no es la peor arma para conseguirlo.
Se nos presenta una trama familiar y las relaciones que se tejen alrededor de los miembros de  una familia, en la que todos los personajes guardan sus secretos que aparecerán a lo largo del relato a modo de sorpresa. Una malla muy bien tejida entre ellos y las dependencias que existen respecto a los unos de los otros, asistiendo a la construcción y evolución de los mismos de manera cuidada y admirable. Retrato de actitudes muy reconocible en las sociedades de hoy en día y que ponen en evidencia la fuerte crisis de valores que nadie cuestiona a estas alturas de siglo.
Elvira utiliza el binomio de escritor de éxito y periodista joven con treinta años de diferencias, para mostrar las vidas de seres tan extremos a los que poco les une más allá de sus propios intereses. Las incursiones en la Historia de España las vamos conociendo a través de saltos continuos en el tiempo, protagonizados por los personajes, especialmente Gaspar, que representa la memoria histórica entre vencedores y vencidos.
Narrada con mucha ironía, lectura ágil y amena, muy al estilo de la madre de “Manolito”, cargada de diálogos de corte teatral, marcando como eje de la historia la vida de Gaspar y su pasado, alrededor del cual irán pivotando el resto de los “actores”, es por eso que es un relato de vidas, de las de aquellos que pertenecen al entorno del escritor de nuestra novela, son exposiciones de las  intimidades de “lo mejor de cada casa”.
No es la “Historia inolvidable”, La elegí para conocer este registro de la autora, no es para abandonarla, decae en algunos pasajes y lo peor es el final, bastante predecible. Recomendada con reticencias pero puede aportarnos un buen rato de lectura a la que no hay que dejar de reconocer “tiene un poco de todo”.

“El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”.

sábado, 4 de marzo de 2017

De qué hablamos cuando hablamos de amor, Raymond Carver

A menudo visito otros blogs para ponerme al día de lecturas que se salgan de lo estrictamente comercial, que me aparten de esos libros que ocupan la mayor parte de los escaparates de las librerías; lo hago porque en estas incursiones suelo descubrir opciones con buenas reseñas que me ayudan en momentos de confusión en los que “nada acaba convenciéndome”. Así elegí “De qué hablamos cuando hablamos de amor”, ciento sesenta páginas escritas por Raymond Carver uno de los maestros de los relatos cortos de la literatura americana.
La sinopsis es sencilla de explicar, diecisiete cuentos breves que nos hablan de las diferentes formas en las que se puede entender el sentimiento universal del amor. Este término “amor” designa cosas muy distintas: entrega, sexo, incomunicación, convivencia, violencia, contrato, ternura, resentimiento, odio, sumisión… Con este planteamiento, en “De qué hablamos cuando hablamos de amor” vemos que lo que se puede sentir por un amante, también es amor. Que el sentimiento de un chico por una chica que le podría llevar a cometer locuras atroces con tal de tenerla, también es amor. Y que el marido que pega a su esposa, se resguarda en la excusa de que la ama. Raymond mirando por una lupa muy especial, analiza todas y cada una de estas posibilidades de amar, justificando que no existe una forma única sino tantas opciones como amantes que lo practican.
Cuando lo he leído reconozco que algunas no han sido de mi total agrado, pero de cada uno de ellos se extrae una lección moralizante porque cuestiona la definición de amor sin límites. Están bien escritos, recuerdan a fábulas moralizantes, breves, escuetas y directas; tal vez las escribió influenciado por la época que le tocó vivir y me han traído a la memoria  a los Cuentos de Chéjov.
Podrían haber sido novelas comprimidas, los personajes están perfectamente definidos, gente común, vulnerables, golpeados por experiencias de vida, cotidianos; cada relato tiene su propio título y su contenido es muy potente y dice tanto como en un narración larga. El libro lleva el título del tercer relato, en él tres parejas hablan de sus experiencias amorosas, y tras su lectura constatamos que el autor siembra la duda acerca de la veracidad de presumir de que solo existe una forma universal de amar.
No quiero terminar el comentario sin hacer mención a las complicaciones que sufrió la publicación del libro, al parecer fue editado con severas modificaciones literarias por parte de su editor, algo que no gustó al autor y que acabó aceptando por consejos impuestos y siempre pensando en los beneficios económicos. Fue éxito de ventas en América en el panorama de las letras de la década de los 80, pero el narrador y poeta siempre guardó su original y al parecer nada tiene que ver con la intensidad de las historias que hoy nos llegan editadas en España por Anagrama. Recomendada como lectura “intermedio” y especialmente por la reflexión que provoca hacia un sentimiento que tenemos muy claro, pero que en ocasiones nos lleva a serias confusiones.  

