Sin
querer, he entrado en la racha en la que leo libros que llegan a mis
manos recomendados por amigas, que al igual que yo practican el
“deporte de la lectura”. En más de una ocasión,
esas recomendaciones llegan tarde puesto que ya han pasado por mis
manos, pero en el fondo no me importa, es el momento de recordar
cuanto disfruté y las impresiones que extraje de la misma. Hace un
par de meses tuve la oportunidad de detenerme ante este sencillo y
casi escueto libro de Milena Busquets, nunca había leído nada de
ella, y para ser el primero me ha dejado un buen sabor de boca, de
manera que espero que no sea el último.
El
referente e impulso de la novela le llega a la autora a causa del
fallecimiento de su madre, la conocida editora Blanca Tusquest,
curiosamente las referencias en la misma acerca de ella, “brillan
por su ausencia”, pero sin duda es el mecanismo que pone en
marcha el engranaje del argumento. El tsunami que provoca la pérdida
de un ser querido, requiere un enorme esfuerzo a la hora de gestionar
la avalancha de emociones que tal desgarrador acontecimiento provoca
en cualquier mortal. Cuando nos enfrentamos a este desafío,
especialmente cuando se trata de nuestras madres, la pregunta aflora
por sí sola; ¿Y ahora qué?..., difícil tarea la de encontrar la
respuesta a tan demoledor interrogante.
La
historia se inicia en el cementerio donde se está celebrando el
funeral de la madre de nuestra protagonista; es en ese momento cuando
los recuerdos se agolpan, reviviendo las experiencias que marcaron la
relación entre ambas, evidenciando a lo largo de la trama los
imnumerables conflictos que la presidieron desde que Blanca tenía
uso de razón.
No
es una obra cargada de reproches, todo lo contrario, yo diría que es
una obra testimonial nacida del drama de la muerte pero bajo un
tratamiento alejado del sentimentalismo doloroso que por otra parte
estaría justificado.
La
pena, la ausencia, la muerte, las relaciones materno filiales, la
soledad, la familia, la amistad y un sinfín de temas son manejados y
expuestos con elegancia e inteligencia a lo largo del relato. Desde
el inicio parece que nos quieran enfrentar al recorrer de un camino
que tenemos que transitar irremediablemente y que a medida que
avanzamos se nos cierra a nuestras espaldas sin posibilidad de
retorno; es el mensaje de la autora, segura de que la vida no tiene
otra opción que seguir,, aunque sea un momento agridulce de
existencia, no duda que “También esto pasará”...
He
disfrutado con su lectura porque la he compartido con dos personas
muy especiales, Macarena y Vicky, con ambas he intercambiado las
impresiones que nos ha causado esta sencilla y enternecedora novela,
las tres hemos recopilados frases que nos han parecido merecedoras
de pasar a las libretas de “sentencias para recordar”,
desgranar una lectura entre amigas es una experiencia que recomiendo
por lo mucho que se aprende escuchando a los demás.
Me
ha parecido admirable la manera de abordar las relaciones con sus ex
parejas, con los hijos, el amante, las amigas y como no, lo narrado
acerca de la vida de su madre y la forma en la que se paseó por el
mundo bajo el paraguas de la libertad, el techo que le permitió
hacer cuanto quiso, ajena a las consecuencias que tal actitud deparó
en su hija.
Aún
así, como dice la autora, está presente “la triste alegría
de vivir”.Engancha desde el principio, te absorbe y te
enfrenta al dilema de leerla de un tirón aún sabiendo que en esa
decisión está el fin de la misma. La recordaré como una novela
capaz de lograr la desafiante misión de reparar las emociones,
motivo suficiente para recomendarla una y otra vez. No os
arrepentiréis.
“La
cara de ilusión es una de las cosas más difíciles de fingir”.
“Y
amamos instintivamente a los que ven lo mismo que nosotros y les
reconocemos al instante”.
“Sin
pasión la vida no vale la pena”.
“Es
bueno que te expulsen de la infancia”.
Me gustó! sin grandes filigranas gramaticales va directo a la emoción.
ResponderEliminarEsas relaciones donde todo se mezcla.
"En este mundo de cobardes, los descarados merecemos un homenaje"