Cuando
quiero descansar y disfrutar de una lectura sin grandes compromisos,
recurro a la novela negra de asesinatos por resolver y detectives
femeninos que lo saben todo... Últimamente los escritores suecos se
han proliferado como “setas en el bosque”, es fruto
de una moda literaria que responde a una inversión segura que
garantiza los éxitos de venta en medios cálidos del planeta. Tras
el impacto de la trilogía de “Millennium” de Stieg
Larsson, no son pocos los autores que en la misma línea han lanzado
al mercado, obras muy parecidas en busca de un triunfo igual al del
escritor fallecido, en lo mejor de su producción literaria.
Asa
Larsson, con quien coincide hasta en apellido es uno de esos casos;
“Aurora Boreal” es su primera novela, en ella una
abogada que ni siquiera es policía, Rebecka Martinsson, se convierte
en la protagonista de todas sus obras, la eficiente mujer que sabe de
todo y que será de capaz de resolver hasta el misterio más
irresoluble.
Escasamente
trescientas páginas son suficientes a Asa para desarrollar un
sencillo argumento que comienza con un asesinato en su pueblo natal;
este acontecimiento termina con su tranquila y monótona vida,
viéndose envuelta en un regreso a su pasado que creía haber dejado
atrás. Dicha trama responde al modelo de relato frío sueco que se
aprecia en la frialdad de sus personajes y en la incapacidad de
empatizar con ellos por lectores de lugares ajenos a esas extremas
temperaturas.
Toda
la novela descarga su peso sobre el asesinato y sobre el papel
otorgado a las mujeres que destaca por encima de los personajes
masculinos; de corte clásico a lo más puro “novela
negra”,cuenta con todos los ingredientes que identificamos
siempre en este género; incestos, violencia, negocios sucios,
sectas, rituales, corrupción policial, política de submundo... Es
sin duda la lectura de esparcimiento a la que hacia referencia en los
comienzos de la reseña.
Para
seguir con las similitudes con estos escritores nórdicos, Asa crea
una trilogía a modo de saga en la que Rebecka siempre aparece para
enderezar los caminos más tortuosos que se mueven a su alrededor,
“que peligro ser su amiga” podríamos pensar.
Aunque
la trama es bastante lineal y fácil de seguir, no engancha hasta el
entusiasmo, se avanza en ciertos momentos con desgano y se nota la
falta de garra. Todo se desarrolla en un espacio temporal de siete
días, en una comunidad religiosa local, con diálogos cortos y algo
incoherentes y con la contrariedad de aportar un listado enorme de
personajes de nombre impronunciables; todo ello bajo descripciones
paisajísticas muy acertadas, en especial la que realiza del fenómeno
boreal, ayudando enormemente a situarte en el ambiente en el que
tienen lugar los hechos.
Como
anécdota y destacando una nueva similitud con Larsson, deciros que
nombra la conocida tienda de IKEA, haciendo un guiño publicitario a
la famosa multinacional del mueble.
Os
la recomiendo para pasar un par de tarde de entretenimiento metida en
un misterio que se mantiene hasta su final y para nada os invito a
ver la película, mejor su lectura, aunque como guión de cine creo
que estas y otras novelas de Asa serán mejor valoradas que en el
campo de las letras.
“La
aurora boreal se retuerce como un dragón a través de la noche. Las
estrellas y los planetas tienen que rendirse al milagro de la luz
resplandeciente que, sin prisa, se abre paso en la bóveda celeste”.