La
brújula es un instrumento muy antiguo creado para orientarse y
llegar al destino previsto, compuesto por unas agujas que te van marcando
“el norte” con la finalidad de no “desorientarte” y lograr
con éxito el fin del viaje. Actualmente ya casi no las utilizamos
porque estos sistemas de navegación se han sustituídos por otros
mucho más complejos y avanzados: GPS, parece ser que estos no
localizan “sonrisas perdidas”...
No
tengo intención de contar el argumento, prefiero que leáis la
novela, una de las que más he recomendado en los últimos meses por
su extraordinario potencial emotivo y porque está diseñada para
todos los lectores al margen de sus gustos literarios. Es ese libro
que te hace respirar hondo, que te sobrecoge, que pone en marcha la
maquinaria de las reflexiones, que te hace bucear en los valores
humanos de la sinceridad, la familia, el amor, la esperanza en
segundas oportunidades, que te lleva a descubrir la esencia de lo
verdaderamente importante de una vida.
En
muchas ocasiones ignoramos la señal de nuestra brújula y nos
perdemos durante media vida alejándonos del norte que nos devolverá
aquello que perdimos y deseamos recuperar. La falta de confianza, la
mentira, el engaño se ciernen alrededor nuestra como una enorme tela
de araña imposible de deshacer; en la novela los conflictos de una
familia han marcado el destino de sus miembros, y sin olvidar las
causas que los distanciaron a unos de otros, el protagonista asume la
responsabilidad de reunir bajo un mismo techo a todos los que se
alejaron un día siguiendo señales de “brújulas” con nortes
opuestos e irreconciliables.
Historia
de gran belleza, distribuida en capítulos algunos estremecedores
tanto por su carga de afecto como por la crueldad narrada, todo
entretejido en una trama llena de detalles que tienes que seguir para
“no perderte” y lograr alcanzar el final. Para ello el autor
colabora ofreciéndonos personajes muy bien perfilados enriquecidos
por las vivencias que les acompañan como parte de su bagaje de vida.
Hace
unos días una compañera me preguntó por un libro que me hubiera
dejado un impacto inolvidable... podría ser uno de ellos,
emocionalmente mi elección estuvo acorde con el momento que vivía,
no pasará de puntillas en mi repertorio de lecturas que me han hecho
emocionarme y sentir que incluso el sufrimiento más cruel tiene al
final una grata recompensa.
“Nunca
sabes lo fuerte que eres hasta que serlo es la única elección que
tienes. Cuando eso sucede, es cuando te conviertes en: INTOCABLE”.
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