El
hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de
llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a
mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas
al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes
“Una maldición recorre las vidas de Elvira, Ángela
y Caterina: elegir a hombres que no las supieron amar. Elvira se casó con
Evaristo, un demonio que sembró el miedo y la locura. Su hija Ángela renunció a
sí misma por un marido ausente, siempre en los brazos de otras, incapaz de
ocuparse ni de ella ni de sus hijas. Y la indómita Caterina, tercera de la
saga, acabó enamorada de otro ser diabólico, sin tener conciencia del peligro
que corría. Sólo Ayanta, última descendiente, se enfrentará a su herencia
transitando el camino de los recuerdos y de la verdad”.
Antes de saber la relación familiar de Ayanta con
Sánchez Dragó, desde mi humilde opinión de lectora que no sigue a dicho
escritor, hubo otra razón que me predispuso negativamente hacia la novela; los
Premios Planetas nunca han gozado de mi confianza salvo evidentes excepciones.
Aún así, suelo confiar más en los finalistas que en los ganadores, tras leer “Un
mar violeta oscuro” quiero quedar las impresiones contradictorias que he sacado
al cerrar el libro.
La sinopsis no decepciona tanto como el relato de
esta saga familiar de tres generaciones de mujeres, gracias a ese resumen me
pareció que íba a encontrarme con un argumento entretenido y vibrante, algo que
ha medida que avanzaba en la lectura deseché llegando a resultar aburrido hacia
la mitad de las cuatrocientas páginas del libro. Es por ello que disfrute de
partes aceptables que daban paso a otras infumables y complejas que me hicieron
pensar en esa afirmación muy personal de “le sobran páginas”.
Primera novela bajo pseudónimo de la hija de
Fernando Sánchez Dragó, mujer que escribe con redacción sencilla y asequible,
periodista y familiarizada con el mundo de las letras, de ahí que no pueda
valorar negativamente su cuidada redacción
Estructurada en prólogo y tres partes dedicadas a
su bisabuela, abuela y madre respectivamente, combinando la historia de su
propia familiar con fragmentos de una novela escrita por su abuela Ángela,
diarios de su madre y correspondencias de cartas entre esta y su padre. Si no
hubiera tirado de tantos personajes, dramas conyugales, secretos, silencios no
superados, dramas, desamores y culpas, todo en la misma coctelera, puede que el
torrente de reflexiones a las que nos invita continuamente se hubiera hecho más
llevadero; pero la verdad es que resulta abrumador y cansino dar vueltas
siempre sobre lo mismo. Al final se pierde el interés por una historia de
familia donde sorprendentemente los errores se repiten generación tras
generación.
Me ha gustado la mezcla de géneros, las dosis de
emociones, el lenguaje poético y la buena prosa; pero desde mi humilde silla de
lectora, le falta chispa, originalidad, situaciones que te dejen con la boca
abierta y no recuerdos y gotitas de imaginación que crean despiste en una
narración que me ha dado la sensación de ser el diario de vida de la autora.
Ni que decir que la leáis, mis respetos hacia los
que escriben están por encima de mis gustos literarios, lo que no me deja de
sorprender y me gustaría saber algún día, cuál es el criterio para fallar los
Premios Planetas, porque hoy por hoy es uno de mis grandes misterios. Os
gustará.
“Siempre nos encontraremos
a nosotros mismos en el mar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario