jueves, 11 de agosto de 2016

El caso Telak, Zygmunt Miloszewski

Buceando en otros blogs, en ocasiones encuentras autores desconocidos de un género al que soy aficionada; es el caso de Zygmunt Miloszewski, que debutó en el 2004 en el marco de la novela negra polaca, no siendo el único en este país, si es el que más proyección ha obtenido hasta ahora. Forma parte del fenómeno de internacionalización de la novela negra y sin duda de la avalancha de estilo policiacas, de asesinatos y misterios que destacan en la Europa del Norte en los últimos años.
Durante la primavera de 2005, el doctor Cezary Rudzki reúne a cuatro de sus pacientes, dos hombres y otras tantas mujeres, en un antiguo monasterio de Varsovia para una sesión de terapia conjunta que durará días. Uno de los participantes, Henryk, aparece muerto en su habitación, con signos de violencia, pues alguien le ha clavado en el ojo un asador de acero.
Mientras, el fiscal Teodor Szacki, ajeno a estos acontecimientos, planea pasar el domingo con su hija Hela, y Weronika, su esposa. Pero una llamada telefónica del policía Oleg Kuznetsov le avisa del suceso, por lo que rápidamente acude al escenario del crimen. Szacki se hará cargo de la investigación, y a pesar de las complicaciones del caso con ayuda de Kuznetsov llegará a la conclusión de que el asesino era una de las personas que estaban en el lugar, o el doctor o uno de sus pacientes.
Escrita en el 2007, contiene todos los elementos que sin duda reconocemos en cualquier novela adscrita a este género. Cuando leí la sinopsis, me trajo un grato recuerdo a las novelas de Agatha Crhistie, no voy a decir cuales, pero al menos dos eran muy comparables al hilo argumental de este “Caso Telak”.
Tiene un inicio de trampolín, gracias a él te lanzas a la lectura y engancha hasta el final, el suspense lo marca ese pistoletazo de salida y el misterio se va desgranando a lo largo de la carrera que protagonizan los personajes y que solamente en la meta, se obtiene respuesta a la pregunta más repetida en la novela, ¿Quién mató a Telak?.
Bien estructurada, su trama está dividida en inicio. desarrollo y desenlace, fácil y ágil lectura y una ambientación de lujo. Esta narración cuenta con un escenario histórico que nos traslada de la Polonia comunista a la actual, dando saltos muy bien explicados y con una contextualización que ayuda a resolver el misterio alrededor del que gira el argumento. Esto la hace diferente a otras novelas de autores como Mankell y Larsson, de quienes sin duda algo ha aprendido. Cuando la terminas, reconoces un perfecto cuadro de Polonia y especialmente de la capital, Varsovia.
Aunque he nombrado a estos dos grandes escritores, sigo pensando que el protagonista principal, Teodor Szacki, encargado de la investigación, aparece no como un detective, que es lo más habitual, sino como un fiscal, profesión que no asume las mismas obligaciones que la policía o los detectives, curiosamente, los escritores griegos, son igualmente partidarios de fiscales antes que de comisarios o capitanes de comisarias de dudosas reputación.
A mi me ha gustado Teodor, es un “Poirot” a lo polaco, era como ver al entrañable hombre del bigote que todo lo sabe y al que nada se le escapa con el que tanto disfruté en mi adolescencia.
Quizás el desenlace es muy predecible, pero Zygmunt nos lleva a el con explicaciones muy bien acogidas y eso facilita pequeños “líos” que a veces nos amargan los finales, de manera que no lo tendremos en cuenta. Una última cuestión, los personajes son la base de la novela, están bien construidos, descritos y evolucionan obligados por la trama, esto la hace más entretenida y todos nos llevan a la reflexión de algo que es mejor no olvidar; “El pasado es una sombra que acecha continuamente y que tarde o temprano acaba pasando factura”, al menos un pasado oscuro y malévolo.
Muy del verano, pero os gustará.
"Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón".

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