No
supe que había elegido una novela de corte romántico hasta que ya
la llevaba bastante adelantada. Eso hoy por hoy no me incomoda ya que
me ha resultado una lectura agradable y bien recibida tras la
impactante “Derrumbe”. Descubrí casualmente esta
obra típica de la tradición literaria británica, en uno de esos
días que me pierdo en las repisas de alguna librería, en esos
momentos voy ojeando las sinopsis de libros que nos colocan a nuestro
alcance, en este caso, me detuve atraída por el título que me
hablaba de desapariciones y esperando un buen relato de suspense, de
esos que tanto me gustan, la incorporé a mi lista de lecturas
“pendientes”.
Al
ser excepcional este género en mis preferencias como lectora, no me
veo muy suelta a la hora de escribir una reseña que se ajuste a la
impresión real que me ha causado; de manera que tiro de sinopsis y a
través de ella, os pongo en situación del contenido del argumento.
Ante
el inminente cierre del viejo hospital psiquiátrico de Cauldstone,
en Edimburgo, a Iris se le comunica que debe hacerse cargo de su tía
abuela Esme Lennox, quien será puesta en libertad tras sesenta y un
año de internamiento. La sorpresa es brutal ya que desconocía de la
existencia de la anciana. Entre recuerdos y momentos de lucidez de su
abuela Kitty, Iris irá reconstruyendo la vida de las dos hermanas,
cuyas revelaciones pondrán en evidencia un misterio lleno de
suspense que finalizará con un desenlace original e impactante.
Ambientada
en los años actuales, nos traslada a través de ese cúmulo de
recuerdos a la Escocia de Entreguerras, siguiendo la línea de
novelas de estilo romántico de Jane Austen. Mantiene la estructura
de
“relato puzzle”,
contada con retazos que se mueven del pasado al presente y viceversa,
plagada de pensamientos sin sentido que obligan a establecer un
orden, en un afán por recopilar datos que ayuden a desvelar las
causas del encierro de una de las protagonistas. Podría decirse que
es una historia de enredos de familia de corte ultraconservador, que
sufre el tsunami de la fuerza liberal representada por Esme, y que
irremediablemente provocará su encierro a los dieciséis años, lo
que permite hablar de víctima de los clichés sociales.
En
escasas doscientas veinte páginas, la autora se atreve a
confeccionar una narración que tiene por trasfondo la salud mental,
lo que demuestra una tremenda valentía e inteligencia reflejadas en
el enfoque dado a esa delgada línea existente entre la locura y la
enfermedad propiamente entendida.
Es
la cuarta novela de Maggie O Farrell, aunque para mi es la primera,
reconozco que está escrita con un estilo ágil, sencillo, asequible
y con abundancia de diálogos que hacen la lectura agradable, amena y
dinámica. Aunque es muy evidente la historia clásica de perfil
victoriano, la intriga y el rompecabezas que presenta el argumento,
la descarga de esa sensibilería que la podría encasillar en lo
meramente romántico; yo le he encontrado los rasgos imprescindibles
para encuadrarla en novela de intriga, con buenas dosis de confusión
y misterio que ayuda a mantener la atención del lector hasta un
final bastante predecible.
No
quiero pasar por alto la cantidad de temas que aborda la novela;
relaciones familiares, critica a los convencionalismos, enfermedades
tabú, peso de la culpa, secretos silenciados durante décadas, la
vejez, las dependencias físicas y emocionales... todos ellos muy
bien mezclados y utilizados a lo largo de toda la obra.
Para
terminar, me ha gustado el papel otorgado a la protagonista más
joven en lo referente a los valores morales que la mueven a la hora
de enfrentarse a una situación insólita como la generada por la
presencia de las dos ancianas y la determinación que toma, lo que la
dota de un grado de calidad humana muy bien acogido, en especial por
mi que sigo creyendo en la humanidad.
Cuando
se acaba una lectura fuerte, este tipo de novelas preparan el camino
para otras de igual o más intensidad; de momento os la recomiendo
para apaciguar el espíritu y relajar la mente. Vale la pena.
“La
vida no es un problema para ser resuelto es un misterio para ser
vivido”.
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