domingo, 15 de febrero de 2015

La extraña desaparición de Esme Lennox, Maggie O Farrell

No supe que había elegido una novela de corte romántico hasta que ya la llevaba bastante adelantada. Eso hoy por hoy no me incomoda ya que me ha resultado una lectura agradable y bien recibida tras la impactante “Derrumbe”. Descubrí casualmente esta obra típica de la tradición literaria británica, en uno de esos días que me pierdo en las repisas de alguna librería, en esos momentos voy ojeando las sinopsis de libros que nos colocan a nuestro alcance, en este caso, me detuve atraída por el título que me hablaba de desapariciones y esperando un buen relato de suspense, de esos que tanto me gustan, la incorporé a mi lista de lecturas “pendientes”.
Al ser excepcional este género en mis preferencias como lectora, no me veo muy suelta a la hora de escribir una reseña que se ajuste a la impresión real que me ha causado; de manera que tiro de sinopsis y a través de ella, os pongo en situación del contenido del argumento.
Ante el inminente cierre del viejo hospital psiquiátrico de Cauldstone, en Edimburgo, a Iris se le comunica que debe hacerse cargo de su tía abuela Esme Lennox, quien será puesta en libertad tras sesenta y un año de internamiento. La sorpresa es brutal ya que desconocía de la existencia de la anciana. Entre recuerdos y momentos de lucidez de su abuela Kitty, Iris irá reconstruyendo la vida de las dos hermanas, cuyas revelaciones pondrán en evidencia un misterio lleno de suspense que finalizará con un desenlace original e impactante.
Ambientada en los años actuales, nos traslada a través de ese cúmulo de recuerdos a la Escocia de Entreguerras, siguiendo la línea de novelas de estilo romántico de Jane Austen. Mantiene la estructura de “relato puzzle”, contada con retazos que se mueven del pasado al presente y viceversa, plagada de pensamientos sin sentido que obligan a establecer un orden, en un afán por recopilar datos que ayuden a desvelar las causas del encierro de una de las protagonistas. Podría decirse que es una historia de enredos de familia de corte ultraconservador, que sufre el tsunami de la fuerza liberal representada por Esme, y que irremediablemente provocará su encierro a los dieciséis años, lo que permite hablar de víctima de los clichés sociales.
En escasas doscientas veinte páginas, la autora se atreve a confeccionar una narración que tiene por trasfondo la salud mental, lo que demuestra una tremenda valentía e inteligencia reflejadas en el enfoque dado a esa delgada línea existente entre la locura y la enfermedad propiamente entendida.
Es la cuarta novela de Maggie O Farrell, aunque para mi es la primera, reconozco que está escrita con un estilo ágil, sencillo, asequible y con abundancia de diálogos que hacen la lectura agradable, amena y dinámica. Aunque es muy evidente la historia clásica de perfil victoriano, la intriga y el rompecabezas que presenta el argumento, la descarga de esa sensibilería que la podría encasillar en lo meramente romántico; yo le he encontrado los rasgos imprescindibles para encuadrarla en novela de intriga, con buenas dosis de confusión y misterio que ayuda a mantener la atención del lector hasta un final bastante predecible.
No quiero pasar por alto la cantidad de temas que aborda la novela; relaciones familiares, critica a los convencionalismos, enfermedades tabú, peso de la culpa, secretos silenciados durante décadas, la vejez, las dependencias físicas y emocionales... todos ellos muy bien mezclados y utilizados a lo largo de toda la obra.
Para terminar, me ha gustado el papel otorgado a la protagonista más joven en lo referente a los valores morales que la mueven a la hora de enfrentarse a una situación insólita como la generada por la presencia de las dos ancianas y la determinación que toma, lo que la dota de un grado de calidad humana muy bien acogido, en especial por mi que sigo creyendo en la humanidad.
Cuando se acaba una lectura fuerte, este tipo de novelas preparan el camino para otras de igual o más intensidad; de momento os la recomiendo para apaciguar el espíritu y relajar la mente. Vale la pena.

La vida no es un problema para ser resuelto es un misterio para ser vivido”.

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