Desde
que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la
cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado
muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer
novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente
que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que
nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar
aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis
ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de
vuestro agrado.
De
momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en algún momento puedo
haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo
hare.
“La historia de un joven atrapado entre dos religiones y dos amores, en
busca de su libertad y la de su pueblo, en la Andalucía del siglo XVI. 1568. En
el agreste paisaje de las Alpujarras granadinas, los moriscos sobreviven
gracias a su duro esfuerzo a pesar de los continuos obstáculos que les imponen
los cristianos viejos. Obligados a venerar unos símbolos religiosos en los que
no creen, su descontento crece hasta estallar en una revuelta cruel y
sanguinaria. Entre los sublevados se halla Hernando, un joven de catorce años
que ha sufrido el rechazo de su gente debido a su origen: su madre, Aisha, fue
violada por un sacerdote y él, apodado el nazareno, es el fruto de dicho
ultraje. Forzado por su padrastro, Brahim a trabajar como arriero desde muy
niño, la guerra se convierte para Hernando en la oportunidad de demostrar su
valía ante un pueblo que le desprecia. Su valor y su habilidad con los animales
le hacen ganarse la confianza de Ibn Umeyya, el rey de al-Andalus, y la
gratitud de Fátima, la joven madre de un pequeño a la que salva de una muerte
cierta. No será la única a quien salvará en esta contienda. Debatiéndose entre
la fe que le inculcó Hamid, el viejo alfaquí que se convirtió en el padre que
nunca había tenido, y los desmanes que contempla cometidos en nombre de Alá, su
buen corazón le impele a ayudar a Isabel, una niña cristiana cautiva, y a un
noble castellano, don Alfonso, que le jura su eterno agradecimiento. Pero su
honestidad le granjea también envidias y enemigos: sobre todo Ubécar, el
arriero ladrón, y Brahim, su cruel padrastro, que no soporta los favores que el
rey, y sobre todo la bella Fátima, prodigan a su hijo bastardo, del cual se
venga maltratando impunemente a Aisha, su madre. Aprovechando la muerte del rey
a manos de sus propios hombres, Brahim consigue condenar a Hernando a la
esclavitud y contraer matrimonio con Fátima la muchacha. Su puesto como
lugarteniente del nuevo monarca parece hacerle invulnerable…”
Sin duda la extensión de
esta sinopsis, ya nos avisa de la magnitud de la historia que vamos a leer. Una
vez más el autor de “La catedral del Mar”, nos narra la vida de un personaje,
Hernando joven morisco, en una Andalucía del siglo XVI marcada por los avatares
religiosos que eran común al resto del territorio español.
Muy buena documentación,
rigor histórico incuestionable, detallista hasta extremos excesivos, tanto que
en ocasiones el ritmo de la novela se ralentiza y se hace tediosa, siendo en
general una narración entretenida e interesante.
El tema estrella es la
expulsión de los moriscos, de hecho el libro se inicia con el acontecimiento
histórico de la Rebelión de las Alpujarras granadinas. Es la narración adecuada
para los amantes de la novela histórica. Las vivencias de los protagonistas se
convierten en el eje argumental sobre el que gira este relato.
Cuando un escritor escribe
una novela de éxito, los lectores tendemos a juzgar sus siguientes obras
comparándola con la primera; en este caso, las comparaciones nos pueden llegar a
jugar una mala pasada. Es diferente, el estilo no lo pierde, reconozco que a mi
gusto le sobran páginas, pero no es menos cierto que es una historia bien
contada, con cambios de ritmos continuos que la salvan del abandono y con un
final duro pero bien encajado, no existen motivos para no reconocer la calidad
de este escritor cuyo trabajo es incuestionable.
“Por más difícil que se
nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar
hasta el último momento”.
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