El hecho de leer tanto y contar con
poco tiempo supone un desafío a la hora de llevar al día el blog en el que
comento mis lecturas; es por eso que faltando a mi costumbre de no copiar
sinopsis de los libros, me veo obligada a utilizarlas al menos hasta que
consiga acortar el número de comentarios pendientes
Sofía
y Daniel son un matrimonio anodino a los que les va bien la vida. Daniel
trabaja en el despacho de su padre, un afecto al régimen franquista, y al que
detesta. Sofía, licenciada en químicas y queriendo trabajar fuera de casa, algo
con lo que su marido y su suegra no están de acuerdo. Un día, Daniel encuentra
un sobre en su despacho, sin remitente, con un mensaje inquietante: si desea
saber quiénes son sus padres reales ha de coger un tren esa misma noche a
París, donde un enlace la desvelará los secretos de su familia. Daniel pregunta
a su padre sobre este desconocido asunto, a lo que él responde que lo deje
pasar, que no indague nada. A pesar de ello, coge el tren. Ese será el
desencadenante de un viaje sin retorno tras del cual nada será igual.
Cuando la portada de un libro escoge la Puerta de
Brandenburgo de Berlín se hace muy difícil no detenerse ante ella; si además ya
se conoce como es mi caso a la autora, ya son dos razones para volver el
ejemplar y leer la sinopsis. La elección no resultó difícil, una historia de búsquedas
con tildes de novela negra y thriller en un contexto histórico apasionante,
ciudades emblemáticas, servicios secretos, identidades confusas y secretos por
descubrir no parecía que fuera a decepcionar, de manera que sobrando las razones
abordé una nueva entrega de Paloma Sánchez Garnica una de las escritoras de la
narrativa contemporánea del panorama actual.
Los libros de esta licenciada en Derecho y
Geografía e Historia, suelen ser muy largos, en este caso son más de
seiscientas páginas que al principio asustan aunque si estás familiarizada con
sus anteriores novelas viene a ser lo normal.
Historia costumbrista con un marco histórico bien
definido, por una parte la Posguerra española y el final de la Segunda Guerra
Mundial y por otra sus consecuencias en Europa, El Berlín del Muro y el París
de estos momentos; un triángulo de países con sus respectivas capitales que
proporciona escenarios impecables a una trama bien trazada y fácil de seguir.
No cansan las narraciones de esta autora, sabe cómo
ir desplegando la trama para avanzar en la misma, ahora bien en “La sospecha de
Sofía” le pide al lector un esfuerzo a la hora de aceptar hechos y
acontecimientos que ocurren en la historia en el fondo poco creíbles, mientras
que otros de vital importancia parecen pasar de puntillas por la pluma de la
escritora. No hay que olvidar las dosis de realidad y de ficción de cualquier
relato, pero este detalle se repite con frecuencia en el libro y te deja un mal
sabor de boca.
Si tuviera que animaros a leerla os diría que es
una historia bien contada, desarrollada siguiendo un hilo conductor que gira
alrededor de la vida de dos familias muy diferentes con experiencias muy
enfrentadas y en lugares muy dispares. Trama original, ágil, entretenida, que
engancha al principio aunque sufre cambios de ritmo que la ralentizan haciendo
peligrar el éxito de lo narrado, pero que a pesar de esos vaivenes en general
se salva con acierto.
Los personajes están bien construidos, encajados en
sus papeles y dotándolos de capacidad para hacer frente a las situaciones que
le tocan vivir en el devenir de los momentos históricos en los que obtienen
vida.
Sin duda los libros de Paloma son para
disfrutarlos, aunque su calidad literaria no sea de Premio Nobel personalmente
me resultan agradables de leer, mis expectativas se ajustan a lo que ella
ofrece en sus novelas, tiene un público fijo que busca sus obras porque sabe
que en el fondo encuentra argumentos hilvanados que aportan conocimientos
acerca de la época en la que desarrolla sus dramas y desventuras y eso es un
aprendizaje muy bien recibido.
Recomiendo para los que gusten de estas novelas sus
obras anteriores, “La sonata del silencio”, “Las tres heridas” y “Mi recuerdo
es más fuerte que tu olvido”; siempre que busquéis disfrutar sin prisas del
placer de la lectura, ella os lo hará sentir. Os gustará.
“La verdad fue un descubrimiento. El engaño un
invento”.