miércoles, 1 de septiembre de 2010

La mano de Fátima, Ildefonso Falcones


Desde que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en algún momento puedo haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo hare.
“La historia de un joven atrapado entre dos religiones y dos amores, en busca de su libertad y la de su pueblo, en la Andalucía del siglo XVI. 1568. En el agreste paisaje de las Alpujarras granadinas, los moriscos sobreviven gracias a su duro esfuerzo a pesar de los continuos obstáculos que les imponen los cristianos viejos. Obligados a venerar unos símbolos religiosos en los que no creen, su descontento crece hasta estallar en una revuelta cruel y sanguinaria. Entre los sublevados se halla Hernando, un joven de catorce años que ha sufrido el rechazo de su gente debido a su origen: su madre, Aisha, fue violada por un sacerdote y él, apodado el nazareno, es el fruto de dicho ultraje. Forzado por su padrastro, Brahim a trabajar como arriero desde muy niño, la guerra se convierte para Hernando en la oportunidad de demostrar su valía ante un pueblo que le desprecia. Su valor y su habilidad con los animales le hacen ganarse la confianza de Ibn Umeyya, el rey de al-Andalus, y la gratitud de Fátima, la joven madre de un pequeño a la que salva de una muerte cierta. No será la única a quien salvará en esta contienda. Debatiéndose entre la fe que le inculcó Hamid, el viejo alfaquí que se convirtió en el padre que nunca había tenido, y los desmanes que contempla cometidos en nombre de Alá, su buen corazón le impele a ayudar a Isabel, una niña cristiana cautiva, y a un noble castellano, don Alfonso, que le jura su eterno agradecimiento. Pero su honestidad le granjea también envidias y enemigos: sobre todo Ubécar, el arriero ladrón, y Brahim, su cruel padrastro, que no soporta los favores que el rey, y sobre todo la bella Fátima, prodigan a su hijo bastardo, del cual se venga maltratando impunemente a Aisha, su madre. Aprovechando la muerte del rey a manos de sus propios hombres, Brahim consigue condenar a Hernando a la esclavitud y contraer matrimonio con Fátima la muchacha. Su puesto como lugarteniente del nuevo monarca parece hacerle invulnerable…”
Sin duda la extensión de esta sinopsis, ya nos avisa de la magnitud de la historia que vamos a leer. Una vez más el autor de “La catedral del Mar”, nos narra la vida de un personaje, Hernando joven morisco, en una Andalucía del siglo XVI marcada por los avatares religiosos que eran común al resto del territorio español.
Muy buena documentación, rigor histórico incuestionable, detallista hasta extremos excesivos, tanto que en ocasiones el ritmo de la novela se ralentiza y se hace tediosa, siendo en general una narración entretenida e interesante.
El tema estrella es la expulsión de los moriscos, de hecho el libro se inicia con el acontecimiento histórico de la Rebelión de las Alpujarras granadinas. Es la narración adecuada para los amantes de la novela histórica. Las vivencias de los protagonistas se convierten en el eje argumental sobre el que gira este relato.
Cuando un escritor escribe una novela de éxito, los lectores tendemos a juzgar sus siguientes obras comparándola con la primera; en este caso, las comparaciones nos pueden llegar a jugar una mala pasada. Es diferente, el estilo no lo pierde, reconozco que a mi gusto le sobran páginas, pero no es menos cierto que es una historia bien contada, con cambios de ritmos continuos que la salvan del abandono y con un final duro pero bien encajado, no existen motivos para no reconocer la calidad de este escritor cuyo trabajo es incuestionable.
“Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento”.

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