Una
mañana de domingo, aterricé en la biblioteca y dando vueltas por
las estanterías, encontré esta curiosa novela que no me dejó para
nada indiferente. Aunque no lo parezca, me resulta difícil su
reseña, de manera que vamos a ver que sale.
Es
la primera obra de Anouk Markovits escrita en inglés, criada en
Francia y afincada en los Estados Unidos, nos presenta una novela con
fuertes tintes autobiográficos, eso sí , sepultados bajo la ficción
de los hechos que narra y alejada de las pretensiones que la
relacionen con el relato de su propia vida. Gracias a sus orígenes
está muy bien documentada y al haber vivido en primera persona
muchas de las experiencias de nuestras protagonistas, la veracidad de
los hechos cobran una fuerza incuestionable y provoca que te atrape
desde sus inicios hasta la última de sus páginas.
Podía
poneros la sinopsis, pero prefiero contaros el argumento a mi manera;
dos medio hermanas de lazos muy estrechos sentimentalmente hablando,
forman parte de una familia de la comunidad jasídica Satmar de la
Europa del Este, nos situamos en un momento de huida en la frontera
entre Hungría y Rumanía en pleno ascenso de los ataque antisemitas.
El destino será París, y llegadas a la adolescencia su destino
quedará ligado a las exigencias y costumbres de dicha comunidad de
extremo fanatismo religioso, en este marco asfixiante de secta que se
repliega hacia su interior, sus obligaciones y compromisos, hacen a
Mila y Atara, dos mujeres educadas en la más estricta rigidez e
irracionalidad, lo que desencadena posturas muy diferente por parte
de cada una de ellas y que marcaran sus destinos entre la terrible
decisión de resignarse o romper, obedecer o respirar, permanecer o
huir.
El
tema de la novela es sin duda, presentar el mundo ultraortodoxo de
esta rama del judaísmo que rechaza la creación del Estado de
Israel; el recreo que la autora hace en la religión es inteligente y
premeditado. Esta línea que reniega del sionismo, nace en el siglo
XVIII en Hungría, son estos hombres de largos tirabuzones, sombreros
y abrigos negros que llaman poderosamente la atención y que
reconocemos como los representantes más cerrados y reacios a la
modernidad del mundo judío. En algún párrafo de la novela se llega
a leer, que el Holocausto es una obra más destinada a fortalecer al
mundo judío, que su mesías así lo ha decidido y que por tanto ha
de ser recibida con honor. Curioso, pero lo leeréis. Estas y otras
realidades dadas a conocer a través de la vida de sus protagonistas
evidencian el conflicto y la cuestionabilidad de unos valores que hoy
son como poco difíciles de aceptar.
Lees
lo que narra Anouk y aprendes que los jasíditas, consideran a la
nación judía un pueblo aparte de la Humanidad, que no deben
mezclarse con nadie y que su exilio, al igual que otras penalidades
de su historia, deben aceptarse por decisión de Dios, contra el que
no deben rebelarse y mucho menos cuestionarlo. Su libertad llegará
cuando Él así lo decida. Vamos, que según esto, me atrevería a
decir que el “extremismo religioso es Patrimonio de la
Humanidad”.
Está
escrita con una descarnada autenticidad, bien estructurada,
personajes de lujo, con actuaciones muy justificadas, creíbles en
todo lo que viven, prosa sencilla, y extensión que no llega a
doscientas cincuenta páginas; suficientes para que esta escritora
nos haya proporcionado información acerca de una sociedad hermética,
de leyes inflexibles, en la cual los cabezas de familias dominan y
controlan todos los ámbitos de la vida, incluso los más privados e
íntimos, donde desafiar lo establecido supone la expulsión sin
posibilidad de perdón.
Con
esto quiero deciros que la tensión en la lectura es permanente,
porque la represión externa de Mila y de Atara no es nada comparada
con la opresión interna y el peaje que una de ellas paga por la
decisión de escapar a este universo preestablecido.
Aunque
el argumento no invita a la risa, es una mezcla de pequeñas
historias de dulzuras y amarguras que no deja de ser la realidad en
estado puro. Hay momentos que te quedas con la boca abierta, otros
que te provocan rabia y muchos, que la sorpresa te corta la
respiración.
Os
la recomiendo encarecidamente y como curiosidad contaros que Anouk,
la autora, a quien se le vincula un paralelismo con Mila, nos cuenta
este relato tras treinta años de su propia huida, motivada por el
rechazo a un casamiento concertado por sus padres, padres de los que
jamás ha vuelto a saber nada.
"La
vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la
comodidad. Madura a la vez que nos damos a los otros" .
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