¿Por qué un tipo es más válido que otro? ¿Por qué algunos están mejor vistos que los demás? Y, lo más importante, ¿Dónde están las fronteras de ese amor?.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Así es como se mata, Mirko Zilahy

Aunque las fechas más atractivas para leer novelas de asesinatos y suspense sean los meses de verano por excelencia; yo lo he dejado como algo que puedo abordar en cualquier momento del calendario, de hecho en cuanto se cruzan en mi camino, las hago enteramente mías hasta que las acabo. Mirko Zilahy se estrena en el género de Lamaitre, Dazieri y Dickey en el 2016, y lo hace con todos los clichés propios de este género, pero con una inteligente combinación de elementos que aunque dentro de los cánones de la novela negra clásica, acaba creando un relato truculento más al modelo de thriller americano que al europeo seguidos por la triada de última generación.
“Roma, septiembre de 2008. La ciudad sufre una terrible ola de mal tiempo. Parece que toda el agua que cae torrencialmente del cielo pretende lavar el mal que hay sobre la superficie. Lejos de la gran ciudad turística y religiosa, en una Roma olvidada, aparecen los cadáveres de las víctimas de un asesino en serie.
Solo hay un hombre capaz de liderar esa investigación tan delicada: el comisario Enrico Mancini, el único policía que ha asistido a los cursos sobre perfiles criminales en la central del FBI, en Quantico.
Mancini atraviesa el peor momento de su vida, pero aun así es obligado a atrapar a «la Sombra», asesino atípico y esquivo que llena los cuerpos de sus víctimas con pistas, no para satisfacer sus instintos homicidas sino para conseguir un propósito lúcidamente maquiavélico. Todo en él tiene un significado, todo es un símbolo, y necesita una última pieza para terminar su rompecabezas: el propio Enrico Mancini”.
Una sinopsis así me atrapó de un zarpazo, un escenario como Roma me apasionó, el despegue y la tensión que prometía me vaticinó lo poco que iba a tardar en leerla y para rematé, el morbo de la portada me invitó a correr en la lectura que tenía entre manos para empezar con un título que prometía una lección difícil de olvidar.
Aún así he sacado un resumen de la novela para animaros a leerla. La historia empieza con un asesinato muy cruel, poco a poco vamos conociendo como actúa el asesino llamado la “sombra” y con él al comisario Enrico Mancini que tratará de resolver una serie de muertes que tienen lugar a medida que avanzamos en el relato. Junto a estos cadáveres, la desaparición de un oncólogo que nada parece tener que ver con estos crímenes y los mensajes electrónicos repetitivos del autor de los hechos al comisario, completan una trama lineal tejida a modo de malla o tela de araña, sin nudos, donde todo está perfectamente justificado, enlazando los sucesos hasta darle una coherencia perfecta.
Respecto a la estructura argumental, el libro está divido en 4 partes, la primera parte está más centrada en Enrico Mancini, el protagonista; la segunda parte se centra en la brigada que dirige para dar caza al asesino; la tercera parte se centra más en la sombra; y la última parte se centra en las víctimas. Escrita a dos voces diferenciadas por el uso de cursivas, narrativa fluida y directa, con un ritmo muy ameno y una tensión e incertidumbre que crece página a página, previsible en algunos pasajes pero que no arruina el desconcierto inicial ni la revelación final. La novela termina de forma muy coherente y lógica.
Mirko Zilahy se ha subido al tren de los jóvenes escritores de novela criminal y sangrienta de los últimos años, pero le diferencia al menos en esta novela es el tratamiento psicológico de los personajes, personajes cargados de vidas propias que condicionan sus actuaciones. Ese toque de profundidad psicológica no solo se deja sentir en estos protagonistas hundidos en un sufrimiento extremo, sino que absorbe el ritmo de la investigación que llega a ser secundaria, pasando a ser lo policial un marco en el que recrear estas personalidades tan bien construidas. Es su toque distintivo dentro del género negro.
Recomendada sin dudas, el escritor italiano traductor de bestsellers de renombre mundial, se ha estrenado a lo grande, tiene todo lo justo y necesario para satisfacer nuestras expectativas, tensión, intriga, participación en el relato, disfrute por una Roma lóbrega y lluviosa, y hasta un puntito de empatía con el asesino… y hasta ahí puedo contar. Espero que os guste.

“La justicia solo triunfará cuando el arado trace su último surco. Usted no me conoce. Nadie me conoce”.