Desde que inicié la andadura de mi blog de
lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me
gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo
libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y
que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y
esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello,
que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de
recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro
encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su
sinopsis, sin en alguna ocasión puedo haceros participe de las impresiones que
me causaron, no dudéis que así lo haré.
“Madrid, primavera
de 1939: Jimena Bartolomé, apenas salida de la adolescencia y recién casada con
el amor de su vida, es encerrada en la cárcel de mujeres de Ventas. En esta
siniestra institución, su directora, María Topete, gobierna el destino de las
reclusas y de sus hijos… Ana R. Cañil recrea en Si a los tres años no he vuelto
unos hechos terribles y prácticamente desconocidos de nuestra posguerra: la
historia de las prisioneras cuyos hijos les fueron arrebatados por sus
carceleros para internarlos en seminarios y conventos o darlos en adopción. Si
a los tres años no he vuelto se convierte en una novela imposible de soltar por
el hecho terrible que denuncia y por el enfrentamiento entre Jimena y María,
dos mujeres inolvidables”.
Aunque ya hace muchos años que lo
leí, aún recuerdo lo mucho que me gustó la portada del libro, esa mujer andando
por la calles del Madrid de Posguerra, sus ropas, la sobriedad de la estampa y
ese gris que lo decía todo de aquellos duros años.
Ana R.Cañil, aborda serena y
justamente un tema de gran complejidad con fuertes dosis de emotividad y dolor.
La historia de las prisiones de posguerra y de aquellas mujeres que se vieron
separadas de sus hijos una vez finalizado el conflicto, supuso para ella un
reto, aprovechando esta preciosa y potente novela para denunciar los hechos
silenciados y probados de una práctica que se convirtió en habitual en aquellos
oscuros años de nuestra España más reciente.
Una historia bien contada, ágil,
fácil de leer, documentada al detalle, tanto que se convierte en un ensayo que
aborda los horrores y los dramas vividos por las mujeres en las cárceles franquistas.
Dos personajes asumen el
protagonismo casi absoluto de la novela, Jimena Bartolomé y María Topete,
reclusa y directora de la cárcel de Las Ventas donde suceden los hechos
narrados.
Recomendable para todos los que
disfrutan con historias del ayer que nunca han dejado de ser historias de hoy.
Muy dura y potente pero nada comparado con la realidad. Os gustará.
“A pesar de la distancia la gente es
parecida en todos lados, las similitudes que nos unen son mucho más que las
diferencias que nos separan”.