Uno
más de la saga de la autora Asa Larsson; uno más de novela
policíaca de misterio; una más de autora sueca... uno más de lo
mismo, pero no por ello innecesaria su lectura.
La
primera novela que leí de esta autora fue Aurora Boreal
y casi no me acordaba del apellido impronunciable como digo yo,
cuando una compañera del trabajo, Pilar Nieves me recomendó que lo
leyera; fue entonces cuando recordé que no era el primero y como más
o menos imaginaba el contenido del mismo, lo rechacé... su
obstinación por hacerme pasar un rato entretenido acabó poniéndome
literalmente en las manos el libro y bueno, no pude rechazarlo y la
verdad que me gustó.
Enemiga
de describir el contenido de la novela os diré que son trescientas
casi setenta páginas de la cuarta entrega de Asa y su fiscal y que
al parecer lo lógico es haberlas leído cronológicamente según su
publicación, pero yo no tenía ni idea de ese detalle y ahora lo
comprendo porque son bastantes las referencias en el relato a
situaciones vividas por “la poli” en episodios anteriores que
corresponden a esas novelas previas.
De
todas formas tiene todos los ingredientes de la novela negra de
suspense y misterio; jóvenes que se pierden en el hielo, aparición
de un cadáver, el pasado que acecha de nuevo, inspectora y fiscal,
asesinato evidente que no accidente, rumores, locos y hasta
fantasmas... no se puede pedir más.
Mencionar
que aunque pueda parecer algo trillado el recurso de rescatar ciertos
temas históricos como trama de una novela, “Cuando acabe tu
ira” aborda el papel de los suecos como colaboracionistas
de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y eso es enfrentarse a
la maquillada neutralidad que Suecia mantuvo respecto al conflicto.
No es el objeto principal de la novela pero sí su trasfondo
histórico. Igualmente es agradable lo bien perfilado que están los
personajes de la fiscal y la inspectora local, que rompen con la
tradición masculina de comisario y ayudante propio de otro modelo
literario...”Las suecas son así” y en especial las
que escriben.
Lectura
de las que enganchan por el tema, el ritmo, la agilidad a la hora de
plantear la trama, lenguaje asequible, la necesidad de llegar al
final, vamos, que se puede decir que se lee solo. Puntualizar que en
algunas ocasiones la autora cuenta situaciones que es como si le
“saliera la vena sueca”, no se comprende lo que
está intentando narrar, creo que cuando la leí llegué a la
conclusión que podían ser reflexiones personales . Un poco nórdico
para mi gusto.
Aunque
el final está conseguido es muy previsible por el desarrollo de los
acontecimientos, de manera que no hay factor sorpresas, mucho antes
de vislumbrar el final del libro se adivina el desenlace. Aceptable
para los seguidores de los escritores de estas latitudes heladas,
entretiene y se disfruta sin grandes pretensiones; incluso puede
llegar a plantearse leer los anteriores.
Por
cierto, para no desentonar la autora es rubia y guapa... Y por una
vez y sin que sirva de precedente, yo gozaba de una impecable salud.
“La
astucia y la mentira pueden tener diferentes vestidos, disfrazarse,
maquillarse; pero a la verdad le gusta ir desnuda”.
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