Víctor
del Árbol ganó el VIII Premio Tiflos 2006 con la novela y fue su presentación
en sociedad. Por lo que parece, la novela no llegó dónde tendría que haber llegado
siendo una ganadora de un premio que tenía un cierto renombre. En el 2011
escribió “La tristeza del samurái” con la verdaderamente despegó, dándose a
conocer sobre todo en Francia; a partir de ahí todo es bien sabido novelas como
“Respirar por la herida”, “Un millón de gotas”, “Por encima de la lluvia”, “Antes
de los años terribles”, “Nadie en esta tierra”, “Vísperas de casi todo” y
algunas otras más le han llevado a ser uno de los escritores de renombre del
panorama literario actual.
“El peso de los muertos” vuelve a
beber de muchos géneros entre ellos el histórico mediante la elección de los
últimos días de vida de Franco para situar la trama y que hace que la historia
fuera bastante difícil de situar, por suerte, en otro contexto y hacer que
funcionara. Creo que el momento es todo un acierto y que lo contado enriquece
la lectura, así como ese primer capítulo donde acompañaréis a un condenado a
muerte por garrote.
Este libro está ambientado en dos tiempos narrativos que poco
a poco irán convergiendo, por un lado, tenemos una trama en Barcelona, en 1945,
Nahúm Márquez es condenado a morir por garrote vil por el asesinato de Amalia
Quiroga y por otro lado, tenemos otra trama ambientada en 1975, Lucía regresa
después de 20 años a Barcelona después de haber huido a Viena, con las cenizas
de su padre, y para hacer averiguaciones sobre su pasado que aún le genera
pesadillas.
Cuesta hacerse con el hilo de la trama, los saltos temporales
son un inconveniente para encontrar la relación entre personajes que les separan
treinta años, pero al final se le pilla el tranquillo y la historia va tomando
sentido.
Respecto a los personajes son demoledores, muy del estilo de
este escritor, generan sufrimientos, te dejan con la boca abierta y donde ni
los malos son tan malos ni los buenos tan buenos.
Os animo a leerla por su impecable ambientación histórica,
por lo fácil que es meterse en la historia, por la humanidad y realismo que
destila y por no estar escasa de buenas dosis de intriga que hace pensar en que
la memoria es un pasado que lucha por hacerse presente.
Os gustará.
“Soy quien soy por nuestra historia. Soy quien soy por tu memoria”.
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