El
hecho de leer tanto y contar con poco tiempo supone un desafío a la hora de
llevar al día el blog en el que comento mis lecturas; es por eso que faltando a
mi costumbre de no copiar sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas
al menos hasta que consiga acortar el número de comentarios pendientes.
“En Crozon (Bretaña), un bibliotecario decide albergar
todos los manuscritos que han sido rechazados por los editores. Estando de
vacaciones en la localidad bretona, una joven editora y su marido escritor
visitan la biblioteca de los libros rechazados y encuentran en ella una obra
maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal
Henri Pick, fallecido dos años antes. Pick regentaba, junto a su viuda
Madeleine, una pizzería, y según ella nunca leyó un solo libro y mucho menos
escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida
secreta? Rodeado de un gran misterio, el libro triunfa en las librerías,
provoca efectos sorprendentes en el mundo editorial y cambia el destino de
muchas personas, especialmente el de Jean-Michel Rouche, un periodista
obstinado que duda de la versión oficial de los hechos. ¿Y si esta publicación
no es más que un cuidado plan de marketing?”.
Comentar a David Foenkinos es una
de los pequeños placeres que me gustan disfrutar. Un libro donde aparece su
nombre y la palabra “Libros” no puede deparar otra cosa que disfrute en letras
mayúsculas.
Aunque me lo leí con las ganas que
siempre le pongo a cualquier lectura, luego me enteré que ya estaba en
película, no modificó en nada la opinión de esta “Biblioteca de los libros
olvidados”. Confieso que he leído todo lo que David lleva escrito hasta ahora y
ninguna de sus obras destaca sobre las demás, cada una tiene algo original y
diferente que las hace únicas e incomparables.
El telón de fondo del relato es el
mundo de las editoriales y lo que se mueve entre bambalinas y que el lector
desconoce. Las curiosidades de un mundo del que lo desconocemos casi todo, las luces
y sombras de quienes manejan esos gigantes que deciden que libro ve la luz y
cual se queda “rechazados”.
En un ambiente rural americano y
parisino en perfecta combinación, nace una historia que nos habla del corazón de
los escritores, la trama surge a partir de la creación de una biblioteca donde
solo se aceptan libros rechazados por las editoriales, gracias a ella iremos
conociendo la vida de los personajes de esta singular historia.
Resulta ser una obra coral con un
abanico de actores cargados de secretos que llevan integrados en sus vidas con
comodidad, hombres y mujeres que practican el “deporte” del cotilleo, de las
estrategias para averiguar algo oculto alrededor de los vecinos de un pueblo
donde las emociones están contadas. Todos y cada uno de los personajes irán
creciendo y evolucionando gracias a los datos aportados por los que frecuentan
la biblioteca, admitiendo que cotillear llega a ser adictivo y necesario.
Entretenida y a la vez diferente a
otras historias de Foenkinos, buenas dosis de humos muy francés, escritura ágil
y sencilla que llega a cualquier lector.
Me ha gustado el pudor con el que
trata los prejuicios y secretos que somos capaces de cargar en nuestra vida y
lo mucho que puede marcar la misma. Nos invita a una reflexión acerca de cómo
superar esos límites a la hora de desprendernos de lo que tan celosamente
guardamos de cara a vivir en paz con nosotros mismos; además me ha sorprendido
muchas de las curiosidades que giran alrededor de la publicación de un libro y
los intereses que lo hacen posible.
Termino afirmando que la verdadera
reina del libro es la “Biblioteca” que cobra vida en la pluma de un escritor
como Foenkinos. Os gustará.
“Amar
la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa
compañía”.
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