Descubrir a esta escritora, fue un
gran acierto que sucedió en unos momentos en los que una novela de esta envergadura
pudo darme compañía durante las largas horas de un confinamiento que parecía
convertirse en algo desagradablemente “normal”. Es un novelón en toda regla,
más de mil páginas escogidas a conciencia para disfrutar de una lectura que
recorre casi un siglo de Historia, una combinación
perfecta de novela histórica, saga familiar, un poco de romance, tragedia y un
toque de realismo mágico.
Alemania, 2006. La biznieta de Stasia, Niza, lleva varios años viviendo en Berlín y huyendo de la dolorosa carga del pasado familiar. Cuando Brilka, su sobrina de doce años, aprovecha un viaje a Europa para fugarse de casa, Niza deberá encontrarla para llevarla de vuelta al hogar. Es entonces cuando decide enfrentarse al pasado (el suyo, el de su familia) y escribir, para ella y para Brilka, la historia de las seis generaciones que las precedieron.
De Londres a Berlín, de Viena a Tiflis, de San Petersburgo a Moscú, el apasionante destino de los miembros de esta familia georgiana se entremezcla con el de la convulsa historia del siglo XX. El resultado es una de las novelas más potentes y memorables de los últimos años”.
Esta
novela es una saga familiar ambientada en Georgia, un país del que la verdad
muy poco sabía, y nos va a narrar la historia de varias generaciones de una de
las familias más respetadas de la ciudad de Tiflis. A través de la voz de Niza,
perteneciente a las generaciones más jóvenes de la familia, seremos testigos de
una monumental historia que abarca cien años de vida de esta familia. Con este
relato Niza intentará explicar a su pequeña sobrina Brilka, hija de su hermana
fallecida, los hechos ocurridos a lo largo de los años y que han llevado a esta
familia y sus integrantes a ser como son. Una historia marcada por la cruda
realidad de la época, la anexión de Georgia a la Unión Soviética, las torturas,
injusticias y las pérdidas irreparables son retratadas de manera magistral bajo
un contexto histórico perfectamente descrito sin por eso hacerse pesado de
leer.
Los personajes que abarcan sus páginas son variados, están perfectamente
construidos, tanto los principales como los secundarios, gracias a los cuales
ha sabido engranar presente y pasado de forma magistral; pero sin
duda quienes llevan el peso de la historia serán Stasia, la bisabuela y sus
hijos, y así también su hermana Christine. Es a través de ellas que viviremos
los años más oscuros y temibles de la revolución Rusa y la posterior Guerra
Fría, personajes ficticios se cruzan con los reales, a través del marido de
Christine, el general Ramas, quien será la mano derecha de "El pequeño
gran hombre", uno de los más sanguinarios personajes de la revolución, el
general Beria, quien se encandila con la belleza de Christine provocando un
desastre familiar de proporciones insospechadas. Curioso el espacio dedicado a
la figura de Stalin, muy presente en el relato. Representan el dilema entre la
lealtad a la revolución y los anhelos de libertad, la lucha de cada personaje
por encontrar su lugar en esa tierra que los vio nacer, y por otro lado el
deseo de escapar y ser libres en un mundo que les parece tan lejano como
atrayente.
Y luego llegaremos a un tiempo más actual, en el que la familia a estas alturas
empobrecida, tratará de seguir a flote en base al amor y a la memoria de
quienes forjaron este clan, pero que arrastran con el dolor de las
generaciones pasadas, que flota sobre ellos y por lo cual Niza, tratará a
través de las páginas de esta historia, entregar las herramientas a Brilka para
entender su pasado y poder forjar un futuro libre de ataduras.
Novela que abarca una gran cantidad de géneros y personajes, que cuenta con una
narración fluida y delicada, en ningún momento se hace pesada. Además ese
pequeño toque de realismo mágico, que se da a través de una receta secreta de
chocolate que pasa de generación en generación, de efectos insospechados en
quien lo prueba, otorga a esta novela un ambiente especial, diferente de las
novelas sobre Rusia comunes.
No está
exenta de momentos de gran crueldad, aunque la autora procura no dañar nuestra
sensibilidad, algo que consigue con su prosa elegante. Aunque las historias
están cerradas sin dejar cabos sueltos, tal vez por su extensión y la cantidad
de temas que abarca, la primera parte cuenta con un ritmo mayor que el resto de
la novela que pierde intensidad en los capítulos finales. Aun así esta familia
nos da la oportunidad de conocer a través de “siete vidas” la historia de un
país Georgia, a quien será la “octava vida”.
Por poner
una pega, los diálogos no tienen la calidad literaria que le corresponde a este
tipo de novela, resultan largos y algo infantiles, aunque es cierto que suponen
una mínima parte en comparación con la totalidad del relato.
Os la
recomiendo porque es fácil de leer, amena e interesante, mezcla de ficción y
realidad que me llevó a buscar datos sobre ciertos nombres que aparecen en ella
y que tenía olvidados y a refrescar hechos históricos que se aluden a lo largo
de estas mil páginas. Tengo la impresión de estar ante una autobiografía, sino
completa, ciertos detalles de los que aparecen en ella, lo que la hace mucho
más interesante. Os gustara.
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