miércoles, 17 de febrero de 2021

La Octava vida, Nino Haratischwili

Descubrir a esta escritora, fue un gran acierto que sucedió en unos momentos en los que una novela de esta envergadura pudo darme compañía durante las largas horas de un confinamiento que parecía convertirse en algo desagradablemente “normal”. Es un novelón en toda regla, más de mil páginas escogidas a conciencia para disfrutar de una lectura que recorre casi un siglo de Historia, una combinación perfecta de novela histórica, saga familiar, un poco de romance, tragedia y un toque de realismo mágico.

 “Georgia, 1917. Stasia, la hija de un exquisito fabricante de chocolate, sueña con ser bailarina en la Ópera de París pero, recién cumplidos los diecisiete años, se enamora de Simon Iachi, oficial de la Guardia Blanca. La revolución que estalla en octubre obliga a los enamorados a contraer precipitadamente matrimonio.
Alemania, 2006. La biznieta de Stasia, Niza, lleva varios años viviendo en Berlín y huyendo de la dolorosa carga del pasado familiar. Cuando Brilka, su sobrina de doce años, aprovecha un viaje a Europa para fugarse de casa, Niza deberá encontrarla para llevarla de vuelta al hogar. Es entonces cuando decide enfrentarse al pasado (el suyo, el de su familia) y escribir, para ella y para Brilka, la historia de las seis generaciones que las precedieron.
De Londres a Berlín, de Viena a Tiflis, de San Petersburgo a Moscú, el apasionante destino de los miembros de esta familia georgiana se entremezcla con el de la convulsa historia del siglo XX. El resultado es una de las novelas más potentes y memorables de los últimos años”.
 
Esta novela es una saga familiar ambientada en Georgia, un país del que la verdad muy poco sabía, y nos va a narrar la historia de varias generaciones de una de las familias más respetadas de la ciudad de Tiflis. A través de la voz de Niza, perteneciente a las generaciones más jóvenes de la familia, seremos testigos de una monumental historia que abarca cien años de vida de esta familia. Con este relato Niza intentará explicar a su pequeña sobrina Brilka, hija de su hermana fallecida, los hechos ocurridos a lo largo de los años y que han llevado a esta familia y sus integrantes a ser como son. Una historia marcada por la cruda realidad de la época, la anexión de Georgia a la Unión Soviética, las torturas, injusticias y las pérdidas irreparables son retratadas de manera magistral bajo un contexto histórico perfectamente descrito sin por eso hacerse pesado de leer.
Los personajes que abarcan sus páginas son variados, están perfectamente construidos, tanto los principales como los secundarios, gracias a los cuales ha sabido engranar presente y pasado de forma magistral; pero sin duda quienes llevan el peso de la historia serán Stasia, la bisabuela y sus hijos, y así también su hermana Christine. Es a través de ellas que viviremos los años más oscuros y temibles de la revolución Rusa y la posterior Guerra Fría, personajes ficticios se cruzan con los reales, a través del marido de Christine, el general Ramas, quien será la mano derecha de "El pequeño gran hombre", uno de los más sanguinarios personajes de la revolución, el general Beria, quien se encandila con la belleza de Christine provocando un desastre familiar de proporciones insospechadas. Curioso el espacio dedicado a la figura de Stalin, muy presente en el relato. Representan el dilema entre la lealtad a la revolución y los anhelos de libertad, la lucha de cada personaje por encontrar su lugar en esa tierra que los vio nacer, y por otro lado el deseo de escapar y ser libres en un mundo que les parece tan lejano como atrayente.
Y luego llegaremos a un tiempo más actual, en el que la familia a estas alturas empobrecida, tratará de seguir a flote en base al amor y a la memoria de quienes forjaron este clan, pero que arrastran con el dolor de las generaciones pasadas, que flota sobre ellos y por lo cual Niza, tratará a través de las páginas de esta historia, entregar las herramientas a Brilka para entender su pasado y poder forjar un futuro libre de ataduras.
Novela que abarca una gran cantidad de géneros y personajes, que cuenta con una narración fluida y delicada, en ningún momento se hace pesada. Además ese pequeño toque de realismo mágico, que se da a través de una receta secreta de chocolate que pasa de generación en generación, de efectos insospechados en quien lo prueba, otorga a esta novela un ambiente especial, diferente de las novelas sobre Rusia comunes.
No está exenta de momentos de gran crueldad, aunque la autora procura no dañar nuestra sensibilidad, algo que consigue con su prosa elegante. Aunque las historias están cerradas sin dejar cabos sueltos, tal vez por su extensión y la cantidad de temas que abarca, la primera parte cuenta con un ritmo mayor que el resto de la novela que pierde intensidad en los capítulos finales. Aun así esta familia nos da la oportunidad de conocer a través de “siete vidas” la historia de un país Georgia, a quien será la “octava vida”.
Por poner una pega, los diálogos no tienen la calidad literaria que le corresponde a este tipo de novela, resultan largos y algo infantiles, aunque es cierto que suponen una mínima parte en comparación con la totalidad del relato.
Os la recomiendo porque es fácil de leer, amena e interesante, mezcla de ficción y realidad que me llevó a buscar datos sobre ciertos nombres que aparecen en ella y que tenía olvidados y a refrescar hechos históricos que se aluden a lo largo de estas mil páginas. Tengo la impresión de estar ante una autobiografía, sino completa, ciertos detalles de los que aparecen en ella, lo que la hace mucho más interesante. Os gustara.

“La vida es una sucesión de fases que uno debe vivir para entender”.

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